..."El espacio no respondía a las expectativas generadas y no estaba sirviendo para acercar posiciones, sino para alejarlas".
..."El panorama ha resultado cada vez más desolador en estos últimos días,
con el uso indiscriminado y a veces indebido de AeC por parte de todos y
cada uno de los dirigentes políticos que apelaban a la confluencia".
CONFLUYAMOS EN CONCRETO
Confluir para echar a Mariano Rajoy del gobierno sería un objetivo
acertado en el caso de que este señor fuera quien realmente nos
gobierna, pero todo el mundo debiera saber a estas alturas que
quienes gobiernan de verdad son quienes tienen el poder real y que,
sean quienes sean, nunca cometerán el error de presentarse a las
elecciones. Por tanto, lo que se dirime en todos los procesos
electorales es, como mucho, un recambio en ese limitado y
predeterminado contexto, una renovación del mandado de turno, una
operación que siempre contribuye a reforzar al sistema de poder,
según atestiguan los tres siglos de historia de la democracia
liberal, por lo que tenemos visto y comprobado hasta la saciedad.
Convendremos, pues, que el gobierno no es “el poder” sino su
intermediario, su mandado, que el poder ni se presenta a las
elecciones ni lo necesita, porque está a buen recaudo, dirigiendo
todo el juego; el auténtico poder no dará la cara mientras la
sociedad no cuestione su origen, el origen concreto del sistema de
dominación que, a mi entender, es la apropiación privada de la
Tierra y del Conocimiento para su acumulación y concentración, esa
es su esencia, la del capitalismo, junto con el monopolio de la ley y
la violencia, que eso y no otra cosa es el Estado. Todo lo contrario
al ideal humano de autogobierno, a lo que debería ser la democracia.
Es un autoengaño, pues, pensar que cambiando de gobierno se acaba
con la dominación. Como es un engaño decir que votando al menos
nos acercamos a ello. No. Como mucho, votar sólo sirve para renovar
a los beneficiarios del poder, ¿o es que para convencernos de ello
necesitamos otros tres siglos más de electorales confluencias?
Esto es una democracia liberal, compañeros confluyentes. Esto es
Capitalismo y Estado en hibridación perfecta, por mucho que os
empeñéis en identificar lo estatal con lo público, lo público y
estatal con lo comunitario, la organización electoral con la lucha
por la libertad, por la autonomía de los individuos y las
sociedades humanas. Eso ha sido y sigue siendo así, aquí y en
Sebastopol. Lo que sigue pendiente no es un cambio de gobierno ni una
revolución en abastracto, limitada y etérea, sino una revolución
integral y bien concreta, que podría comenzar dándole un nombre
apropiado a la forma en que ha de organizarse, como “democracia
integral”: una revolución completa y concreta, personal y social,
local y global, económica, política, ecológica, tan ética como
pragmática.
Naturalmente que ésto no se resuelve en el corto plazo, que así no
solucionamos de inmediato las necesidades acuciantes, pero si no
empezamos alguna vez, si las tareas trascendentales las seguimos
subordinando a las urgencias de cada momento, si las seguimos
aplazando para después de cada frustración electoral, nunca
tendremos eternidad suficiente para empezar a resolverlo.
Mayorías y minorías, izquierda y derecha son conceptos
definitivamente propios del sistema de dominación, sólo útiles a
la reproducción del orden impuesto. Por evidencia científica, por
su constatación experiencial. Esa es la política realmente
existente, la que necesitamos cambiar radicalmente. Hay un principio
prepolítico que es ocultado por sistema: que la lucha política es
algo a superar, pero no a perpetuar, que su reproducción eterniza al
sistema de dominación. Porque las luchas cuerpo a cuerpo siempre las
gana el contendiente más fuerte y mejor armado. A éste hay que
desarmarlo recurriendo al consenso básico y global que nos permita empezar a
practicar la democracia integralmente. No puede ser que la
mayoría de la sociedad se niegue hoy a vivir en auténtica
democracia, algo muy grave debe estar pasando cuando son las víctimas
de la dominación las que, además de consentirla, defienden su statu
quo, la democracia liberal que sirve a la perpetuación de la lucha
fraticida generalizada.
La experiencia histórica nos explica con contundencia que esa no es
la estrategia necesaria, que sería mejor cambiar de método,
reiniciar, boicoteando al sistema, abordando de una vez la construcción
paralela de la vida comunitaria deseada. Porque partimos de una
sociedad debilitada, de una vida humana en exceso dependiente de
condiciones impuestas, porque somos así un contendiente fácil de
dominar, si aceptamos jugar con las reglas del contendiente al que
nos oponemos. Así la derrota está asegurada, es la consecuencia ya
cantada y predeterminada.
En ésto consiste, a mi entender, la confluencia necesaria y
concreta: en no afiliarnos a a ningún partido ni sindicato, como a
ninguna organización de las que nos son ofertadas desde el sistema,
dejando de consumir los productos del mercado capitalista,
progresivamente, a medida que vamos organizando el nuevo sistema de
producción autogestionada y según vayamos avanzando en el rescate
de los bienes comunales expropiados, restituyendo al comunal lo que
al comunal pertenece, renunciando al derecho burgués de apropiación
privada y anteponiendo el comunal derecho de uso, aplicado a los
bienes derivados de la Tierra y el Conocimiento humano; reduciendo
nuestro consumo a los productos resultantes del trabajo autónomo y
cooperativo mejor que los provenientes del trabajo asalariado, a los
productos de los mercados locales mejor que los provenientes del
mercado global; creando un sistema productivo propio, autónomo y
autogestionado; un mercado social con moneda propia, que nos sirva
para intercambiar lo que producimos personal y comunitariamente, en
paralelo y al margen del mercado estatal-capitalista; volviendo al
uso individual y comunitario de la tierra, a la producción
responsable y ecológica de nuestra propia autosuficiencia básica:
de habitación, alimento y energía; autoorganizando la educación,
la salud, la cultura, la información y la comunicación, liberando
estas actividades sociales del adoctrinamiento para el que fueron
creados como “servicios públicos” del Estado. No votando ni
participando en las instituciones del sistema. Con el fin de
debilitarlo, dejando de nutrirlo con nuestra participación;
construyendo instituciones propias, autoorganizándonos en asambleas
comunales autónomas, no por decisión de una mayoría, sino por
consenso, en torno al procomún universal y básico: el uso común de
la Tierra y del Conocimiento, junto a la práctica del autogobierno o
democracia integral. CONFLUYENDO en asambleas localmente
autoconstituidas, como ayuntamientos comunales, a su vez confederados
solidariamente, con el fin de sustituir a los gobiernos por
disolución progresiva: a los gobiernos municipales dependientes del
Estado, a los de las nacionalidades y las falsas autonomías
regionales y a los gobiernos de todos los Estados. Creando un orden
mundial radicalmente nuevo, basado en la confluencia libertaria
universal, en solidaria confederación de comunidades
autoconstituidas por individuos decididos a ser verdaderamente libres
y autónomos.
Soy consciente de que propongo una sociedad autoconstruida por
imperfectos seres humanos y que, por eso nunca será perfecta. Pero
a su favor digo que eso mismo nunca podremos decirlo de la actual
sociedad, construida a imagen y semejanza del orden
estatal-capitalista, manifiestamente empeorable, que por su propia
naturaleza destructiva, fundamentada en la dominación de la
naturaleza y de unos seres humanos sobre otros, sólo puede ir a
peor.
Así pues, siendo confluyente convencido, para perpetuar el
sistema de dominación no conteís conmigo. Para eso no quiero
confluir con nadie y elijo seguir mi propio camino. Para eso,
prefiero vivir en soledad que en falsa comunidad.
5 comentarios:
Cierto; no se trata de cambiar de collar; hay que cambiar de perro o incluso de animal.
¿Te veremos en Somero 2015> en Gijón esta semana?
Todo camino se inicia dando un primer paso... Yo me planto un huerto
Todo camino se inicia dando un primer paso... Yo me planto un huerto
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