jueves, 21 de julio de 2022

LAS IZQUIERDAS, ATRAPADAS EN EL BUCLE DE MOEBIUS

 

M. C. Escher - Mobius Strip II, 1963

 

Hasta 1789 no hubo izquierdas ni derechas. En esa fecha la burguesía y el campesinado del estado francés, junto a los primeros proletarios, renegaron de la estructura tradicional de un Estado "antíguo" que se mantenía a costa de los tributos aportados por ellos, mientras que eclesiásticos y aristócratas disfrutaban del privilegio de un “histórico” derecho de exención. La revolución francesa venÍa a reformar la estructura social tradicional, basada en una economía feudal, y a eliminar privilegios; pero en realidad no cambió el “sistema”: los que antes se repartían los asientos del poder en tres “estamentos”, pasaron a repartírselo en uno solo, con asientos situados  a ambos lados del hemiciclo,  a  izquierda y derecha. 

Lo que cambió la revolución francesa no fue la estructura estatal,  fue la situación de los asientos de aquellos que se disputaban el timón del Estado. Y sucedió lo que tenía que suceder, que aquella revolución solo fue un salto histórico, por el que la sociedad francesa pasó de estar gobernada por el regimen absolutista de un monarca, Luis XVI, a estarlo bajo el regimen absolutista de Napoleón Bonaparte, un general republicano. 

Por mucha imaginación que se le ponga, sea en modo monárquico o republicano, el Estado es lo que es y no puede ser otra cosa, conclusión a la que puede llegar cualquiera que repase los últimos siete mil años de historia. Que no por casualidad esa es la edad del Estado. Lo que en realidad vino a decir la revolución francesa fue: “el Estado sí, pero no así”, dicho que a algunas personas nos suena muy actual.

Sumadas, la mentalidad ilustrada (revolución epistemológica), la industrial (revolución tecnoeconómica) y la republicana (revolución política), fueron los ingredientes constructores del mito del Progreso, fundante del imaginario  ideológico del "moderno" Estado-Nación-Capitalista.

Durante los siglos previos, la lucha de clases fue mucho más sencilla. Cada persona sabía cual era su sitio en la sociedad: se pertenecía al Estado o al Pueblo, no había más clases, solo estaban esas dos: la de quienes tenían acceso al poder o a sus beneficios y la de quienes no tenían acceso ni beneficios. La Modernidad no cambió nada sustancial, nada que modificara la estructura estatal basada en la desigualdad y en la división social en clases, pero sí  introdujo una creciente complejidad en las relaciones sociales, que "parecía" cambiarlo todo. 

Para los liberales, el Progreso pasaba a ser el motor de la Historia, al igual que la lucha de clases lo era para los proletaristas, de ideología mayoritariamente marxista. Ambas mentalidades eran igualmente “modernas”,  enfocadas  igualmente en una misma idea del Progreso,  reducida exclusivamente a lo económico. La lucha de clases no era una novedad, era lo natural, la que siempre se dio en todas las épocas y en todas las sociedades, y siempre resuelta a favor de las élites que tuvieran el control y la fuerza militar del Estado. La novedad era la propia idea de Progreso, en la que burgueses y proletaristas coincidían, al igual que todas las facciones ideológicas -socialistas, comunistas y fascistas- que fueron surgiendo con esa misma matriz “progresista-estatalista”, de titularidad -no se olvide- burguesa-liberal-republicana. 

La única excepción fue la facción proletaria de ideología anarquista, que imaginaba el Progreso sin clases sociales, al igual que el comunismo, pero sin necesidad del Estado. Esta última ideología moderna, la anarquista, fue, sin duda, la más cercana  a la ancestral visión popular, opuesta al  Poder por sistema. Pero fracasó en su intento, como le sucediera durante siglos a todos los Pueblos. Tampoco el anarquismo acertó con la fórmula, sabía su finalidad, libertaria y emancipadora del sistema estatal de clases, pero no sabía cómo recorrer ese camino; la primaria aversión anarquista a toda organización y programa lo hicieron imposible. Y así, a pesar de sus históricos momentos de brillo popular y de conquistas parciales, el movimiento anarquista se fue disolviendo por sí mismo, en su propio caldo nihilista, hasta quedar hoy como marginal “estilo de vida”, disidente dentro del Estado, pero tan integrado como irrelevante.

Es su religiosa creencia, en el imaginario moderno del Progreso, lo que ata a las izquierdas al Sistema Estado, es su visceral desconfianza en la capacidad de autogobierno de las comunidades humanas, de la gente del Común. Eso las emparenta con las derechas, es lo que impide a las izquierdas comprender qué es el Estado y que éste no es sino “el Sistema” al que dicen enfrentarse, entrando así en un bucle de Moebius en el que no encuentran salida, sencillamente porque en este bucle no la hay. Creen circular "al otro lado", en un lugar donde solo existe un único lado.

Así, su anticapitalismo o su antifascismo no pueden ser “antisistema”, cuando el capitalismo es la forma económica del Estado y el fascismo su recurso de última instancia. Las izquierdas modernas son prosistema, tanto como las derechas, con la desventaja de que éstas, jugando en campo propio tienen ganada la partida de antemano. Las izquierdas no son antisistema, ni pueden serlo mientras sigan esperando el despertar de una ilusoria conciencia de clase, o el advenimiento, no menos ilusorio, de un Estado "Mejor".

Díganme un momento de la Historia en que las personas y las comunidades humanas hayan podido vivir sin el peso del Estado. Y díganme cuándo, como ahora, el Estado se ha entrometido tanto en la intimidad de nuestras vidas, sin dejar un mínimo hueco sin controlar o legislar. No lo hay, habría que remontarse a la prehistoria, porque la Historia también es propiedad del Estado.

Sin abandonar el imaginario “progresista” de la Modernidad, no hay salida a la trágica situación a la que aceleradamente nos aproximamos, al colapso económico, ecológico y social, inevitable a medida que se vaya agotando la energía fósil que ha mantenido en movimiento al Sistema durante los últimos cien años, el siglo del petróleo y su ilusorio Estado de Bienestar. No serán las epidemias globales, ni el cambio climático, será el agotamiento del petróleo lo que destruirá la ilusión burguesa de Progreso. Las derechas, históricas titulares de la propiedad y gobierno del mundo, lo saben; y por eso nos educan para lo Peor y ya inminente. ¿Por qué, si no, las prisas por acelerar la transición energética o la inteligencia artificial?, ¿por qué la masiva propaganda de guerra global, por todos los medios y en todas las latitudes,  por qué poner de moda el ecofascismo nuclear?, ¿cómo explicar el regreso a la guerra económico-militar entre bloques de estados capitalistas y comunistas, cuando éstos últimos ya no existen?... ¿es que nadie ve en la guerra de Ucrania una perfecta cinta de Moebius?


Lo diré una vez más: las izquierdas, atrapadas en el ideario burgués de la Modernidad, son el tapón que impide la revolución comunal hoy necesaria, solo viable  a condición de concebir la vida humana sin la necesidad del Estado. Lo hagan o no, de todas formas el colapso de la civilización burguesa está cantado, sucederá porque ya es demasiado tarde para evitarlo. Sin embargo, a pesar de todo, tengo una irreductible confianza en la superioridad de nuestro instinto ético y ecológico sobre nuestros más primarios instintos animales, los de propiedad y jerarquía, responsables últimos del atasco evolutivo en el que ahora se siente bloqueada nuestra especie, por primera vez en su conjunto. 

Por eso sé que, no tardando, comenzaremos a autoorganizarnos en comunidades de cooperación y ayuda mutua, al menos para resistir y sobrevivir al colapso que se avecina, con esa inteligencia mínima. Si bien, siempre pesará en la memoria de la conciencia humana el próximo sacrificio  de millones de personas inocentes, en el altar del Progreso.






martes, 5 de julio de 2022

LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN GLOBAL (LA SEGUNDA), ESBOZO DE TEORÍA Y PROGRAMA

 

La Edad Estatal: total, nueve mil años de Historia

 

Cuando digo “revolución globalme refiero a un proceso histórico en el que cambian radicalmente las condiciones de la existencia humana, del conjunto de la especie, nada que ver con las revoluciones políticas que se leen en los libros de Historia, acerca de rebeliones más o menos violentas y dirigidas a cambiar unos gobiernos por otros.

Hasta donde conocemos, la primera revolución global fue, sin duda, la que tuvo lugar y tiempo en el Creciente Fértil, esa franja de terreno fresco y verde situada entre los ríos Tigris y Eufrates, por donde parece seguro que salieron de Africa los primeros emigrantes climáticos, camino de Asia, para extenderse y poblar luego todo el continente euroasiático y de allí dar el salto a las Américas sorteando los océanos Pacífico y Ártico por el estrecho de Bering, un puente helado por entonces, de tan solo ochenta kilómetros, que viene a ser la distancia en línea recta entre Valladolid y Zamora. Aquellas tribus pudieron pasar andando de un continente a otro, pero hoy tendrían que hacerlo en piragua, pues apenas queda hielo, según acreditan las imágenes capturadas por los satélites en estos últimos años. Así que lo primero que hay que desmentir es que ni los vikingos ni Cristóbal Colón descubrieron América, que fueron aquellas tribus euroasiáticas procedentes de Africa. Y de eso hace unos diez mil años.

Por entonces, probablemente fueron mujeres recolectoras quienes pensaron que mejor que deambular de aquí para allá recogiendo frutos silvestres, sería plantar semillas en una tierra blanda y húmeda y construir una cabaña al lado para esperar allí a que la tierra empezara a dar sus frutos. Las primeras pruebas debieron de darse bien, ¡menuda diferencia!...los cazadores hombres debieron elucubrar otro tanto sobre esa misma estrategia: ¿qué tal si en vez de perseguir a las manadas de antílopes los encerramos en un corral cerrado con tapial de piedras y los llevamos cada mañana a pastar por las praderas y montes cercanos, guiados por un cazador reconvertido a pastor, con la ayuda de uno o más perros?

Todo parecía indicar que en aquello consistía la primera revolución global de nuestra especie. Pero no es así, no fue solo por el “invento” de la agricultura y la ganadería, no fue hace diez mil años. Todavía tuvieron que transcurrir unos cuantos siglos de vida tribal en pequeñas comunidades agrícolas y pastoriles, hasta que se produjera la verdadera revolución neolítica: fue a partir de la fundación del primer Estado, fue en aquellas mismas planicies fértiles situadas entre lo que hoy son Irak y Turquía. La ciudad de Çatalhöyük, en Turquía, fue fundada hace unos 9.000 años y Uruk, en Irak, hace no menos de 7.000 años. Solo había un paso del nacimiento de aquellas primeras ciudades al surgimiento de los primeros Estados, en realidad las primeras ciudades ya debieron ser pequeños Estados, organizados en los tres estamentos dirigentes, comunes a todo aparato estatal: propietarios de la tierra, propietarios del conocimiento (religioso en origen) y propietarios de las armas como del arte de la guerra. Cada ciudad-estado controlaba el territorio más cercano, del que se abastecía. Los gobernantes de las ciudades más poderosas empezaron a dominar a las vecinas ciudades, creando un dominio territorial cada vez más extenso y complicado de controlar. A los gobernantes de los primeros estados surgidos en Mesopotamia y Egipto, se les consideraba enviados de los dioses o directamente dioses, por el inmenso poder que concentraban, lo que les permitía contar con grandes cantidades de mano de obra obediente, para construir murallas, palacios, templos y gigantescas tumbas. Y si funcionaron así tuvo que ser porque aquellas sociedades campesinas compartían un conjunto de ideas, que aquí denominaré “mentalidades”, en el sentido de “ideas colectivas” empleado por su primer investigador, el medievalista Jacques Le Goff.

La mentalidad religiosa propiciaba que a los gobernantes se les considerara estrechamente relacionados con los dioses, por lo que nadie los elegía y nadie los podía quitar, porque eran superiores al resto de los humanos. La creencia religiosa convencía a la gente de que ésto tenía que ser así, una teocracia, fuente original y legitimadora del poder estatal. La creencia religiosa justifica al poder y promueve la obediencia de los súbditos, su natural predisposición a la aceptación sumisa de la jerarquía. Por estamentalidad jerárquica, parecen “naturaleslas diferencias sociales, pensar que no todas las personas son iguales en derechos y que “de natural” las hay libres y propietarias, como las hay esclavas y sin propiedades. Por ello que pareciera natural que los esclavos procedieran de las poblaciones hechas prisioneras en las frecuentes guerras. Pensemos que la esclavitud ha pervivido hasta hace bien poco y que el trabajo asalariado solo es una sofisticada forma de esclavitud.

La sociedad humana evolucionó desde las tribus o jefaturas hasta los Estados, mediante un gradual proceso de transformación que permitió a un pequeño grupo estructurar la sociedad jerárquicamente y mantener el orden gracias a la apropiación de los símbolos de poder. Los grupos dominantes en la sociedad tribal fueron aumentando su poder y, a la vez, construyeron gradualmente la jerarquía y la segmentación social que constituyen la base de todo Estado, desde su orígen.

La estratificación económica sirve de fundamento a una de las teorías del Estado más antíguas, basada en evidencias antropológicas,  que fuera planteada por Friederich Engels en “El orígen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, en 1.884. Engels desarrolló esta teoría a partir de “Ancient Society” de Lewys Henry Morgan y de los apuntes de Karl Marx en su modo asiático de producción”. Engels argumentaba que el Estado se desarrolló a partir de la necesidad de proteger la propiedad privada, sosteniendo que el excedente de producción creado por la intensificación agrícola provocó la división y especialización de la fuerza laboral, segmentándola en clases, unas que trabajarían la tierra y otras que podrían dedicar su tiempo a distintas tareas. La rivalidad de clases y la necesidad de garantizar la propiedad privada de aquellos que vivían de los excedentes agrícolas, desembocarían en la creación del Estado. Estos argumentos fueron ampliados por el antropólogo Morton Fried, quien sostenía que la estratificación social fue la dinámica primaria subyacente al desarrollo del Estado. En definitiva: la mentalidad propietarista y jerárquica  servía de justificante de la sumisión al nuevo orden estatal surgido en el Neolítico avanzado. Esta es, para mí, la Primera Revolución Global, que si por mi fuera yo denominaría Edad Estatal, en la que todavía estamos. Mi propia teoría es que la sumisión al Estado, desde el principio fue debida a que estas “mentalidades” a las que vengo refiriéndome se asentaban sobre primarios instintos animales de nuestra especie: los de propiedad territorial y jerarquía (sexual en origen); y de ahí su “naturalidad” y su éxito. Tendrán que pasar miles de años hasta que a día de hoy la ciencia neurológica comenzara, con Michael Gazzaniga, a identificar la conciencia como instinto animal superior y propio de la especie humana.Empezando a pensar en un "cerebro ético" y yo añadiría que ecológico, por si alguien no entendiera que la ecología que nos interesa es ética en esencia.

La producción y acumulación de excedentes propiciaba el comercio y éste la concentración de la población en ciudades, haciendo que el modelo de vida urbana fuera el propio del Estado, desde sus orígenes hasta hoy. Y desde entonces ninguna población humana ha dejado de estar sometida a alguna forma de Estado. Todos los Estados quisieron ser imperios y todos tuvieron a la gran urbe, junto a la industria y al comercio, como modelo único: de concentración y acumulación, de la propiedad, del poblamiento, de la producción y del comercio...concentración y acumulación, ¿es que no nos suena ésto a lo que hoy llamamos “capitalismo”?, ¿es que acaso no es evidente ese emparentamiento que explica un vínculo íntimo entre Estado y Capitalismo?...pues aquí seguimos estando, varios miles de años después, solo que ahora perfectamente atascados y paralizados, por un Miedo cuya causa no acertamos a ver.

La Segunda Revolución Global será necesariamente superadora de la actual Edad Estatal, que a estas alturas del presente siglo XXI está llegando a su fase terminal y que, con toda probabilidad, no podrá alargarse más allá de la mitad de este siglo. Provisionalmente, denomino Edad Comunal” a esta Segunda Revolución Global, en base a lo que será su núcleo desencadenante: el reconocimiento y declaración de la Tierra y el Conocimiento como bienes comunales universales, sujetos solo a derecho de uso, liberados de todo derecho o forma de apropiación o propiedad. No hay otra solución al colapso global en ciernes, ninguna solución que sea realmente seria, ética y científica al tiempo, es decir, realmente sostenible. Por eso que la Ciencia de la próxima Edad Comunal, si es, será necesariamente ecoética en esencia.

Si en su origen el primer Estado fue una alianza de propietarios, sacerdotes y mercenarios (guerreros y burócratas), cambiesé  comunidad sacerdotal por comunidad científica y se verá que el Estado ha permanecido inamovible en su básica estructura: siempre la misma alianza de élites dominantes, hace nueve milenios como ahora, una monarquía en esencia, sustentada por el aval religioso/científico y/o por el poder fáctico de un engrasado aparato burocrático-militar.

El Estado creó la "Nación" como comunidad ficticia, casi al mismo tiempo que creara el capitalismo como economía financiera e igualmente ficticia. Nunca fue identificado el Estado como “Pueblo”, ni siquiera por sí mismo, siempre el Estado se refirió al Pueblo como “otro" ente o cosa. Como se reconoce y se dice en la mentalidad popular: “siempre hubo ricos y pobres”, o lo que viene a ser lo mismo, “siempre hubo gobernantes y gobernados”, siempre “Estados y Pueblos, hoy como siempre todas las guerras son económicas y militares al tiempo y todas son entre Estados. En ellas los Pueblos SOLO ponen los muertos, siempre. Se sostiene el Sistema estatal sobre un falso argumento: la existencia de un Pacto Social que nunca nadie puso por escrito, ni nadie firmó, por el que las sociedades humanas “necesitan un Estado”, un poder superior al Común “para no matarnos entre nosotros”. Se supone que el Común de los humanos no está capacitado para autogobernarse y prescindir del Estado. 

De suceder, la Segunda Revolución Global tendrá como condición de necesidad un verdadero Pacto Social del Común, un contrato social realmente escrito, refrendado y pactado, como compromiso entre humanos que siendo diferentes quieren convivir integrados en comunidad y naturaleza, y que por eso se reconocen mutuamente como ”igualmente libresy con igual responsabilidad. No solo significará un cambio radical en las condiciones de existencia, implicará también una revolución epistemológica, un vuelco integral en nuestra forma de conocimiento, será otra Ciencia", holística, no reduccionista y encapsulada en compartimentos estancos; será una ciencia no funcional al poder del Estado,  que se deba solo a la necesidad humana de conocer y convivir en comunidad y simbiosis, en un mismo medio social y natural.Necesariamente será una Ciencia del Común, que no pueda volver a aislarnos individualmente, de la Sociedad y Naturaleza que somos. 

No será fácil, pensemos que todo paradigma científico es provisional y que vale en tanto es la mejor hipótesis, la mejor explicación posible. Valga para entender esta dificultad epistemológica el citado ejemplo de las “mentalidades” anteriormente citadas: el pensamiento solo puede ser individual, no existe un pensamiento colectivo, porque no existe un órgano cerebral colectivo; el pensamiento es producto de un único y corpóreo cerebro, un órgano necesariamente individual, mientras que una mentalidad es producto cultural, de un colectivo social, pero no de un cerebro. El pensamiento es a la ética como la mentalidad es a la moral. Y ésto es solo un mínimo ejemplo, al principio de todo lo que ha de cambiar radicalmente, si realmente queremos conocer, sobrevivir y superar el Estado zoológico en el que permanecemos atrapados desde hace no menos de nueve mil años.

Ha llegado el momento de ponerse a ello porque no hay otra opción. Y aunque parezca demasiado tarde, lo primero es salvar el pellejo, a ser posible compartiendo lo que tengamos y combatiendo juntos, al Miedo, en comunidad. ¿Quien podrá esperar mayor seguridad que la experimentada en auténtica comunidad? Nos pondremos a ello aunque nos lleve unas cuantas décadas. Lo haremos a partir de un verdadero Pacto Social del Común, fundaremos nuevos Ayuntamientos, ahora  Comunales, para segarle sus pies municipales al Estado, serán comunidades realmente democráticas y soberanas, ayuntamientos vinculados en redes globales de cooperación y ayuda mutua, en mancomunidades y confederaciones. Será para dejar atrás, definitivamente, la primitiva Edad Estatal, para que  cuanto antes podamos decir que “fue aquel tiempo en que la  Tierra estuvo parcelada en propiedades particulares y fronteras, objeto de apropiación y comercio, como el Conocimiento convertida en mercancía, al igual que el Trabajo humano...fue aquel tiempo primitivo en el que se llamaba democracia a cualquier cosa”.


viernes, 24 de junio de 2022

LA PRISA QUE MATA EL LENTO CICLO DE LA VIDA

 

Fotografía de Anka Zhuravleva: volando-hacia-los-sueños

No sé por qué, pero algo en común tenían  estas palabras que hoy me encontré, de dos personas que no se conocen. Ya ves tú:  una fotógrafa y un terrícola, poetas ambos a su modo.  Y me dio por juntarlas e ilustrarlas con una imagen a propósito: un gato que mira un sueño, que no entiende, por ser humano. 

Avanzamos huyendo de nosotros mismos, optamos por identificarnos de forma determinante a través del hacer. ¿Qué nos aporta el hacer que no deja hueco para lo inactivo? Huimos de lo lento, albergando una  asfixia, haciendo para que nos signifique, para llegar a… ¿dónde? Unas manos cansadas, un cuerpo agotado, una mente exhausta… tanto interés en saber hacia dónde ir, que nos despojamos hasta de nosotros mismos con tal de alcanzar algo que todavía no sabemos qué es. Y lo que sí nos contiene, que es un cuerpo, y lo que si nos mantiene, que es la mente, lo relegamos a no sé qué plano, sin otorgarles su importancia, su entidad. ¿Y si nos tenemos de aliados, que no como esclavos ahogados por una velocidad sin sentido? Maremoto, fotógrafa.

El ciclo de la vida: los animales carnívoros comen animales herbívoros, los animales herbívoros comen plantas, las plantas comen tierra y la tierra come animales. Gustavo Duch, terrícola.

 


-Mar Argüello: https://www.instagram.com/maremotofoto/

 -Gustavo Duch:https://www.instagram.com/duch.gustavo/

-Anka Zhuravleva: https://anka-zhuravleva.com/

lunes, 20 de junio de 2022

NADA QUE HACER, TODO POR IMAGINAR

 

Fotomatón Us Army, Enjambre de Drones marca "Manada de Lobos"

Por fin la imaginación tomó el poder, ya era hora y mira que ha costado, 54 años han tenido que pasar desde aquella primavera en Montparnasse, ya estaba harta de  la chata realidad, tan vacía ella, de paisajes curvos, de matices y relieves de color, de aquellos bosques impenetrables todos del mismo color verde aburrido poblado de alimañas, y ciudades obsoletas con callejas estrechas donde no entraba el sol, que te lo tenías que imaginar de refilón reflejado al vies, en los escaparates que te salían al paso. Ahora, sin embargo, con la imaginación todo es posible, incluso aquello que creíamos inimaginable o científicamente imposible. Porque la imaginación sí que es democrática, accesible para cualquier ciudadano del mundo no como la realidad, aquella antigualla, ¿os acordáis? del pasado, una campiña urbana llena de verjas y de carteles de prohibido el paso y de cuidado con el perro que muerde, todo normas e impedimentos. Que no piense nadie que la ficción es para vagos que buscan atajos para ser directamente felices sin pasar por los obligados tragos y baches que imponía la realidad (según se cuenta). No, porque incluso también ahora puedes imaginar que sufres realmente, todo lo que que realmente te duele, cuanto puedas imaginar sufrir, por ejemplo, que lo que te hace disfrutar de verdad es la cruda y simple realidad las cosas como son, tal cual, todo lo reales que tú quieras imaginar sufriendo de verdad. ¿Quien podía (otro ejemplo) imaginar que Juanma llegaría a gobernar con mayoría absoluta en el país de Al-Andalus, ese país de ensueño situado al borde de Europa?, ¿o que Melenchon pudiera llegar a pactar algún día, lo veremos, con Marie Le Pen contra Macron para salvar de la República a la revolución francesa?, ¿quién podía pensar que sería posible?: fumar sin tabaco vapores con sabor a canela y chocolate o jugar a tenis en la cancha de un teclado...me diréis que soy presumido, pero yo lo supe hace muchos años, que Ésto llegaría, lo supe el mismo día que estrené mi primer Corel Drawn y pude ampliar cualquier cosa que se me ponía por delante, alterar sus dimensiones y proporciones, copiar y pegar, cortar y pegar, incluso duplicar la cosa hasta el infinito. Y de ahí, a solo un paso, supe que podría tener hijos por internet, volar sin casco ni carnet, hacer quedadas para botellones y masturbatones populares, eligiendo compañía y pudiendo elegir también entre “sin o con” pesar de conciencia, incluso con indiferencia moral, por encima del bien y del mal, ale, como el mismísimo Niestzche. Acaso, ¿no es eso lo que también hacía la Naturaleza en su antaña realidad?, dejar a los seres que se comieran los unos a lo otros, fueran animales o inertes, que jugaran entre sí a ver quien era más bruta, si la fuerza de la razón o la razón de la fuerza, vertebrados comiendo invertebrados y viceversa, propietarios y proletarios, animales y vegetales todos igualmente depredadores insaciables de nutrientes, veganos y carnívoros, sí, eso hacía la cruel Naturaleza, dejarlos a su suerte, que se comieran hasta reventar todo lo que pudieran, los unos a los otros y viceversa, lombrices, oxígeno, luz, nitrógeno...todos incluso los minerales y las tierras raras se comían, que tanto escaseaban en un planeta que por entonces ya se quedaba pequeño. Y no es de extrañar en una realidad tan mínima, y tan exageradamente tacaña. Por eso que sea mejor un planeta sin límites, generosamente plano e interminable, una Naturaleza sobrante de todo tipo de nutrientes, sin que falte oxígeno en ninguna estantería y, si falta, que se pueda poner aunque sea de oferta, un aire acondicionado que resulte barato o sea que se pueda reponer inmediatamente, por ejemplo con solo un click de Corel Drawn, cortar y pegar. No quepo de contento en mí, por fin la literatura se dedica a lo suyo, a imaginar y no a especular o a perder el tiempo en rodeos al cabo filosóficos sobre ilusorias realidades en realidad ficticias, es lo que siempre imaginé que acabaría sucediendo, siendo la literatura un campo realmente abierto y asequible a cualquier cerebro, autor o lector mínimamente inteligente, ese lugar de papel digital donde todo cabe en realidad, imaginar cielos que se desploman blandamente mientras suena la novena sinfonía de la UE de Bethoven, océanos evaporables formando nubes de azúcar que se derriten al poco en chupiteles de merengue, dioses y humanos de verdad alternando juntos, lo mismo en chiringuitos de playa que en catedrales góticas. No sé, la verdad, cómo pude resistir tantos años sin vacunarme soportando realidades tan cargantes, en estado tan lastimero que me lo decían muchos amigos del facebook con la imaginación que tú tienes y que todavía te resistas a vacunarte, expuesto a coger cualquier cosa. Solo ahora caigo en la cuenta de tamaño error tan colosal, pero ya está, esta misma semana toca meterme la octava dosis y ya no habrá bicho ni cepa ni variante que pueda infectarme, definitivamente  estaré a salvo completamente inmune (imagino), de por vida. Y por si fuera poco entre lo de Macron y Juanma me llega la buena nueva que me ha repletado el día, que en un lugar intermedio que se llama Groenlandia, entre Oriente y Occidente científicos de verdad, chinos de Wuhan y americanos de Silicon Valley han inventado un arma definitiva que acabará en bloque con todas las guerras, “Manada de Lobos” es su nombre comercial que ya de por sí da señales de su agudeza científica, que deja a las claras su intención filantrópica tanto que impresiona y tanto que parece realmente de ficción, pensar que fuera posible disuadir a cualquier tirano de invadir países a la ligera y que se lo tengan que pensar dos veces los dictadores de tres al cuarto antes de empezar una guerra. Es un arma modular y desechable y de bajo coste y digo yo que plegable y fácilmente transportable y que cambiará dice el portavoz el paisaje, cualquiera que sea éste, de los futuros campos de batalla para siempre, incrementando la velocidad y el alcance, la visión y letalidad que es de lo que se trata que lo entienda el enemigo, quien quiera que sea de sus unidades estratégicamente situadas a no menos de tres mil millas de prudente distancia del frente de batalla. Es un killer wolfpack o manada de lobos asesinos tan es así de fuerte que realmente se acabará denominando Air Launched Effects (efectos lanzados desde el aire) si quiere penetrar mejor en los mercados porque no es otra cosa que una gran manada de drones realmente inteligentes dirigidos por militares científicamente muy preparados que vuelan los drones quiero decir de forma coordinada favoreciendo así efectos escalables a las tropas de infantería que se desplazan por el suelo facilitando por supuesto su labor disuasoria o no, si hiciera falta, pudiendo detectar- localizar- interrumpir- engañar haciendo creer, o no,  una pesadilla interminable con efectos letales realmente disuasivos y disuasorios en un solo segundo que pasa en el suspiro que tarda el GPS de a bordo que funciona sin piloto de carne y hueso con inteligencia realmente artificial a distancia como lo están haciendo ya ahora mismo los solitarios drones Switchblade -Navaja de Muelle- en Ucrania Occidental pero mucho más efectivos que éstos porque aquellos son auténticos y verdaderos enjambres de lobos-drones que husmean cada centímetro cuadrado del enemigo a batir y se lanzan al territorio y a cada cuerpo que se menea en picado hasta dejarlo arreglado para siempre si no se rinde al momento y es no cabe duda una FAPRD, Fuerza Aérea Portátil Realmente Definitiva de potencia sin precedente...y es que la OTAN hace cosas chulísimas, así que en realidad ya no puedo pedir más ni estar más contento, o sí, no sé.



jueves, 16 de junio de 2022

NO HAY POLÍTICA, SOLO ECONOMÍA, REALIDAD EN "ESTADO" PURO

 
El Tancredo, aguafuerte. Picasso,1957
    (Quedarse parado y esperar que los vientos soplen a favor... hacer el Tancredo)

 

Quienes se meten en política, aunque lo hagan honradamente, incluso “contra el sistema”, enseguida se convierten en patéticos tancredos caídos de bruces contra el suelo, actores secundarios en el teatrillo democrático donde se representa la Política. En su desolación, verán que allí  no hay nadie, solo el Estado, la Economía ocupando todo el Vacío.

Este sistema estatal, la economía, es tan antíguo como el patriarcado o el neolítico mismo. En esencia, técnicamente no es otra cosa que una gran operación bancaria, una gigantesca Transferencia de rentas que va de las masas  productoras a las élites parasitarias, de los gobernados a los gobernantes. La simpleza de esta operación técnico-financiera se esconde tras una apariencia de complejidad científica muy moderna y progresista, que no puede ser más  eficiente ni más exitosa.

El colapso en ciernes es económico y solo económico,  por eso no habrá nada ni nadie que se libre. No viene por una crisis ecológica, provocada por un evidente y previsible cambio climático, ni por una crisis de la política, provocada por el agotamiento de la democracia representativa. No, el colapso del sistema proviene de su crisis energética. Si no fuera porque  le escasea la energía, su sostenibilidad sería eterna, porque no tiene rival. Incluso en permanente estado de crisis no correría peligro, ¿cómo iba a ser, si  la realidad es la Economía y ésta es la única alternativa?. ¡Ay, si no fuera por el clima global de sumisión al que hemos llegado!...pero qué le vamos a hacer, si a estas alturas ya no podemos echarle la culpa a nadie, ni siquiera al Estado, que si nos ha penetrado a placer ha sido con nuestro consentimiento. Ya no podemos decir que la Economía sea algo aparte, solo cosa de ricos, porque todos, hasta los sin techo, somos Estado. 

La energía del sistema durante la época en que se fraguó la globalización, no ha sido política sino económica, su energía vital era fósil,  limitada por tanto, basada fundamentalmente en el petróleo. Sin petróleo no viviríamos en la globalización, al menos no en la que conocemos. El petróleo ha sido la “sangre” del sistema durante más de un siglo. Me pregunto si los limites del petróleo serán los del sistema. Pero dicen los expertos en la materia que hemos llegado  al "pico" pero no a los límites, que ahí abajo queda petróleo para rato, lo que pasa es que está muy hondo y sale muy caro ponerlo en las gasolineras, que de seguir extrayendo petróleo habría que subir el precio hasta un nivel socialmente insoportable, que arruinaría el Beneficio, causando una grave inestabilidad del sistema.

De ahí la lógica de la Transición Energética en marcha, que no es sino la maniobra de escape a esa situación crítica, que el sistema “sabe” que no es sostenible, que  solo es solución a muy corto plazo, solo para ganar tiempo y disfrutar de una prórroga, con religiosa esperanza científica en un milagro tecnológico que resuelva lo que las energías renovables no pueden hacer, una transfusión sanguínea que sustituya el petróleo por electricidad.

Sabe que eso no es posible ni rentable, porque producir electricidad con molinos gigantescos y kilómetros de placas fotovoltaicas  no basta, además hay que utilizar la mayor parte de esta electricidad "verde" para producir  hidrógeno del mismo color, para seguir moviendo el motor de la economía global, los motores de barcos, aviones, trenes, camiones, coches y máquinas, de un lado para otro, por todo el mundo. Saben los expertos (y no tenemos por qué dudar de lo que dicen) que eso no es rentable, solo  sirve de momento, a base de subvenciones (más transferencias), ni tampoco es  posible, porque para todo ello se necesitan materiales tan limitados o más que el petróleo o que el viejo carbón (cobre, tierras raras,…), que no existen en la Tierra en cantidad suficiente.

Sabe, pues, el sistema, que está muy próximo a su tope y por eso prepara su propia revolución: el paso definitivo de la economía material a la  virtual, a base de Inteligencia Artificial y la promesa de un nuevo mundo y una nueva existencia posthumana "que será mucho mejor", con felicidad a la carta y una existencia libre de virus. Su único problema es que los casi ocho mil millones de personas que son su clientela, son corpóreas y no virtuales, que como mínimo necesitan comer, vestirse, tener una casa y un buen programa de entretenimiento con variedad de canales, y ese es un gasto que el Estado no podrá atender con una renta básica universal, cuando la mayor parte de esa gente no tenga trabajo, no pueda consumir, ni pagar impuestos y, por tanto, el Estado ya no pueda prosperar, solo sobrevivir, con tan exigua Transferencia de Rentas.

Por supuesto que no entra en sus previsiones que el mundo se acabe, ni que se extinga nuestra especie, al menos no tan pronto como auguran las mentes colapsistas y/o conspiranoicas. Pero sí sabe que las únicas estrategias posibles, las que ya maneja, no son muchas: precariedad o eugenesia (generalizadas), o un mix de ambas.Veremos, dijo un ciego. Lo que no se le puede pedir al  Estado, o sea, a la Economía, es que se meta en política. Sería pedirle su propia desaparición o suicidio. Ni, mucho menos, podemos pedirle lo imposible, aquello que no cabe en la realidad: que haga compatible su existencia  con la de  su clientela.

No tengo preparada ninguna moraleja, lo siento.




jueves, 28 de abril de 2022

SOLUCIONES LOCALES

La fuerza del agua es contínua, ahí está, disponible a todas horas para ser aprovechada. Los ríos no fallan, como sí lo hace el viento, o  el sol cada noche y todos los días nublados...pero, por alguna misteriosa razón prescindimos de las soluciones sencillas, como si la gravedad o el sentido común no tuvieran fundamento científico.