domingo, 7 de abril de 2013

¿HA LLEGADO EL MOMENTO?


Carta abierta, a mis vecinos y amigos de la Montaña Palentina:

Sé que algunos de nosotros ya tenemos un compromiso personal, que es social y ético en última instancia, un compromiso que intentamos cumplir a través de nuestro activismo en diferentes campos: cultural, político, ecologismo, feminismo, educación, consumo responsable, etc. No nos faltan ideas, no somos incapaces de aplicarlas, pero estamos atrapados en la trampa de la crisis. Unos están aislados en sus respectivos grupos y la mayoría en la soledad de sus casas. Estamos aislados entre nosotros y aislados en medio de una sociedad local a su vez aislada de una realidad global que, como poco, es dramática. ¿Cómo hablar de futuro cuando el suelo se abre a nuestros pies? Creo que nuestra impotencia económica, política y en todos los órdenes no es consecuencia de la Crisis, sino que es su causa general. Y si no encontramos palabras que rompan el silencio y acciones que nos saquen de la parálisis, creo que la Crisis será nuestro destino personal, como el de la sociedad en que vivimos. Pienso que la pasividad y la resignación que observamos a nuestro alrededor nos afectan y nos incluyen, que son mucho más que un síntoma, que hay que considerarlas también como  consecuencia y como causa profunda de la Crisis.

Creo que hemos errado al construir activismos sectoriales o partidistas, con una visión parcial de la Crisis, siendo ésta única y multidimensional. Hemos creído que nuestro compromiso y acción era útil en “nuestro campo de interés” y no dudo que a veces lo sea. Hemos creído que bastaba con oponernos, con resistir frente a una realidad que nos parece impuesta, irracional e injusta; pero hemos actuado reactivamente, generando una respuesta para cada agresión concreta, que el  sistema ha asumido e integrado sin problema, dándole la vuelta, incluso llegando a convertirla en fortaleza propia. Creo que hemos ignorado la dimensión del poder al que nos oponemos, tanto como la naturaleza de nuestra derrota.

Y puede que ya sea tarde, pero aún así, creo que hay que intentarlo porque la crisis nos destruye personal y colectivamente, porque la resistencia es absolutamente necesaria, porque creo que nos sana y nos reconstruye. La resistencia es en sí misma un proceso de curación y si no es así, es que no vale la pena. Si no conduce a esa esperanza, ¿para qué molestarse?

Pero, de intentarlo, creo que hay que cambiar radicalmente nuestra estrategia, que debemos asumir nuestros pasados errores y aprender de ellos, hay que averiguar y acordar qué sociedad queremos, antes de apresurarnos dando palos sueltos de ciego contra aquello que no nos gusta. Hay que diagnosticar el solar en ruinas en que se ha convertido la sociedad en que vivimos, para después diseñar lo que queremos construir en él, decidiendo qué proyecto seguimos: si rehabilitar las ruinas del solar o si levantar un edificio de nueva construcción. Habrá quien ya lo tenga decidido, incluso sin haber hecho el diagnóstico previo. Yo apelo a quienes sí han realizado ese esfuerzo y a quienes, en virtud del mismo, tienen el convencimiento de que el proyecto ha de ser radicalmente nuevo.
Personalmente acosado por la crisis, como muchos de vosotros, estoy reducido al aislamiento individual al que nos obliga la situación actual; y aunque mantengo una intensa relación con gente de otros lugares que andan en esta misma reflexión, la comunicación no deja de ser virtual. Esa reflexión va tomando forma como proyecto vital que voy construyendo poco a poco y que intento compartir públicamente a través de mis blogs: El blog de Nanín y Proyecto Democracia. Pero soy consciente de cuál es su principal defecto, sé que lo estoy construyendo en conversaciones con autores y gentes de otras latitudes, en conversaciones solitarias  y virtuales. Soy consciente de que el proyecto en el que trabajo está naciendo al margen del territorio en el que habito y de la comunidad vital que anhelo.  Mi primer blog se llamaba “La botella del náufrago”, porque así me sentía frente a la tecnología en red que estaba naciendo entonces; y hoy, como entonces, vuelvo a sentir que esta carta no deja de ser el mensaje de un náufrago que busca el encuentro con otros náufragos.
El caso es que, junto a gente de otros territorios y comunidades, estoy contribuyendo a impulsar  la creación de un movimiento internacional  que empieza a denominarse como bloque por la Revolución Integral al que yo me refiero como “Proyecto Democracia”. En realidad, quienes en ello estamos, hablamos de la misma cosa, la revolución indica el proceso y la democracia es  su objeto, aquello que lo justifica; por expresarlo resumidamente: se trata de la democracia como proyecto revolucionario para la reconstrucción del sujeto individual y colectivo que somos, en un proceso que necesariamente habrá de ser radical, permanentemente  abierto y siempre perfectible.
Sé que será muy difícil que podamos juntarnos un puñado de activistas en el  territorio de la Montaña Palentina, porque mucha de la gente comprometida que aquí conozco se siente a gusto en su parcela de activismo y probablemente no comparta esta visión mía. Y otros sé que están decepcionados, desmovilizados tras la experiencia fallida del 15M y que aún no se han recuperado. Pero me siento obligado a intentarlo. Así, pues, por si alguien se sintiera concernido por este llamamiento, que sepa que yo estoy dispuesto a constituir con ellos un grupo de afinidad, como nodo local del movimiento internacional que ahora está surgiendo. Quien sea, que me lo haga saber, para quedar y hablar de todo ésto.

Para más información:

-Antecedentes: http://cooperativa.cat
-Otros activistas implicados:
.María Prado Esteban: http://prdlibre.blogspot.com.es/
.Felix Rodrigo Mora: http://felixrodrigomora.net/


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy acertada la propuesta Fernan.
Por mi parte cuando se decida

nanin dijo...

Existe un problema: no sé quién eres.