martes, 3 de marzo de 2020

MERCADO LIBRE, CONJUNTO VACÍO


El capitalimo ha hecho del mundo un mercado. De este mercado se puede decir que es natural, pero no libre. Se rige por la ley de la naturaleza, la competitiva y asocial ley de la selva, en la que sobrevive el individuo más fuerte, que suele ser el más bruto. Esa “naturalidad” del mercado capitalista explica la conformación y éxito histórico del bruto capitalismo, avalado por la darwinista teoría científica de la evolución natural.

En buena medida, esa ley es responsable de la extinción de las especies, la misma que propiciará la desaparición de la especie humana de seguir sometida a esa ley. La continuidad y reproducción de nuestra especie no será posible de no contravenir esa ley que rige el ecosistema global de la Tierra. Aún así, sabemos de la existencia de una ley superior, la cósmica ley de la entropía, por la que todo el Cosmos tiende a disolverse como un azucarillo. Ello sucederá, querámoslo o no, pero mientras sucede aún tenemos un margen de oportunidad que, a escala humana, puede ser tan largo como una eternidad, porque  los individuos humanos tenemos algo que no posee ninguno de ninguna otra especie: conciencia propia. Y, además, hemos acumulado un creciente conocimiento de las leyes que rigen la naturaleza y una dilatada experiencia histórica. Por todo ello, podemos llegar a comprender los errores cometidos y podríamos desobedecer esa bruta y natural ley del capitalismo e interrumpir el rumbo que nos precipita hacia la extinción. Tenemos el potencial que se precisa, lo que todavía no tenemos es la voluntad de hacerlo.

En medio de esta reflexión, leo un artículo de Antonio Turiel que me ayuda a desvelar el mecanismo mental por el que llegamos confundir la perversidad del capitalismo con su naturalidad. Esa confusión, no me cabe duda, contribuye decisivamente a normalizar las estructuras de poder que sirven a la hegemonía y perpetuación del orden capitalista, de entre las que el aparato estatal destaca como la más decisiva. 
El artículo al que me refiero argumenta todo ésto mucho mejor que yo, se titula “Todos los cangrejos de la luna son rojos” y lo podéis leer en este enlace: 



 

Antonio Turiel Martínez, leonés nacido en 1970, es científico y divulgador licenciado en Física y Matemáticas y doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid. Trabaja como científico titular en el Institut de Ciències del Mar del CSIC. Es autor de más de un centenar de artículos científicos especializados y ha dirigido cuatro tesis doctorales. Es más conocido como activista digital y redactor principal del blog The Oil Crash (http://crashoil.blogspot.com/), en el que toca temas sensibles sobre el agotamiento de los recursos convencionales de combustibles fósiles, como el pico del petróleo y sus posibles implicaciones a escala mundial. 
Sostiene que la fracturación hidráulica (fracking) es una burbuja especulativa, pues el rendimiento energético de tal técnica es mucho menor comparándolo con la extracción convencional de combustibles fósiles de antaño, así como sus graves daños ambientales. Aboga por el decrecimiento y es crítico de posturas sobre la ideología productivista de los diversos sistemas políticos, tanto de derecha como de izquierda.

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