*De vez en
cuando me harta ésto de estar al día, echarle una ojeada a los periódicos al
inicio de la mañana, ver los informativos televisivos, matinales y vespertinos,
oir y ver tertulias de grillos, asistir a conferencias-powerpoint, y hasta me
harta leer libros o bajar
artículos y vídeos de la red, me hartan los mass-media, la tele lo que más, me
absorve y me fatiga la navegación digital, me agobia el e-mail,
por excesivo…y entonces sólo me apetece caminar en silencio, andar por el monte
sin teléfono, navegar conmigo mismo,
sólo, palpando esta inmensa soledad que me
devuelve a la realidad sencilla de la vida, una experiencia única y gratuita, percibida en auténtica banda ancha, que me hincha los pulmones y me llena a soplos, de sensaciones,
pasiones, conversaciones, emociones, sueños y memorias de pieles suaves, de
otros paisajes y temblores, de estrechas muchedumbres rurales y anchas
soledades urbanas, sin relativismos, como la cruda realidad: completa, gélida o
hirviente, pero bien cierta y bien palpable.
*Alfons
Cornellá es el gurú de Infonomía y de Co-Society, que inventó el neologismo “infoxicación” aplicado a este concepto de
intoxicación informativa, sobre el que afirma: “La palabra
definía el exceso informacional, de intoxicación
informacional, en la que tienes más información de la que humanamente puedes procesar y,
como consecuencia, surge la ansiedad (técnicamente, síndrome de
fatiga informativa). En inglés el término es information overload (sobrecarga informacional). Pues bien, la infoxicación es un problema de nuestra sociedad y, por tanto, también una gran fuente de
oportunidades. Cuando definí el término, Google no existía. El spam era, quizás, una predicción de algún visionario al que nadie hizo caso.
La situación es hoy peor de lo que podíamos imaginar”.
*La
realidad se nos cuenta a través de la prensa, la radio, la televisión, la internet…
utilizando noticias, titulares, hechos aislados, en mensajes inconexos. El mundo, convertido en realidad, aparece como un
rompecabezas gigantesco del cual se nos presentan, casi a cada momento del día,
múltiples piezas sueltas, sin que percibamos ni una mínima idea o imagen acerca del aspecto general del
puzzle. Nos llegan datos por todas partes y nos llega poca o ninguna
información sobre la relación entre ellos. Nos llegan crónicas
de asesinatos, vidas de famosos, lesiones
de futbolistas, documentales sobre ecología, entrevistas a políticos, a frikis
y artistas…todo puede ocupar el mismo espacio de tiempo e incluso tener la
misma importancia en medios que llegan a millones de personas: un economista
explicando un gráfico sobre estadística financiera, la reseña mensual del
desempleo, anuncios de productos adelgazantes, información por todas partes,
excesiva, contradictoria, inconexa, que nos sobrepasa y nos confunde. Los
medios de comunicación ofrecen una visión fragmentada y caótica del mundo. La
información es una mercancía más a la venta en un mercado ferozmente
competitivo, que provoca la
desorientación en el individuo-audiencia,
junto a la sensación de que la realidad es tan compleja que no hay por
dónde cogerla y que, por tanto, nadie puede hacer ni cambiar nada. Lo que, por
otra parte, le viene muy bien al poder establecido.
*Francis Fukuyama es un americano de origen japonés, nacido en Chicago y graduado
en Harvard, que en 1989 escribió un libro titulado "El fin de la historia
y el último hombre", donde afirmaba que la caída del comunismo y el
triunfo de las democracias liberales marcaban el comienzo de la "etapa
final" de la humanidad. En 1998 corrigió algo su posición, publicando "La gran ruptura", donde sostiene
que en el paso de la sociedad industrial a la sociedad de la información y la
comunicación, las naciones ricas “han visto cómo se derrumbaban sus valores,
aumentando el crimen y la corrupción,
cómo la gente pierde la confianza en las instituciones, cómo tiende a no
comprometerse y a relacionarse en grupos pequeños…” sin embargo, aclara que
esta tendencia a la atomización de la sociedad se está frenando debido a
que "nuestros instintos más básicos nos impulsan a crear
reglas morales que nos unen en comunidades y a promover la cooperación".
Apartándose del liberalismo más ortodoxo, sostiene que el individualismo es una
"vulnerabilidad" de las democracias modernas y que la cooperación es
requisito imprescindible para el desarrollo de nuestra sociedad. Fukiyama
parece un tipo inteligente, que va comprendiendo hacia dónde debe ir el mundo y espero que en su próximo
libro acabará reconociendo lo inevitable, el necesario fin del sistema que ha
ocasionado todo ésto, la insostenible democracia
capitalista.
*No
estamos ante el fin de la historia, pero sí en presencia de muchas muertes previsibles y necesarias. Contemplamos los
últimos espasmos de las falsas democracias, capitalistas y estatales, somos
espectadores del último intento por
salvar la propiedad privada del planeta Tierra
(el oculto manantial del poder dominante). Vivimos en la estancia
previa, en la posmodernidad vacía y sin contenido, la que nos trajo el poder
dominante junto con la Modernidad , con el
Estado nacional y con la lógica consumista y materialista, capitalista y
marxista. La intelectualidad posmoderna
le hizo una crítica muy dura a la modernidad, pero sin afectar al orden
establecido, muy al contrario, sosteniéndolo con su hiperracionalismo, con la sociología de lo cotidiano, la moda,
el hedonismo, con la prevalencia de la
imagen sobre la palabra… en una premeditada asfixia de la razón y alumbramiento de la gnosis: su capitalismo posmoderno
y cognitivo, su capitalismo “verde” y “feminista”, su “democracia”
participativa…O lo que haga falta.
*Con la muerte de la utopía,
proclamada por los deconstructores postmodernos, se declara el fin de la historia y, por ende, del hombre
moderno, al que quieren liberar de los errores de la modernidad, ofreciéndole
un espectro confuso, ruidoso, relativo y fragmentado. Tenían que liberarnos de
las promesas no cumplidas de la ilustración. Con
la lógica racional posmoderna tenían que eliminar el ideal del sujeto
"autónomo". El pensamiento postmoderno ofrece al hombre de hoy la
posibilidad de disfrutar a tope del presente, de ganar la salvación a partir de
los objetos. Estamos a las puertas de una "segunda revolución
individualista", según dicen. Pero la propuesta posmoderna encierra una
huida de las cuestiones últimas, que también son las primeras, insoslayables
para la condición libertaria y social de la naturaleza humana, que nos emplaza
a vivir “humanamente”, a recuperar la orientación y el sentido de la vida,
haciendo frente a este caos capitalista y posmoderno, que nos infoxica y nos fragmenta.
2 comentarios:
Tienes una propuesta concreta para una sociedad en la que no conoces ni a tu vecino?
Yo es que estoy infoxicado.
Muy buena entrada, como todo este blog.
Un saludo.
Gracias, Moncho, por tu comentario.
Estoy intentando definir esa propuesta, es lo que denomino "vía comunitaria", que quiere ser una actualización del socialismo libertario, en diálogo con mucha gente y movimientos de la izquierda que están en el mismo intento.
Saludos fraternales, Nanín
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