Los padres se preguntan por qué los ríos son amargos, cuando ellos mismos han envenenado la fuente. J.Locke
Esta mañana puse la radio a las siete, mientras desayunaba, y la primera noticia que dan es que un comité de la OMS viajará próximamente a China, concretamente a Wuhan, para investigar el origen del virus causante de la pandemia. Repaso el tiempo que ha pasado, más de un año desde que allí comenzara la cosa y pienso que igual es un poco tarde para averiguar eso. La misma noticia dice que el grupo de comisionados, todos reconocidos científicos expertos, del más alto nivel, se van a encontrar allí con notables impedimentos por parte de las autoridades chinas, según prevee la propia OMS en su comunicado; parece ser que al gobierno chino no le hace mucha gracia esa anunciada visita. La OMS estaba obligada a realizar esta investigación para no dejar sueltas en el aire las muchas acusaciones acerca de su dependencia financiera de la República Popular de China. Pero no me cuadran esos impedimentos a priori, que parecen incomprensibles, a no ser que estuvieran avisando a la opinión pública de que no van a encontrar nada por culpa de la tradicional opacidad del gobierno chino. Veremos.
Doy por hecho que se trata de una noticia más, sólo de trámite, a añadir a la fabulosa historia de esta pandemia que vivimos como espectadores de una película de ciencia-ficción, una de esas historias “reales” que a priori nadie te creería, que todos pensarían que es "de película", si no fuera porque algunos han visto enfermos y hasta muertos, en su casa o bien cerca. En ese contexto literario, de ciencia-ficción, me permito dar una pista a los investigadores de la OMS para que empiecen por algo, que menos es nada y más ya saben ellos que no van a encontrar, como no sea el cuerpo disecado de un pangolín. Se trata de que lean el libro que yo leí antes de que la OMS declarara la pandemia. Si de ahí no extraen alguna pista, les aseguro que al menos tendrán entretenimiento. Lo primero que sorprende del libro al que me refiero es que fuera escrito antes de ver todo lo que hemos visto. Es una novela que no lo parece, se titula “Crónica del creador del virus SARS-CoV-2: la historia real de un arma para desestabilizar el mundo”, su autor es Winston Canaris, aunque sospecho que este nombre es un alias colectivo, un modo de firma tras la que está un grupo de escritores "anónimos". En el propio libro pone que los derechos de autor pertenecen a Mariano Garcia-Abril Goyanes que, indagando, resulta ser un empresario que ejerce en la provincia de Valladolid y que estrenó su curriculum empresarial ejerciendo de administrador solidario de la empresa Symbiosis Strategy & Management Consulting SLL...no me digan que la propia historia del libro no es ya la base de una verdadera historia de ciencia-ficción.
Más que una novela, parece la autobiografía del supuesto científico chino creador del virus del Covid 19. Yo lo leí en e-book, ya digo, hace casi un año y, por tanto, el autor no podía saber todo lo que estaba ocurriendo y, menos, lo que vendría después. Reconozco que durante la lectura me costaba discernir entre realidad y ficción, tal es la verosimilitud de la narración. Del libro se han dicho cosas como éstas:
-"Escrita con brillantez, con tremenda verosimilitud y un ritmo que te va atrapando magistralmente en una inquietante trama, la novela nos hace reflexionar sobre todo lo que estamos viviendo y nos hacer ver la realidad desde otras perspectivas." - Elplacerdelalectura.com y Librosyliteratura.es
-"Se publicarán miles de páginas sobre el coronavirus: tesis, estudios científicos, ensayos, guiones y novelas... Pero seguramente ninguna de ellas tendrá el prodigio de la navegación por un río tan turbulento entre el sueño y la vigilia, entre la verdad y la falsedad, entre la realidad y la conspiración, como la presente obra." - Forolibro.com
Quien sea Winston Canaris monta su relato a modo de autobiografía que le envía el creador del virus (un tal Li Yun), que quiere permanecer en el anonimato. Así lo justifica el autor del libro en la introducción:
“¿Son ciertas estas memorias que recibí de un oscuro virólogo que proclamaba ser el creador de un virus? ¿Fue diseñado el SARS-CoV-2? ? La respuesta es hasta cierto punto secundaria, pues la Naturaleza lo habría logrado antes o después como tantas veces a lo largo de la historia de la humanidad. Lo crucial es lo que ahora representa: un nuevo concepto más insidioso y dañino que la más febril de las armas biológicas concebidas por la ciencia-ficción. Lo perturbador es lo que su creador supo ver: que la arrogancia y complacencia de la ciencia podían ser puestas de rodillas; que la apuesta correcta no consistía en esparcir la muerte con un virus extremadamente letal, sino desencadenar la respuesta desproporcionada, caótica y autodestructiva de un mundo que daba demasiadas cosas por sentadas. Lo que se cuenta, aun si no fuese veraz, funciona como una moderna fábula acerca de nuestra sociedad. El virólogo, un investigador casi siempre absorto, vuelca sus vivencias subjetivas y limitadas: una infancia marcada, el olvido como obsesión, sus motivaciones e intuiciones, una Naturaleza que cree que le inspira e impulsa, el proceso de creación de un nuevo modelo de virus y los recuerdos en torno a quienes apoyaron y financiaron el desarrollo del virus. El lector encontrará en estas páginas desmesura, soberbia y codicia en un mundo siempre regido por la chapuza, el azar y la improvisación, donde sus protagonistas se ven superados. Esta es la crónica de Li Yun, pionero de una estirpe de virólogos chinos; el primer cazador de virus cuya obra podría abrir paso a una estremecedora era de armas biológicas que, confundidas con zoonosis, se propaguen sin hacer saltar tempranamente las alarmas epidemiológicas debido a su sigilo, al acierto de combinar una altísima infecciosidad y una limitada virulencia".
No sé si los investigadores de la OMS, de leer este libro, encontrarían en sus páginas alguna pista o inspiración para sus investigaciones, pero tienen asegurado gran entretenimiento para esos largos días que tienen por delante, allí en Wuhan.
Pueden leerlo tranquilamente, tanto afirmacionistas como negacionistas y conspiranoicos, todos ellos disfrutarán de la lectura, unos porque se quedarán tranquilos sabiendo que esa historia es sólo literatura de ciencia-ficción y los otros porque fliparán con su realismo.
2 comentarios:
Excelente
Estoy de acuerdo.Pero escribelo con letras mas grandes.Que los que tenemos una edad....
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