La
pequeña burguesía de izquierdas, la que sin vergüenza de sí misma ha
asumido el rol que le ha asignado el capitalismo -consistente en la
identificación ideológica de clase trabajadora y clase media-, de entre
sus irresolubles contradicciones quizá la más flagrante sea la de su
feminismo de estado, identitario y posmoderno, alimentador de monstruos
como el neofascismo que viene. Su “memoria histórica”, lejos de buscar
la verdad se desvela como aparato
propagandístico funcional a ese rol y a sus objetivos exclusivamente
electorales. Falta a la verdad cuando victimiza y desprecia a las
mujeres presentándolas como una masa vinculada por su identidad de
género, doblegada por el patriarcado (nunca dirán por el orden
patriarcal del capitalismo), políticamente pasivas y, por tanto,
víctimas inocentes, oprimidas por el patriarcado ("naturalmente"
identificado como género masculino y machismo). Necesita ocultar que
fueron cientos de miles las mujeres que tomaron una posición muy activa
en la guerra civil española, con un decidido posicionamiento en el bando
ganador, mayoritariamente enroladas en organizaciones femeninas y
fascistas.
Los datos desvelan la verdad de esa pésima memoria histórica, están en este artículo de Alexei Leitzie:
Los datos desvelan la verdad de esa pésima memoria histórica, están en este artículo de Alexei Leitzie:
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