miércoles, 4 de octubre de 2017

EL REY DE ESPAÑA LO HA DEJADO BIEN CLARO


       Las fuerzas del orden desalojan a los indignados de la plaza de Catalunya, el pasado 27 de mayo.

Como de costumbre, sólo podemos esperar el triunfo de la Razón, que -como bien sabéis- es propiedad del Estado...y la propiedad es sagrada.

 Ayer, el rey dejó bien claro qué es España y quién es él. Al rey de España, como es perfectamente comprensible, no podemos exigirle que piense antes de hablar, porque su misión consiste en leer lo que le escriben. No se le puede pedir otra cosa, porque él es un mandado fiel, un asalariado más al servicio de España, o sea, del Estado. Por fin, el ser de España, tan cuestionado a lo largo de muchos siglos, ayer quedó aclarado por boca del rey, que no dejó espacio para una duda que ya sólo cabe en la cabeza de la gente desinformada que no ve los telediarios de Tve. España ni es, ni puede ser, otra cosa que un Estado; y el Estado (como todo el mundo pudo comprobar el pasado 1-O) tiene siempre la Razón de su parte. Y por eso, como la Banca, siempre gana, no es para menos, siendo España Una, Grande y Libre.

Si de algo sirve lo que está sucediendo es para despejar la niebla política que suele cubrir la realidad de la vida. El paisaje se aclara y la realidad se descubre ante nuestros ojos con toda su nitidez, porque ni existe, ni puede existir, más que una sóla Realidad, lo que es es y por tanto es incompatible con cualquier alternativa. ¿De qué serviría recordar ahora que un señor trastornado, un tal Rajoy, tuvo en su mano evitar una guerra fratricida?, ¿para qué sirve recordar ahora que el rey de España no es sino un asalariado constitucional, un empleado al servicio de España, y que España no es -ni puede ser- otra cosa que un partido único y Popular?, ¿para qué recordar ahora que el socialismo, la esperanza de los desposeídos de la Tierra, no es más que un partido, una institución del Estado, eso sí, "el que más se parece a España".

La complejidad de la situación en Cataluña es, pues, sólo aparente. Todo dilema al respecto se simplificó el día 1-O y lo aclaró ayer, definitivamente , el rey de España. Ni cabía ni cabe desenlace diferente a la Razón de Estado, al imperio legal de la Porra. Da igual lo que suceda hoy o mañana, porque no cabe ninguna otra opción, sucederá lo que tiene que suceder, lo que corresponde según la legal y única Lógica, que un Estado manda a su gente asalariada contra la gente asalariada de otro Estado, porque no cabe otra, es la única forma de que siempre gane la Razón, el Estado que, como Hacienda, somos todos nosotros. Y así, cuando veamos a gente enfrentada con otra gente, no deberíamos equivocarnos pensando que es "otra" gente distinta a nosotros, porque ellos somos nosotros.

Así, cuando la conversación se plantea en términos prácticos, como conflicto entre gente asalariada, la victoria sólo puede ser del Estado, como en todo contrato laboral, de la parte contratante. Y así, la paz nada tiene que hacer frente a la guerra, que siempre tiene de su parte a la Razón, a la Ley, a la Constitución, a la Porra y, en definitiva, al Estado.

Amigos de la izquierda y de la derecha, disculpadme, me rindo, debería haber votado, lo que sucede no deja de ser también culpa mía -ya me lo decíais- todo por no hacer caso al Estado... por apostar a caballo perdedor, tomo nota, desobedecer al Estado siempre es suicida...reconozco que teníais toda la Razón, que mi idea de Pueblo es una ensoñación ilusoria, sólo una ingenuidad quimérica y utópica.

Como es costumbre y está escrito que debe ser, una vez más prevalecerá la razón del Estado y todo lo que la nutre: España y sus hijos, la Patria y su Bandera, la Democracia y su Progreso, el Estado y su Pueblo Soberano, su reino de España y su república de Cataluña, el Ejército Español con su Policía Nacional, su Guardia Civil y sus guapos y pacíficos Mossos de Escuadra, el Banco de Santander y su Caixa de España...es cierto, no cabe otra realidad y, por eso, haciendo uso de mi Derecho a Decidir, por la presente me es grato comunicaros que estoy pensando la posibilidad de presentar mi rendición definitiva...todo lo que haga falta con tal de no ir otra vez a la mili. 

Gracias, Felipe VI, por sacarme del error, por aclararme ayer que España no es un simple País, habitado por una simple Gente, como yo creía. Usted, Señor, su Majestad, por fin me lo ha aclarado: España es mucho más que todo lo público y lo repúblico junto, es todo un Estado.


1 comentario:

Loam dijo...

...y para qué entonces la enseñanza, las escuelas, las universidades, teniendo ese universal y pertrechado plantel de maestros anti-disturbios dispuestos a impartir Razón (de Estado, se entiende) a diestro y siniestro. ¿Es una porra eso que blande en su mano Carlos III en el cuadro que sirvió de fondo al discurso de su actual heredero? Lo es. Aunque envuelto en críptico boato legalista, lo es.

Salut