miércoles, 4 de enero de 2017

BIENAVENTURADA LA MALEZA PORQUE ELLA TE SALVARÁ LA CABEZA


Portada del Libro



Coordinado por César Lema Costas, este libro recién publicado ha contado con la colaboración de  un nutrido grupo de importantes colaboradores: Félix Rodrigo Mora, Josep Pàmies, Juanra, Silvia Méndez Alonso, Patri Puga Gómez y Daniel María Pérez Altamira.

Se compone de dos partes (unificadas físicamente en una carpeta de anillas), el libro de 239 páginas y las fichas en color de 113 plantas silvestres adecuadas para el consumo humano, organizadas por orden alfabético.

Son 113 plantas silvestres las que, en la sección de las fichas, quedan estudiadas en su totalidad, desde su presentación hasta las formas culinarias más apropiadas para su consumo. Se señala su inocuidad o, si es el caso, ligera toxicidad (junto con los modos de remediarla), uso culinario, uso medicinal y otros aprovechamientos, todo ello ilustrado con excelentes fotografías de las plantas y de los platos que es posible cocinar con ellas.

La portada reproduce el calendario románico del templo medieval de la aldea de Beleña del Sorbe (Guadalajara), erigido hacia el año 1150, que representa los meses de junio, con la escarda y recogida de silvestres, y julio, la siega con hoz del cereal.

La finalidad del libro “es exponer con argumentos pero sobre todo con fórmulas prácticas hacederas, porqué y cómo debemos incrementar el consumo humano de plantas silvestres. El fin último es salvaguardar el monte, la naturaleza salvaje, los bosques, el arbolado y el régimen de lluvias. Se trata de reducir la superficie agrícola al rebajar el consumo de alimentos y productos cultivados, para aminorar la erosión, destrucción de los suelos, aniquilación de la vida silvestre vegetal y animal, declive de la biodiversidad, desertificación y cambio climático. Al equipo que hemos colaborado nos une la convicción de que no basta con implementar agriculturas menos agresivas, aunque también, sino que además hay que retornar a la etapa recolectora de la historia de la humanidad para servirnos de las "malas hierbas", de las "malezas", como parte importante y habitual de la dieta, precisamente para reducir significativamente la superficie destinada a usos agrícolas, siempre causantes en mayor o menor medida de erosión y degradación edáfica, hídrica y climática”.



miércoles, 21 de diciembre de 2016

VER EN EL PAISAJE LA BELLEZA QUE NOS MIRA


Anochecer en La Ulaña. Fotografía de Nicolás Gallego Rojas


Quería leer el último libro de Jhon Berger -“Rondó para Beverly”- y por eso buscaba una reseña del mismo, para enterarme de qué va. Y ya lo sé, va de ausencia, la de Beverly Bancroft, su mujer, que murió en 2013 tras una larga enfermedad. Me quedo con un párrafo: "La belleza de tu valentía te acompañó hasta el final. Y, desafiando al tiempo, se ha quedado con nosotros. Llena el silencio"

Antes de cerrar el ordenador miro el correo atrasado,  veo que me ha llegado la foto de un paisaje de Las Loras, un atardecer en las peñas de La Ulaña. Es de Nico, el geólogo, un amigo. No sé por qué me he puesto a mirarla con detenimiento, seguramente porque es muy bonita (¿la foto en sí, el paisaje, la palidez de esa luz de invierno al atardecer, la monumentalidad de las peñas, la misma Ulaña, su nombre, su evocación de remotos tiempos prerromanos ?)...vaya, vuelve Jhon Berger, su contagioso modo de ver me ha dejado su huella. Me pasa cuando veo un hermoso paisaje al natural, incluso cuando lo veo en pintura o en fotografía, y no sólo con paisajes, también me pasa con algunas personas. 

Antes de leer a J.B. no me pasaba, tampoco la primera vez, con la trilogía “De sus fatigas” (Puerca tierra, Una vez en Europa, Lila y Flag). Lo que me atrapó entonces fue su relato del excepcional acontecimiento humano que supuso el paso de la vida rural a la urbana. Me empezó a pasar después de leer su “Modos de ver”, donde decía que La vista llega antes que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar”, desde entonces, cuando me sorprende algo que me parece hermoso, me paro un buen rato y espero, sin saber a qué.

El caso es que La Ulaña es un hermoso lugar de Las Loras. Y que de entre todo lo que aprendí leyendo a J.B. y  dicho en resumen y con otras palabras, creo que ésto es lo que espero cuando miro esta foto, eso que no se me va de la cabeza: un lugar no es paisaje hasta que alguien fija en él su mirada,  su belleza sólo se desvela si esa mirada es prolongada. Ante la belleza de un paisaje -o de una persona- detenemos la mirada sólo porque nos gusta ser mirados por ella...eso, eso es lo que espero. Gracias, Nico.


miércoles, 14 de diciembre de 2016

POR EL RADÓN (¿RUDRÓN?) DE LA RAD Y POR LA HONOR DE SEDANO



En 1780 T. Sánchez  y en 1894 F. Janer  interpretan el vocablo “rad” atraídos por escribirlo Gonzalo de Berceo en su obra:

Oido lo avedes, si bien vos acordades,
este abad benito, lumne de los abades,
cuantas sufrio de coitas e de adversidades
por ond a passar ovo de Ortoya las rades.

(Gonzalo de Berceo. Vida de Santo Domingo de Silos, (c.1230). Estrofa nº 223)

PIEDRAS Y LEÑAS (en las ruinas de un cementerio y en una casa habitada)


viernes, 9 de diciembre de 2016

REFORMAR LA CONSTITUCIÓN, MAREAR LA PERDIZ


Escribo hoy porque el pasado día de la Constitución no tenía ganas, me fui a pasear entre las ruinas de un pequeño pueblo abandonado, arrasado por el olvido, entre zarzas y cascotes de escombro; quise conmemorarlo así , a modo de premonición y huérfano de toda fe constitucional.
 Todas las dictaduras han tenido su Constitución, todas las monarquías y todas las repúblicas, todos los estados y de todo pelaje: capitalistas, comunistas y fascistas. Desde siempre, la cuestión esencial no se dirime entre variables de un texto constitucional, sino que sigue planteada, como siempre, entre   heteronomía o autonomía,  sumisión o libertad, estado o democracia, ser constituyentes o ser constituidos...ser o no ser.