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Una asamblea del 15M, en una ciudad cualquiera |
¿Quién ha vendido el destino de la humanidad a un puñado de
locos, codiciosos y matones?
¿Quién quedará vivo para decir que ese crimen de
ellos ha sido un suicidio nuestro?
Eduardo
Galeano
Creo que hemos hecho una identificación
errónea de los males de nuestro tiempo, al pensar que el núcleo único de dichos males
es eso a lo que llamamos capitalismo. Creo que siendo cierto es también una
verdad incompleta.
Veamos: el capitalismo nació con el
invento de la Deuda y sabemos que morirá pronto por la misma causa. Su anunciada muerte está de plena actualidad. Pero conviene recordar -sin que ello sirva de eximente, sino todo lo contrario- que el capitalismo vino al mundo
con una pesada herencia de desigualdad y autoritarismo, que incorporó a su ADN
de forma natural, orgánica.
La Deuda no es sino una promesa de
futuro. Representa una mágica metamorfosis del dinero, ese objeto simbólico que hasta entonces era sólo una práctica herramienta para el intercambio de mercancías. En virtud de esa transmutación, aquel objeto simbólico se convierte en mercancía misma, una mercancía inmaterial y de naturaleza cuasimetafísica.
De ese modo, el dinero anteriormente fabricado por cada Estado, empezó a ser
fabricado por quienes tenían el
monopolio del nuevo negocio de la Deuda,
por la Banca. Pues bien, sobre esa ficción de la deuda hemos construido este error en nuestra evolución que conocemos como capitalismo...un inmenso error de orientación
que, ahora, cuando sentimos el vértigo del abismo hacia el que nos conduce, nos vemos obligados a corregir en
forma radical y urgente, por una forzada razón de supervivencia...ya que antes
no supimos ver otras profundas razones de naturaleza moral.
Sostengo, junto a mucha otra gente de
pensamiento socialista y libertario, que el verdadero reto de la humanidad
consiste hoy en evolucionar hacia un sistema inédito, construido sobre las
ruinas conjuntas del capitalismo y su autoritaria herencia genética. Pues bien, creo que en las plazas del 15M estamos descubriendo que este nuevo sistema, tan revolucionario como pacífico, tan antíguo como inédito, podría llamarse Democracia…¡para que
luego digan que el 15M no sirve para nada!