Cabecera de la manifestación del 15 S |
Los
medios de comunicación (99%) del sistema difunden hoy imágenes sobre la
manifestación del 15-S y se centran en destacar
los huecos que había en la plaza de Colón, para acabar sentenciando un fracaso
de la convocatoria, a la que atribuyen una presencia de 65.000 personas, las
mismas que dice la delegada del gobierno en Madrid. En algún otro medio del
sistema, situado a la izquierda, se habla de 85.000. Los sindicatos convocantes
(del sistema) dicen que 600.000. La cifra me da igual, siempre será tan falsa
como verdadera, porque el sistema siempre acierta. Siempre acierta y siempre
gana: porque su mentira contiene todas las verdades posibles, entre 65.000 y
600.000.
El
caso es que el gobierno considera superada la prueba del 15-S y ahora ve con algo más de tranquilidad cómo
aflojan las resistencias de cara a los tijeretazos que tiene que aplicar en
cuanto le firmen el siguiente rescate. Ahora
toca que los independentistas catalanes tomen el relevo en la justificación de
la próxima subida de la prima de riesgo, como consecuencia de la desconfianza
de los mercados ante la desestabilización que supone para el Estado su actual radicalización soberanista. Ya se
sabe, los mercados no pueden mentir porque, como a los mormones, se lo prohibe
su religión. Por eso, son tan independentistas como constitucionalistas, avalados siempre por su inefable patriotismo
representativo, sustanciado en la Banca que, como todo el mundo sabe, siempre
gana.
¿Qué
hacer, pues, ahora?
Para
empezar, podríamos reconocer que el capitalismo es incompatible con la
democracia. Y, sobre todo, podríamos prepararnos para lo que viene, porque
incluso superada la crisis
financiera a costa del sufrimiento de
millones de personas que van quedando excluídas del sistema, éste se hundirá de
todos modos, ya que lo peor no es su crisis financiera, lo peor de es que
YA no tienen sistema productivo, YA no saben qué producir que tenga valor y que
siga permitiendo la acumulación de capital. Lo peor es que en todas las soluciones que tienen
previstas sobramos nosotros (como parados o como finados). El sistema contiene
en sí mismo, en su ADN, su propio poder autodestructivo. ¿Podemos imaginar diez
millones de parados en España?...pues, al tiempo.
Nos
hemos creído la ficción de que la fábrica y la calle eran nuestras. Llegamos a
soñar que teníamos el poder
extraparlamentario. Ahora toca deconstruir ésta realidad alienada en la que
habitamos, ver que el capitalismo extraparlamentario es mucho más poderoso que
el que se sienta en el Parlamento. Que tiene la propiedad de los medios de
producción. Que tiene el capital. Que tiene el trabajo. Que tiene los medios de comunicación. Que tiene el
sistema educativo. Que tiene la cultura…que nos tiene a nosotros, obreros
capitalistas al cabo, peleando entre nosotros por conservar un salario de
mierda, entretenidos en ver quién entra y sale del Parlamento, en quién será el
próximo inquilino de la Moncloa.
Con
todo, creo que hay que llegar al Parlamento, porque aunque se trate de la menor de las conquistas
necesarias, es la mayor de las que ahora
son urgentes y posibles. Creo, amigos libertarios, que aunque siempre ha sido un
peligro, ahora es un peligro necesario, que podemos conjurar desde las plazas, fortaleciendo el contrapoder popular.
Eso
hoy por la mañana, porque esta misma
tarde deberíamos dedicarnos a construir el auténtico poder democrático, fuera
del Parlamento, en las plazas, en las fábricas, en los ayuntamientos, en las
familias, en los colegios y universidades, en los bancos y supermercados…antes
de que las ruinas del capitalismo sepulten toda resistencia junto con la esperanza por un mundo mejor. Resumiendo:
¿qué hacer?, pues iniciar lo que habrá de ser una larga transición a la Democracia, lo
que ahora sólo es un débil
anticapitalismo.
1 comentario:
Me da la impresión que es tan profundo el sopor que aqueja a la ciudadania en general, que ninguna evolución será posible sin tocar fondo.
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