domingo, 12 de octubre de 2025

EL LADO OSCURO DE LA ILUSTRACIÓN BURGUESA: LO QUE HACE DE LA PROPIEDAD EL FUNDAMENTO DE LA LIBERTAD

 


 

El tiempo de los monstruos donde el abismo se repuebla. Las cosas que la gente no tiene ganas de escuchar, que no quiere ver aún cuando estén bien a la vista son, entre otras, las siguientes: primero, que todos los perfeccionamientos técnicos que han simplificado la vida hasta eliminar de ella casi todo lo realmente vivo, fomentan algo que ya no es una civilización; segundo, que la barbarie surge, como algo natural, de esta vida simplificada, mecanizada y sin espíritu; y, tercero, que, de todos los resultados terribles de esta experiencia de deshumanización a la que la gente se ha prestado de buen grado, el más aterrador de todos es el de su descendencia, ya que este es el que, en resumidas cuentas, ratifica todos los demás. Por ello, cuando el ciudadano−ecologista se atreve a plantear la cuestión que cree más molesta preguntando: «¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? en realidad, está evitando plantear otra realmente inquietante: «¿A qué hijos vamos a dejar el mundo?”

Esto se decía en el prólogo a la publicación en castellano (Editorial Pepitas de Calabaza, 2016) del libro de Jaime Semprún “El abismo se repuebla”, publicado por primera vez en Francia en 1997 por la editorial Encyclopédie des Nuisances. 

***

Lunes, 6 de octubre de 2025, Un cuerno de carnero resuena en la gran sala de conciertos del Movistar Arena de Buenos Aires, el concierto va a empezar...¡viva la libertad, carajo!. Se sabe que vivimos en tiempos en que la libertad es proporcional a la propiedad y a la cuenta corriente y que, aunque solo sea por eso, las masas proletarias se están haciendo libertarias, siguiendo a ciegas a los líderes más ricos: porque adoran, como ellos, esa fuente de libertad que es la propiedad y el consumo. Estamos en ese interregno de incivilización, en el tiempo de los monstruos” que diría Gramsci.

Son las 20:30 y la puesta en escena no es muy sutil que digamos, a base de imágenes generadas mediante inteligencia artificial y proyectadas en pantallas gigantes: edificios que se derrumban, una explosión nuclear y un gran fuego que lo arrasa todo. Y ante ese fondo espectacular, más de quince mil personas gritan de excitación y alegría...¡hola a todos!, el presidente de la República Argentina grita y canta en ese inmenso escenario: “yo soy el León, rugió la bestia en medio de la avenida, corrió la casta, sin entender, Panic Show a plena luz del día, por favor no huyas de mí, yo soy el rey de un mundo perdido, te devoraré, soy el rey, toda la casta es de mi apetito...el concierto puede comenzar, ¡viva la libertad, carajo!”

***

En el verano de 1930, Antonio Gramsci dijo esta frase: “La crisis consiste precisamente en que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer y en ese interregno se verifican los más variados fenómenos morbosos”. Por entonces, Gramsci estaba convencido de que tras la Gran Guerra se estaba produciendo una profunda transformación, el aparato hegemónico ha entrado en una crisis orgánica y radical al perder su consenso...dejó de ser “dirigente” y ya solo es “dominante”, detentador de un poder coercitivo puro...las masas se han desprendido de sus ideologías tradicionales, nadie cree en lo que antes se creía y la situación amenaza con derrumbarse porque el campo queda abierto a “soluciones por la fuerza” y a la actividad de poderes oscuros, representados por personajes providenciales y carismáticos, como lo  fueron en su día Mussolini o Hitler y que ahora constituyen un grupo mucho más amplio, que sigue creciendo: Donald Trump, Vladimir Putin, Javier Milei, Nicolás Maduro, Benjamín Netanyahu, Viktor Orbán, Xi Jinping o Kim Jong-Un….

Como dice Nathan Sperber (y yo estoy de acuerdo): "todos estos personajes han hecho contemporáneo al Antonio Gramsci que afirmaba que cuando la crisis no encuentra la solución orgánica (la fusión de una clase bajo una única dirección para resolver un problema dominante y existencial), sino la de un personaje providencial, ello significa que existe un equilibrio estático en el que ni la clase conservadora ni la progresista tienen  fuerza suficiente para vencer”.

Pero también significa, según creo, que en esos interregnos, la desorientación de ambas clases les lleva a necesitar y buscar a ese líder providencial y carismático que viene a ocupar el vacío provocado por el descrédito de las instituciones burguesas, tanto conservadoras como progresistas. Es la salida que Gramsci llamaba “cesarismo”.

La grotesca puesta en escena del concierto de Milei refleja muy bien "el secreto” de esta época nuestra, este amor por la fuerza libertaria de la propiedad, por la destrucción y la oscuridad...¿por qué será que tengamos esta época poblada de figuras tan extrañas, de dónde vendrá esta perversión?...leo en un artículo de la revista Le Grand Continent que en medio del concierto, Javier Milei le dijo al público: hagan luz con los celulares, a ver cómo se ve”.  

Se dice que el nuevo cesarismo lleva la marca de la disrupción o distopía digital, representada por una especie de Golpe de Estado diseñado y perpetrado desde Silicon Valley, una revolución digital que todo lo irradia, a la vez que lo embarulla a favor del pescador más lenguaraz. 

 



Pero, ¿por qué Donald Trump es imbatible en este momento?

A esta pregunta intentaba responder el filósofo Antonio Marina en un escrito publicado en noviembre de 2024, a partir de dar por sentada tal premisa de imbatibilidad.

Pienso que Donald Trump es más irracional y antiilustrado que fascista. Es alguien que puede hablar en defensa de la democracia y maldecirla al poco rato como fuente de todos los males; y puede forzar al mundo a una carrera armamentística irracional y recibir al tiempo (quizá en 2026) el Premio Nobel de la Paz. Para entender lo irracional del personaje hay que leer el radical pensamiento antiilustrado de sus actuales mentores filosóficos y estratégicos, ese trío que forman Peter Thiel (el empresario alemán cofundador de Pay Pal junto con Elon Musk), Curtis Yarvin (el bloguero de extrema derecha, el antisistema teórico de la "monarquía corporativa") y Nick Land (el filósofo ciberpunk precursor del aceleracionismo y principal referente ideológico del movimiento neorreaccionario).

Los   argumentos poco valen para estos personajes, para quienes lo que prima sobre todo es el poder. Su recomendación al individuo-masa al que se dirigen, viene a decir algo como ésto: “si quieres que tu verdad se imponga, no confíes en las razones, que no valen para nada, mejor ¡dedícate a conseguir el poder!”. En este sentido, Hannah Arendt señalaba en su libro “Orígenes del totalitarismo” que “el sujeto ideal de la dominación totalitaria no es el nazi convencido, ni el comunista fervoroso, sino la gente para la que la distinción entre realidad y ficción, entre verdadero y falso, no existe”.

Pues bien, aunque yo tenga mi propio diagnóstico, básicamente estoy muy de acuerdo con la tesis de Antonio Marina al respecto:

Trump ha vencido abrumadoramente en el combate de las ideas, y seguirá haciéndolo mientras nadie sea capaz de enfrentarse a él en ese nivel. Kamala Harris, el Partido Demócrata y los intelectuales progresistas no lo han sido. Resumiré mi tesis. En este momento, tanto los partidos de derechas como los de izquierdas están de acuerdo en una cosa: en arremeter contra la Ilustración y sus logros. Y Trump ha sido más listo, se ha adueñado de ese discurso y ha dejado a los demás sin nada que decir. Tal vez al lector le parezca que me estoy dejando llevar por una deformación filosófica, y que hay causas económicas, viscerales, racistas en la victoria de Trump. Desde luego, pero por debajo hay una infraestructura ideológica que ha debilitado el sistema inmunitario de nuestra sociedad. 

Las ideas básicas de la Ilustración fueron la confianza en la razón y en la ciencia, la universalidad de las verdades, de los derechos y de las normas morales, la necesidad de someter todas las ideas y las instituciones al pensamiento crítico, y el rechazo de los argumentos basados en la autoridad. La Humanidad había llegado a su mayoría de edad.

El movimiento anti-ilustrado promovido por conservadores y progresistas ha producido un descrédito de la noción de verdad, un elogio de las creencias no racionales,  una emergencia del pensamiento tribal, y una infantilización del discurso político. Y, por supuesto, una abolición del pensamiento crítico, como ha demostrado la teoría y práctica de la cancelación en las universidades americanas. Estos fenómenos llevan inevitablemente a una polarización extrema y abren la puerta a un poder autoritario. Trump  ha entendido mejor que nadie el mundo actual y lo ha aprovechado”.

Concluye así su reflexión Jose A. Marina: “En esta situación, ¿quién puede oponerse a Trump? Nadie. Bueno, sí: los que estamos empeñados en rehabilitar el proyecto ilustrado, que en este momento no podemos ser ni de derechas ni de izquierdas".

Y ahí es donde yo empiezo a razonar de otra manera: si el proyecto de la Ilustración ha sido tan fácilmente pervertido, puede que mejor que rehabilitarlo sea radicalizarlo: por ejemplo, pensando y construyendo democracias de verdad, sin partidos o figurantes intermediarios o “representativos”, adoptando modos de vida realmente libertarios en el sentido de vida autonoma, con formas de vida convivencial y comunitaria, plenamente autónoma y responsable de cuidar la dignidad de cada ser humano y de la calidad real de cada vida, tanto como cuidar del equilibrio ecológico del que depende la continuidad y reproducción de nuestra especie como las del conjunto de la Vida. Mejor nos convendría, a mi entender, una Nueva Ilustración Radical, tal como la define muy bien la filósofa catalana Marina Garcés, pero que  yo propongo -con fundamento tan axiológico como estratégico- concretada en un Pacto de Especie  para la realización de tres básicos y radicales ideas/proyecto ilustradas con dimensión de universalidad: 1) Declaración de la Tierra al completo como propiedad comunal de la Vida, o sea, del conjunto de especies y sus generaciones, haciéndonos cargo de ello los humanos, individuos y comunidades, por corresponderle esa responsabilidad a nuestra especie por ser la más adelantada en la Evolución de la Vida y la única que puede tener conciencia de todo ello. 2) Que la libertad tenga sentido como reconocimiento práctico de la autonomía y dignidad humana, que son propias de cada persona y de sus comunidades convivenciales (doméstica, vecinal y paisana), lo que obliga a un respetuoso trato social, entre individuos naturalmente diferentes que se reconocen como políticamente iguales. 3) Reconocer que la democracia solo puede ser ilustrada si es integral, identificada con la ecología, la política y la economía en su conjunto, en modo de comunidad convivencial real, y no ficticia al modo de las sucedáneas "comunidades nacionales" de factura estatal; o sea: democracia sin intermediarios, (sean éstos individuos, partidos o corporaciones) que actúen de figurantes-representantes. Con lo que ya sabemos tras una experiencia histórica de 25 siglos de intentos democráticos, la democracia será ilustrada solo si deja de ser un mero "procedimiento" y la tomamos como un fin en sí misma, practicada como sistema de autogobierno, con plena autonomía personal/comunitaria, con la necesaria inteligencia/responsabilidad ecológica.


 

La Ilustración  Oscura como absurdo sistema-antisistema

Los neorreaccionarios cuando hablan de Ilustración Oscura se refieren básicamente a las democracias  progresistas o liberal/socialistas. Por tanto, hay que tener muy en cuenta ésto: que cuando critican a la Ilustración la identifican y confunden con su versión perversa, la modernidad liberal-burguesa, por lo que bien podríamos decir de este pensamiento neorreaccionario que con su crítica antisistema "escupe para arriba". Se verá nítidamente en cuanto gobiernen durante la próxima y tenebrosa década que tenemos por delante. Como adelanto, el rey de USA, Donald Trump, ha tenido que inyectar hace solo unos días, veinte mil millones de dólares en la maltrecha economía argentina, para salvar el culo de su amigo Javier Milei, el trastornado presidente de esa República americana. 

Para los neoreaccionarios más duros, la democracia no está solamente agotada y condenada, creen que es una condena en sí misma. Salirse de ella llega a ser el imperativo más  importante y urgente. La corriente subterránea que propulsa tal antipolı́tica es hobbesiana, es una ilustración  coherentemente oscura y  predispuesta, en todo caso, a percibir a las masas "polı́ticamente despiertas” como una clamorosa turba irracional. Conciben las dinámicas de la democracia como fundamentalmente degenerativas, que solo sirven para consolidar y exacerbar sistemáticamente todos los vicios privados, resentimientos y deficiencias, hasta llegar a un nivel de criminalidad colectiva y de corrupción social total. Piensan que el polı́tico democrático y su electorado están atados por un circuito de excitación recı́proca, en el cual cada lado -izquierda y derecha- lleva al otro a más extremismos. Donde la ilustración progresista ve "ideales", la ilustración reaccionaria solo ve "apetitos". 

Una corriente de pensamiento muy influyente en este movimiento antiilustrado y neorreaccionario es la que representa el filósofo libertario-anarcocapitalista  Hans-Hermann Hoppe (1949), cuya crítica se basa en un derecho "natural" a la propiedad privada, por el que los legítimos propietarios de las tierras tienen el derecho a excluir a quien crean conveniente, ejerciendo su libertad en su propiedad privada. Como muchos otros libertarios, Hoppe entiende que "sólo puede existir libertad si hay (suficiente) propiedad privada para llevarla a cabo".

Hoppe defiende un “sociedad de ley privada”, anarco-capitalista; pero entre monarquı́a y democracia no tiene duda, y su argumento es estrictamente hobbesiano: como monopolista hereditario, un rey ve a su territorio y a la gente bajo su mandato, como su propiedad personal, así ejerce una explotación monopolı́stica de esta propiedad. Bajo la democracia, el monopolio y la explotación monopolı́stica no desaparecen, lo que sucede es ésto: en vez de un rey y una nobleza que ven al paı́s como su propiedad privada, un cuidador temporal e intercambiable (se refiere a cualquier gobierno democrático) es puesto a cargo monopolı́stico del paı́s. Este cuidador no es dueño del paı́s, pero mientras que esté en el gobierno se le permite usarlo como suyo y para la ventaja de sus protegidos. Es dueño de su uso actual, como usufructo, pero no de su stock de capital. Esto no elimina la explotación, al contrario, hace que la explotación sea menos calculada y se lleve a cabo con nada de consideración por el stock de capital. Así la explotación se vuelve miope y el consumo de capital se promueve sistemáticamente.”

Es precisamente aquí donde Hoppe me proporciona la clave inversa que fundamenta mi propuesta sistémica de "democracia convivencial, integral y comunal". Mi diferencia  no es equidistante, sino radical y más bien frontalmente contraria a esas dos formas, solo en apariencia antagónicas -conservadora y progresista-, perversoras del principio de racionalidad  o "Ilustración", que  a la altura de la experiencia histórica y del conocimiento científico  que acumula nuestra especie, solo puede ser "nueva" y "radical", tal como acierta a pensar Marina Garcés.

Esa clave consiste en la perversión irracional que consiste en fundamentar la idea y práctica de la libertad sobre el principio de Propiedad. Esa básica perversión ideológica es la que yo pienso ha extraviado la evolución de nuestra especie, que desde el Neolítico permanece estancada en una  fase animal cuya organización social sigue siendo muy primaria, a pesar de su espectacularidad tecnológica, que no logra tapar su fundamento en los primarios instintos jerárquicos, de propiedad territorial y reproductiva, los mismos  que tenemos en común con otras muchas especies del reino animal. De ahí la lógica inversa que hace tan "natural" el éxito histórico de las instituciones sociales formadas a partir de esos instintos animales, me refiero a las más principales, como las de la Propiedad, Patriarcado y Estado, las mismas instituciones que siguen la primitiva ley de la selva, que tan del gusto es del pensamiento naturalista y romántico, sea en su versión conservadora o progresista.

No me siento en soledad cuando defiendo, a mi modo, la necesidad existencial, a escala tanto individual como de especie, de una Nueva Ilustración Radical. No me siento del todo en soledad porque es cierto que actualmente está creciendo  en el mundo la gente que está actualizando su pensamiento político hacia las ideas y prácticas de "comunalismo y democracia directa", más a medida que crece (en mayor proporción) la ola neofascista de la Ilustración Oscura.   

Sí que me siento en soledad cuando compruebo que todas esas corrientes, sin excepción, siguen sin tener en cuenta la "clave inversa"   que antes mencioné en referencia al libertario anarcocapitalista Hans Hermann Hoppe: la propiedad como fundamento de la libertad, eso que yo considero como "fallo principal" en la evolución de nuestra especie.

Así, mis amigos de la Revolución Integral, liderados por Félix Rodrigo Mora, siguen atados a una visión romántica y medievalista de una idílica "copropiedad comunal" complementaria de la principal "propiedad privada", a condición de ser ésta una "pequeña propiedad"... como si cada parcela de tierra, por ser pequeña no fuera parte de un único ecosistema terrestre, de la Tierra Común, como si esta ideología "pequeño-propietarista" no fuera también germen de todo capitalismo y  todo nacionalismo. Como tampoco es de extrañar su creencia medievalista que ve revoluciones campesinas y conquistas populares en los Fueros, Comunales y Concejos medievales, donde hubo solo graciosas concesiones de las monarquías feudales y eclesiásticas, a cambio de sumisión integral y a veces como pactos de conveniencia fiscal, que no logran borrar el Estado real de sumisión popular al  Orden totalitario-feudal. 

También otros amigos comunalistas, como los de la corriente marxista que promueve el ecosocialismo (caso de Christian Laval y Pierre Dardot)  o como la corriente comunalista-anarquista  que promueve la gente del "Taller de Ecología Social y Comunalismo", tampoco han llegado a comprenderlo. Y cuando, en teoría han estado cerca, les sucede que en la práctica o bien son incapaces de "deshacerse" de la Propiedad y del Estado, caso de los marxistas, aunque mantengan "la necesidad histórica de acabar con las Clases y el Estado";  o bien, como los de tradición anarquista, tienen una también tradicional carencia ideológica y funcional de pensamiento estratégico, que les impide siquiera imaginar una organización social en modo autogobierno, o sea: propiamente democrática y anarquista. 

Por eso que me sienta tan en soledad con mi denuncia de la ideología propietarista que  al conjunto de la especie humana nos mantiene en un atasco evolutivo y  nos ata al primitivo pensamiento animal, reaccionario/instintivo, de la propiedad territorial y reproductiva, practicado institucionalmente como Propiedad, Patriarcado y Estado, con origen en la revolución urbanoestatal del Neolítico; tan en soledad como me siento cada vez que presento mi propuesta de un básico Pacto de Especie, el que  vengo proponiendo desde hace muchos años en torno a elementales principios de racionalidad humanista, ecológica, comunal y democrática. 

Nunca antes pudo ser ésto pensado, porque nunca antes pudimos tener, como Ahora, una mínima conciencia de especie.

1 comentario:

JC dijo...

Me encanta ver cómo cada vez hay más personas que apuestan por la formación a distancia. En mi caso, quiero mejorar mi perfil profesional y estoy explorando sitios como este https://1cursos.com/