lunes, 2 de octubre de 2017

MALOS DIAGNÓSTICOS CONDUCEN A PEORES CONSECUENCIAS



¿Que es lo que diferencia la presente crisis respecto a las precedentes?

"El capitalismo no es un eterno círculo sino un proceso histórico. Cada gran crisis acontece en un determinado nivel de acumulación y de productividad superiores a los de la crisis anterior" ... "Las crisis anteriores se superaron porque el capitalismo no había alcanzado todavía su máxima expansión. Un espacio interior quedaba aún disponible para el desarrollo del sistema" ... "Sin embargo, tras la 3ª revolución industrial, al capitalismo ya no le queda espacio para una nueva fase real de acumulación" (De una entrevista a Robert Kurz, el 2 de septiembre de 2012)


MALOS DIAGNÓSTICOS CONDUCEN A PEORES CONSECUENCIAS

Hace un mal diagnóstico de la realidad quien ve la actual crisis del Estado separada de la crisis del Capitalismo

En plena globalización las oligarquías han logrado concentrar todo su poder en una estructura aparentemente indestructible, organizada en dos frentes -económico y político-sólo aparentemente separados. Esta “apariencia” de separación funcionó muy bien durante las últimas crisis, gracias al camuflaje socialdemócrata (el Estado de Bienestar), pero a medida que la globalización avanza, su campo de expansión se agota, ya no hay más campo, ya no hay otro planeta ni otra gente a la que explotar para seguir acumulando capital y poder; y alcanzado ese límite, la apariencia de autonomía de lo económico y lo político ya no se sostiene. 
Desde esa lógica sólo cabe esperar una evolución posible, con una estrategia que no puede ser otra que la de una permanente crisis de Estado,  como única forma de salvar la permanente crisis del capitalismo. 


Cuando las oligarquías sienten que de la globalización ya no se puede extraer más capital, el rebrote de la pulsión nacionalista al que asistimos está expresando esa evolución, inducida y “lógica”, de la estrategia estatal-capitalista.  Por tanto, en tiempos de pensamiento único a éste sólo le sirve una estrategia única, la ecuación planteada sólo tiene un diagnóstico posible para las oligarquías dominantes: “nos falta beneficio porque nos falta planeta o nos sobra gente, o ambas cosas a la vez”...así, la guerra está servida, el Estado(s) vuelve a mostrar sin tapujos su original y genuina cara militar, sólo cabe la guerra como única manera de recuperar y mantener el beneficio, de acabar con los excedente de producción y mano de obra, eliminando a toda esa gente que sobra y que pone en riesgo el proyecto de la modernidad burguesa. Lo cierto y terrible es que, por ahora, sólo muy poca gente es capaz de identificar ese proyecto, menos aún como proyecto simultáneo, de “Progreso capitalista y Democracia estatal”.

Así las cosas, ante esa aplastante y victoriosa lógica, estrategia y logística del Poder, a la gente y al planeta sólo le cabe otra lógica y otra estrategia, de supervivencia y dignidad, que necesariamente ha de ser radicalmente contraria e igualmente global y única, consistente en acabar con el sistema dominante, en acabar con las élites y disolver las dos instituciones básicas que sustentan  su global y absoluto sistema de poder, Capitalismo y Estado.

Si hasta ahora el éxito del sistema dominante consistía en haber logrado una masiva adhesión de la gente  al Poder por la vía digestiva -del consumo como compulsiva y religiosa sustanciación del “progreso” capitalista-, cuando éste ha alcanzado su límite de expansión  y muestra signos inequívocos de agotamiento, ahora lo que toca es recuperar la genuina estrategia de los viejos estados, la de lograr la adhesión de la gente por  la vía patriótica-estatal.
 
Pues en eso estamos, eso es lo que está sucediendo ahora en Cataluña y lo que a diario viene sucediendo en todo nuestro pequeño mundo globalizado;  lo que me lleva a pensar que necesitamos tener otro diagnóstico si de verdad queremos dejar de contribuir a la agenda del Poder, que necesitamos un diagnóstico fundamentado en una lógica propia, de supervivencia del planeta y de la gente, una lógica de verdadera INDEPENDENCIA. 

Por si pudiera interesarle a alguien cuál es la estrategia que propongo en consecuencia de este diagnóstico, diré que dada la correlación de fuerzas, a corto plazo no hay solución y que a largo plazo la solución sólo es posible si  empezamos a construirla ahora, en el corto plazo.







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