Aunque existe todavía gran controversia entre quienes investigan el periodo histórico transcurrido durante los largos siglos posteriores a la romanización de la península ibérica, va ganando terreno la de quienes, apoyados por los avances de la arqueología contemporánea, señalan el predominio de una organización social eminentemente agraria y pastoril, para una población entonces muy dispersa en pequeños núcleos, que organiza su vida social y política en modo concejil, o sea, asambleario.
viernes, 14 de agosto de 2015
martes, 11 de agosto de 2015
LA FALSA INDEPENDENCIA, CONTRA EL ESTADO DE LAS HETERONOMÍAS
Con
independencia de lo que suceda en las próximas y plebiscitarias
elecciones en Cataluña, para toda la humanidad seguirá pendiente
el objetivo civilizador que consiste en derribar el aparato global
de la dominación en todas sus variantes –dictaduras, monarquías,
repúblicas- que, al cabo, consisten en una similar estructura
“capital/estado”, creada para lograr la máxima concentración
del poder coercitivo, la máxima eficacia en el dominio de la
naturaleza, de los individuos y sus comunidades, como de la sociedad
humana en general.
Los
catalanes, cada uno de ellos y en su conjunto, como cualesquiera
otros individuos, pueblos y naciones, tienen, no el derecho, sino el deber
ético y moral de decidir por sí mismos sobre su propia forma de
organización social y, por tanto, sobre su independencia o
autonomía.
lunes, 3 de agosto de 2015
LA CONFLUENCIA, ¿SÓLO CUESTIÓN DE ESTRATEGIA?
Una vez más los partidos de la izquierda repiten el mismo estribillo de su fracasada canción histórica, esa estrategia de frente electoral que sólo sirve a la postre para desmovilizar a las masas populares e integrarlas en el juego institucional del poder constituido, con la finalidad de mejorarlo y no para derribarlo.
El clima dramático está creado, hay que ganar como sea, no importa justificar la finalidad, sólo importa la estrategia a seguir, hay que hacerse con el poder, conquistar el Estado. Y así, no queda lugar para otra alternativa que no sea la de ganar las elecciones. Y de no ser así, dicen que lo que nos espera son “más años de recortes sociales y bipartidismo totalitario”...
Pero el anuncio de su nuevo fracaso está en el ejemplo de Syriza, a la vanguardia de la izquierda europea, que después de alcanzar electoralmente una posición de poder que es inalcanzable para la izquierda española, lo que ha traído tras de sí no es nada distinto a “más años de recortes sociales y bipartidismo totalitario”, habiendo construido un renovado capitalismo, fuertemente sustentado en un bipartidismo renovado, que Syriza ha conformado hábilmente junto con un bloque de partidos “responsables y centrados”.
martes, 28 de julio de 2015
ANTIGUAS ORDENANZAS CONCEJILES DE SAN SALVADOR DE CANTAMUDA
ESTUDIOS Y DOCUMENTACIÓN
2.ORDENANZAS DEL CONCEJO DE SAN SALVADOR DE CANTAMUDA EN EL SIGLO XVI
“Otrosi
ordenamos y mandamos que cada uno sea obligado a linpiar la hera en
que cogiere el pan, e no la dejar sucia, so pena que el que no la
barriere dentro de ocho dias de como ansi ubiere alzado los frutos
della, que peche y pague beynte maravedis para la rrepublica del
concejo, e que todabia sea obligado a la linpiar, e queden linpias e
abiertas como sienpre quedaron so la dicha pena, pues son concejiles
e no propetarias”.
(Cap.
58. Sobre limpiar cada uno su hera)
ORDENANZAS
ANTIGUAS DE SAN SALVADOR DE CANTAMUDA
Publicación
de la Institución Tello Téllez de Meneses (Palencia).
Con Introducción
y Notas de Laureano Pérez Mier y Laureano Pérez Francisco
Descargas: dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2489961.pdf
"Hállanse
éstas en un cuaderno que se compone de dos partes distintas: la
primera consta de 17 folios en papel sin sellar, escritos por ambos
lados, donde se contienen las Ordenanzas antiguas, tal como fueron
reformadas entre los años 1586-1589; e integran la segunda parte 9
folios en papel del sello 4.°, habilitado para el año 1643, en los
que se insertan algunas, muy pocas, adiciones y ciertas reformas de
escasa importancia introducidas ese mismo año de 1643.
...Creemos
que el marco más apropiado, y que mejor acierta a encuadrar el
ambiente de estas Ordenanzas, se halla reflejado en el texto de un
esclarecido maestro, conocedor como pocos de los
orígenes
del municipio leonés y de su pervivencia multisecular en los
concejos rurales de nuestras montañas -en las tierras de foris
montes o foramontanas del viejo solar astur-leonés-, y donde, a
despecho del Derecho Administrativo, mejor se ha conservado hasta
nuestros días la añeja solera municipal. He aquí como caracteriza
Díez Canseco los primitivos concejos rurales hacia los comienzos de
la oncena centuria:
La
población se agrupa ya desde los primeros tiempos (de la
reconquista) en lugares y aldeas, con la división tripartita de su
territorio clásica entre nosotros: el casco de la población (villa)
en el centro, compuesta de las casas, huertos y cercados para el
forraje terreñales; las tierras de cultivo y los prados de posesión
individual o familiar en torno de él (tierras de foris); y en tercer
término los exiti, ejidos, praderas, dehesas y montes de común
aprovechamiento. Pero tal división no es la del territorio
municipal, sino propia de cada pueblo que le compone, y aunque los
montes y pastos fueran, en general, durante los primeros tiempos de
la comunidad de todos los vecinos del término, y los ganados de
éstos, por lo común admitidos también en los ejidos propios de
cada aldea, siempre era cosa de ésta el apacentar en las tierras y
prados propios de sus vecinos, una vez levantadas las cosechas; la
agrupación de sus ganados en rebaños, piaras y veceras; la
ordenación de su custodia; el nombramiento de los guardas; entender
en las multas y prendas que por daños se originaran; la
participación del pueblo en los gastos parroquiales; el alojamiento
y asistencia de los pobres, y en general, la reglamentación de su
propia y peculiar economía, todo lo cual llevaba a la aparición de
una asamblea propia, si no es aquí donde realmente perdura el
conventus vicinorum”.
sábado, 25 de julio de 2015
SIN DEMOCRACIA NO HAY COMUNAL NI CONCEJO QUE VALGA
Casa de concejo y teleclub de Vallespinoso de Cervera |
En muchos pueblos pequeños se conserva la llamada “casa de
concejo”. Ya en tiempo de la dictadura franquista estas casas
fueron reconvertidas en teleclubs. Reunirse para ver la televisión y
jugar a las cartas quedó como único vestigio de la secular
tradición democrática del concejo. La conversión de las casas de
concejo en teleclubs durante el franquismo representa
perfectamente la decadencia y derrota definitiva de la institución
del autogobierno popular que por siglos rigió la vida de pueblos y
ciudades. El concejo era la forma de resistencia ante el creciente
poder de las clases dominantes, durante el pasado feudal como después
en la modernidad, cuando fueron emergiendo y confluyendo los estados
y el capitalismo tal como hoy los conocemos y padecemos.
En 1978, el texto constitucional del Estado español no tuvo
inconveniente en conservar el concejo como reliquia democrática de
tiempos pasados, eso sí, restringido a las despobladas aldeas que
lograron sobrevivir a la masiva migración rural planificada por el
franquismo en su fiebre desarrollista. Los polos industriales
construidos junto a las grandes ciudades precisaban con urgencia de
la mano de obra barata procedente de las aldeas, que ya por entonces
sólo se reunían en la casa de concejo para jugar a las cartas y ver
la televisión.
martes, 21 de julio de 2015
EN ESTE MOMENTO, ¿QUIÉN TEME A RAJOY?
Votar es siempre un acto de aplazamiento basado en suposiciones; escogemos a otra persona, a alguien que en el supuesto de que resulte elegida, suponemos que representará nuestros supuestos intereses. Si nuestros supuestos representantes no resultan elegidos, toda la energía que hemos gastado en apoyarles es desperdiciada, tirada al cubo de la insignificancia. El supuesto poder que creíamos tener al ejercer el voto siempre es dirigido hacia otra persona, sea nuestro candidato o el contrario, hacia alguien que siempre lo usará en nuestro nombre, aunque luego lo ejerza en contra de nuestros intereses. Siempre.
Las
élites económicas y políticas no tienen miedo a la gente
organizada en partidos, saben que éstos siempre encauzarán a la
gente hacia el interior del sistema, hacia objetivos parciales y
secundarios, nunca hacia los sustanciales. Saben que los partidos les
son muy útiles, que aunque tuvieran que ceder a algunas de sus
demandas, los partidos siempre colaborarán al mantenimiento del
sistema que les une y del que depende su subsistencia; saben que los
partidos siempre impedirán que la gente pueda, incluso cuestionarse
los asuntos principales que determinan sus vidas, como la
expropiación de la tierra y el conocimiento que nos son comunes,
como el trabajo asalariado o la falsa democracia representativa. De
la mano de los partidos, la gente nunca pondrá en riesgo el tinglado
ideológico-legal-militar que fundamenta y sostiene a la compleja
sociedad de mercado, a sus instituciones estatales y mercantiles.
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