lunes, 4 de octubre de 2021

LA NUEVA BAUHAUS EUROPEA: OTRA MILONGA “VERDE”

 

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pone mucho énfasis cuando afirma con insistencia que la Nueva Bauhaus Europea es “el alma y el sueño del Pacto Verde Europeo”, destinado a crear un nuevo estilo de vida, inclusivo y asequible, con menos CO2“.

En 2020, justo un año después del centenario de la Escuela Bauhaus, Ursula von der Leyen, propuso la Nueva Bauhaus Europea, como parte del plan de recuperación de la covid-19 de 750 mil millones de euros de la Unión Europea. Además, está profundamente relacionado con el Pacto Verde Europeo y con la propuesta para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero, ¿qué fue la vieja Bauhaus alemana y qué quiere ser la Nueva Bauhaus europea, dónde y cómo quieren que vivamos?

Para empezar a comprenderlo, el punto de partida ha de ser el actual estancamiento de las inversiones en la construcción de viviendas. Los masivos fondos destinados al Pacto Verde, junto con sus orientaciones y regulaciones cerradas a toda otra alternativa, suponen una oportunidad de oro para la recapitalización de la industria inmobiliaria y de la construcción, que permitirá incrementar sus márgenes con el cambio del sistema constructivo tradicional a otro sistema industrial, beneficiándose de pleno (junto con los sectores de la energía y el transporte) del nuevo “mercado verde” capitalista al que la UE denomina “Pacto Verde”.

Fundada en 1919 por Walter Gropius, en Weimar (Alemania), la escuela Bauhaus fue una escuela de arquitectura, diseño, artesanía y arte cuyo plan de enseñanza fue pionero en nuevas técnicas y recursos que enseguida se convirtieron en los elementos básicos de la cultura visual en toda Europa. La Bauhaus sufrió un creciente acoso por parte de los nazis, a la que veían como “judío-socialista”, por lo que la cerraron, provocando así que muchos de sus integrantes acabaran refugiándose en los EEUU de Norteamérica, donde continuaron difundiendo el pensamiento Bauhaus. Lo cierto es que la Bauhaus sentó las bases del diseño industrial y gráfico, estableció los fundamentos académicos de la nueva Arquitectura Moderna, creando una nueva estética que llegó a afectar a todos los ámbitos cotidianos y que aún perdura. 

Que renombren ahora esta iniciativa europea en memoria de la histórica Bauhus alemana, nos da una buena pista para intuir la finalidad de esta “nueva” Bauhaus, porque aquella otra no fue sino la supeditación total del diseño de las viviendas y los espacios vitales a las necesidades de rentabilidad del capital invertido en su construcción, reduciendo materiales y mano de obra al mínimo, asociado todo ello a la estética homogeneizadora, minimalista-modernista, que caracterizó a los barrios destinados a enlatar a las familias de los trabajadores en gigantescos bloques de pisos cúbicos y todos exactamente iguales. Ahora, incluso se disponen a “mejorar” el plan de la vieja Bauhaus: industrialización total, reducción máxima de mano de obra y apertura de nuevos mercados para la exportación. Y, de regalo, todo un buen rollo ideológico de capitalismo corporativo, “inclusivo, ecológico y muy sostenible”, o sea, lo que ya se entiende por “Capitalismo Verde”. No me extraña que haya quien diga que con la nueva Bauhaus “hemos pasado de la ensoñación de Marinetti al encaje épico de la pequeña burguesía fascista en el estado corporativo”.

La Bauhaus alemana logró sobrevivir, incluso con cierto aire de resistencia, mientras que sus principios convirtieron a la Alemania reconstruida en un masivo horror cúbico, cuya lógica contribuyó decisivamente a dar forma a un modelo universal de vivienda social como ghetto obrero y segregación clasista, representando la vanguardia del programa urbanístico del totalitario capitalismo de estado. Walter Gropius (1883-1969), fundador y director de la Escuela de la Bauhaus entre 1919 y 1928, intentó implantar el modelo a gran escala en EEUU, lo que entonces no fue posible por las limitaciones regulatorias de entonces, pero que ahora, allanado el camino gracias al Pacto Verde, sí le resultará viable al capital, que encuentra así una tabla de salvación destinada a superar su profunda crisis y dispuesto a culminar lo que hace un siglo no pudo hacer la vieja Bauhaus.

 


 Uno de los principios establecidos por la Bauhaus desde su fundación es "la forma sigue a la función" .Tel-Aviv es la ciudad con más arquitectura Bauhaus. Hay más edificios construidos al estilo Bauhaus que en cualquier otro lugar del mundo, incluyendo cualquier ciudad de Alemania. El estilo fue llevado allí en los años treinta por arquitectos europeos, mayoritariamente alemanes y rusos de la escuela Bauhaus que huían del régimen nazi.

La fundación de la Bauhaus se produjo en un momento de crisis del pensamiento moderno y el auge de la racionalidad técnica occidental en el conjunto de Europa y particularmente en Alemania. Su creación se debió a la confluencia de estos factores en las dos primeras décadas del siglo XX, cuya concreción fue dada por las vanguardias artísticas del comienzo de siglo.

Al igual que otros movimientos pertenecientes a la vanguardia artística, la Bauhaus no se marginó de los procesos político-sociales, sino que mantuvo un alto grado de contenido crítico y compromiso de izquierda. La Bauhaus —como demuestran los problemas que tuvo con políticos que no la veían con simpatía— adquirió la reputación de “subversiva”. 

 

¿Casas baratas?

La producción de viviendas será trasladada a una fábrica, con una significativa reducción del tiempo de ejecución, que rondará el 50%, así como del 15-20% en cantidad de mano de obra, junto con reducción de los salarios, dada la descualificación del trabajo en este modo fabril de producir casas. Se cumple así un principio básico de la escuela Bauhaus y una tendencia innata de todo capitalismo: abaratar costes para incrementar beneficios. Hasta ahora los ensayos previos no eran “suficientemente” rentables, pero lo serán en adelante, a partir del Pacto Verde. Con el sistema de construcción industrial “sostenible” disminuyen significativamente (hasta un 80%) los residuos a pie de obra, así como las emisiones de CO2, lo que significará, junto a las cuantiosas subvenciones de la UE, un aporte de beneficios que rentabilizarán al máximo las inversiones del capital, eso sí, a condición de producir “bloques” de viviendas a gran escala y con un “diseño Bauhaus” minimalista, remozado ahora con la aportación de nuevas tecnologías “verdes” con el fin de crear un nuevo modelo “integral”, de gran empresa constructora, que incluirá desde la producción energética al comercio inmobiliario y concentrará a los proveedores monopolistas de cada sector, participantes en el proceso fabril. Es previsible una máxima concentración de la oferta junto a una mayor homogeneidad de los barrios y urbanizaciones destinadas a las masas trabajadoras y funcionales a las ńecesidades logísticas del nuevo Mercado Verde.

La Comisión Europea (CE) presentó la hoja de ruta de su Nueva Bauhaus Europea para redefinir la sociedad pospandémica, inspirada en el movimiento alemán que hace un siglo pusiera la arquitectura, el urbanismo y la tecnología al servicio de la rentabilidad capitalista. Esta redefinición consiste en darle un barniz de “sostenibilidad, inclusión y estética”, con un discurso de la iniciativa como “proyecto de esperanza” para después de la crisis de la covid-19. “Va sobre cómo queremos vivir juntos después de la pandemia mientras protegemos el planeta y protegemos nuestro medioambiente, sobre empoderar a los que tienen las soluciones para la crisis climáticas, sobre conjuntar sostenibilidad con estilo. Va sobre nosotros”, dijo en un vídeo grabado la presidenta de la Comisión Europea. Un discurso que toma como referencia los principios de racionalidad, funcionalismo y heterodoxia estética de la escuela de arte Bauhaus fundada en 1919. La Comisión ha planteado una fase previa de lanzamiento con la pretensión de dotar a la iniciativa de un aire “participativo”, buscando la complicidad de arquitectos, urbanistas, empresas constructoras y “start-ups” innovadoras. Como en el movimiento Bauhaus histórico, el punto de partida serán los conceptos “accesible”, “funcional” y “estético”, con el añadido de “sostenibilidad” en su interpretación estatal/capìtalista, claro.



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