No
encuentro razón alguna para seguir esperando a que suceda lo que
debe suceder, la insurrección personal y global dirigida a restaurar el sentido
de la vida humana y reorganizar la convivencia humana, reordenando
nuestra relación con la naturaleza y restaurando el hoy pervertido
ideal de la democracia.
No
quiero seguir esperando a sumarme -no se sabe cuando-, cuando surja
un movimiento masivo que promueva el objetivo revolucionario que ya
desde hace demasiado tiempo sabemos que es ineludible. Me harta la
espera, me desespera, no es por impaciencia sino por sentido del
deber, por la urgencia de hacer lo que de todas formas hay que hacer.
Sé
que hay muchas personas y grupos intentándolo a su modo, diseminados
por todo el mundo, trabajando aisladamente en la misma dirección. Soy consciente de que han fracasado todos los
movimientos altermundistas, como el Foro Social Mundial, que hoy es papel mojado, como soy consciente de la imperiosa necesidad
de una corriente global de pensamiento y acción revolucionaria
integral, un adiós definitivo a le estrategia puramente
quejica y contestataria, para pasar a la extensión viral y universal del proyecto
revolucionario integral, “integrando” el pensar y el hacer la
revolución, tanto en lo global y local como en lo personal y
colectivo.
Soy
consciente de que existe una mayoría social que no está todavía
por esta labor, de la que nada podemos esperar por ahora, porque vive
centrada en objetivos de mero consumo o supervivencia, porque su
situación vital es de domesticación y/o emergencia vital y sólo el
consumo o la supervivencia, personal e inmediata, suscita su interés;
sé que la mayoría todavía sólo puede ver “su” solución en la
adaptación sumisa al orden vigente, del que todavía esperan una
futurible corrección de rumbo y al que todavía no perciben como
una “estructura” de dominación estatal/capitalista, al que no
ven todavía como el todopoderoso sistema que es y que determina
nuestras vidas al completo y en todas las dimensiones posibles. A
pesar de la abundancia y claridad de las evidencias...tal es el poder
educativo, mediático y fáctico de la dominación, que sólo
minorías no elitistas alcanzan hoy a ser conscientes del alcance de
la dominación y menos aún, del destino autodestructivo al que somos
conducidos en forma acelerada.
Yo
no quiero esperar a que eso suceda. Aunque piense que, precisamente
eso (y el pánico asociado), provocarán por sí mismos un cambio
radical en la consciencia de las masas, yo creo que hay que
anticiparse, porque para entonces ya será demasiado tarde...si no lo
es ya. A mi entender, sólo quedan al margen del proyecto de la
revolución integral las minorías que concentran y se reparten el
poder, las élites y partidos que aún proclaman las falsas promesas
ya fracasadas y desenmascaradas, la “libertadora” del Capitalismo
o la “igualitaria” del Estatismo; sólo ellas, las élites
capitalistas y estatalistas, quedan autoexcluidas de la llamada a la
insurrección que quiero proclamar sin más demora, por mi cuenta y
riesgo.
Que
cada cual, si se siente concernido, haga lo propio y a su manera, su
manifiesto personal, miles de manifiestos personales en su lengua
materna y traducidos a todas las lenguas, extendidos por todo el
mundo aprovechando esta máquina infernal del internet, confiscada
esta vez para fines subversivos, en pro de la revolución integral.
No vale la adhesión facilona, a lo facbook; que cada cual haga su
manifiesto, lo difunda o no. El caso es expresar cada quien su
compromiso personal, aunque sea sólo consigo mismo.
El
caso es que ésta es una manera, la única que ahora se me ocurre, de
elaborar un multimanifiesto, constituyente del movimiento por la revolución integral, que nos ayude a encontrarnos, en la virtualidad global y
sobre todo en la realidad presencial, para ir confluyendo en los
principios y estrategias que nos permitan extender y generalizar la
insurrección a escala local y global.
1 comentario:
La verdad es que sigo tu evolución hace tiempo y me resulta interesante ver las dificultades que has encontrado para sostener y desarrollar un espacio/esfuerzo colectivo que aspira a la integralidad comenzando por la conversación.
Me gustaría invitarte, ya que se que has leído algunos libros nuestros, a echarle una lectura a los dos últimos libros que hemos publicado en las Indias (y que tienes en libre descarga en portada) y a conversar a partir de ahí si te apetece en lamatriz.org
Un abrazo
David
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