La foto de la izquierda es una de las que están en la exposición del CAB (Museo de Arte Contemporáneo de Burgos) dedicada al fotógrafo Cristóbal Hara y que llamó especialmente mi atención junto con la foto de la derecha. La diferencia entre ambas imágenes no es su objeto, no son los diferentes niños o las diferentes situaciones captadas en diferentes momentos por la mirada del fotógrafo, no, la diferencia consiste en que la de la derecha, la del niño dormido sobre el hombro de su padre, es una foto mía y no del autor (obsérvese el detalle del reflejo de la sala en el cristal); es una foto de otra de las fotos colgadas en esa exposición.
En estas fechas pueden verse en el CAB, además, otras dos exposiciones de pintura: "Regard sur le regard" de Alain Urrutia y "El color del ruido" de Virginia Rivas. Ninguna de éstas me conmovió lo más mínimo, a pesar de esforzarme en no poner resistencia. Me pasa con gran parte del arte contemporáneo, sobre todo cuando éste se empeña en epatarme a base de grandes tamaños y de obtusas abstracciones conceptuales, queriendo sorprenderme a toda costa, como viendo en mí a ese espectador tipo que parecen tener en su cabeza, uno más de la masa media, un individuo carente de historia y de criterio propio.
Tengo que contar, además, que cuando entré en la sala dedicada a la exposición de Alain Urrutia titulada "Regard sur le regard" (algo así como "mirad la mirada"), allí estaba un grupo de gente joven que, por mi viejo olfato, me parecieron estudiantes de arte guiados por uno de sus profesores. Guardaron silencio al momento en que yo entraba en la sala y observé que el grupo al completo dirigía su mirada hacia mí, con cierto descaro..."mirad cómo mira la obra de arte ese señor mayor que acaba de entrar"... eso, estoy casi seguro, es lo que pienso que les decía aquel profesor mientras yo avanzaba por la sala mirando desde cierta distancia (no solo por imposición de su gran tamaño) los grandes cuadros en blanco y negro de Alain Urrutia; como por ejemplo, una inmensa cara de la momia de Nefertitis, que no sé qué demonios pinta ahí, no lo sé...como no sea que el misterio del arte contemporáneo consista en mirar la cara de pasmo que pone la gente cuando mira obras de arte como éstas...así lo pensé, incómodo, por sentirme utilizado, a modo de performance, muy propia para una exposición titulada "mirad la mirada"...no sé, pero la verdad es que de entre mis muchas ignorancias, la que en concreto se refiere a estas formas de arte/conceptual/contemporáneo, me importa más bien poco.
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| Otras fotografías de Cristóbal Hara, de su primera época, en blanco y negro. |
| El fotógrafo Cristóbal Hara junto a la foto de portada (el niño tamborilero) de su libro "An Imaginary Spaniard" |
El propio CAB dice de esta exposición: "Contar con Cristóbal Hara (Madrid, 1946) para la presentación de un nuevo proyecto en un centro de arte contemporáneo es, sin duda, un acontecimiento en sí mismo. El Premio Nacional de Fotografía de 2022, uno de los autores más reconocidos en activo en nuestro país, y también uno de los más radicales y esquivos a la hora de ser encuadrado en cualquiera de los grupos y movimientos que han conformado la historia de la especialidad, comparece en el CAB con una obra que es tanto inédita y actual, como germinal y preparatoria en su trayectoria".
"Si se pregunta a Cristóbal Hara qué distingue su forma de trabajar en color, responderá que quizá sea su falta de control sobre las imágenes. El patrimonio de este fotógrafo de tradición documental, Premio Nacional de Fotografía 2022, se enriquece aprovechando la intervención de la casualidad y el imprevisto. A partir del estudio de las alternativas en la construcción de imágenes, logra romper con la corrección de la composición tradicional en beneficio de la carga emocional de las obras".
En una entrevista, decía Cristóbal Hara:
"Yo he sido siempre muy mal fotógrafo de prensa, porque me distraían las cosas formales de la fotografía, el cómo construir la imagen". (Quería ser fotoperiodista, pero su interés no era tanto por los temas como por el propio lenguaje fotográfico. El buen fotógrafo de prensa es como un perro de caza que va a cazar: va a por ello). "Pero yo me distraía: yo era el perro de caza que en vez de a buscar la pieza se distraía con el tiempo, con el sol, con la luz…El fotógrafo de prensa va a lo que tiene que ir. El bueno".
Leo en la presentación de uno de sus libros de fotografía - "An Imaginary Spaniard" (un español imaginario)- cuya portada la ocupa esa foto en color de un niño tamborilero, lo que ahí se dice de Cristóbal Hara y de su obra fotográfica:
"¿Qué podría estar buscando la alegre mujer en medio de la multitud en ese ataúd? ¿Y qué tipo de obispo es ese con la belleza desnuda en su capa? Las fotografías de Cristóbal Hara muestran una España desconocida, lejos de las hermosas playas y los centros urbanos, llena de personas y animales completamente normales (y todas sus peculiaridades) que revelan lo extraordinario en lo ordinario. En procesiones y mercados, funerales y corridas de toros, o simplemente en la calle, Hara coloca su cámara para extraer detalles inesperados del ajetreo y el bullicio de las provincias. "Un español imaginario" contiene fotografías que hablan de alegría, tristeza, soledad y compañerismo, y crean su propio mundo de cuento de hadas a partir de una combinación de tristeza y encanto".
| Jhon Berger junto a la portada de uno de sus libros de referencia |
Jhon Berger experimentó y enseñó nuevos modos de mirar las obras de arte, en un modo de mirada holística que confunde vida y arte. Nos ayudó a descubrir un significado oculto en la mirada cotidiana con la que contemplamos lo mismo un paisaje o una persona, que la pintura de un bodegón o un retrato. Así, en los lienzos de los grandes artistas, Berger evocaba una experiencia estética de proximidad, muy cotidiana, acerca del misterio que rodea a la práctica del arte y a su contemplación, en una especie de confusión perfecta con nuestra propia experiencia vital, que hace inseparable la mirada de su objeto. En definitiva, lo que propuso J.Berger con sus "Modos de ver" es que "nunca vemos algo aisladamente, sino siempre en relación con nosotros mismos y nuestro contexto", de tal modo que estamos obligados a cuestionar toda ideología y circunstancia que pudiera condicionar nuestra percepción, tanto del arte como de la vida, como sucede con las ideologías políticas, de la publicidad, de la propiedad o del género, invitándonos a mirar las obras de arte, como a la vida, de forma más crítica y reflexiva: "nunca miramos solo una cosa; siempre miramos la relación entre las cosas y nosotros mismos".
Respecto de la fotografía me parece muy interesante su apreciación: "la fotografía rompe el flujo continuo del tiempo, creando una relación entre el momento registrado y el momento de la mirada, alterando nuestra percepción"...ésto es lo que yo experimento al ver esas fotos en blanco y negro de Cristóbal Hara: que me veo dentro de la foto de sos dos niños que juegan al escondite y que siento los olores de esa cantina de barrio en la que un padre sostiene dormido a un niño que se parece mucho a cualquiera de los niños que fuimos. Así es como la mirada es contemporánea, con independencia del momento histórico en que el fotógrafo capturó esa imagen.
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| Vistas del exterior del Museo de Arte Contemporáneo (CAB) de Burgos |
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| Las grandes puertas, obra de Antonio López, expuestas en la catedral de Burgos. |
No puedo terminar esta entrada sin mencionar alguna de las circunstancias que envuelven lo que antecede: un hermosísimo día soleado de invierno y un edificio que me gusta más cada día que vengo a Burgos y miro su maravillosa catedral desde la terraza de este museo...por cierto, también aprovechamos la mañana para visitar otro magnífico museo que está al lado del CAB: el Museo del Retablo, ubicado en la magnífica iglesia gótica de San Esteban.
Y al precio de 5 euros por persona, por fin pudimos ver en la Catedral, de cuerpo presente, las monumentales puertas de la discordia, hechas en bronce y diseñadas por Antonio López, esas que costaron 1,25 millones de euros.










