Carta abierta, a mis
vecinos y amigos de la Montaña Palentina:
Sé
que algunos de nosotros ya tenemos un compromiso personal, que es social y ético
en última instancia, un compromiso que intentamos cumplir a través de nuestro
activismo en diferentes campos: cultural, político, ecologismo, feminismo, educación,
consumo responsable, etc. No nos faltan ideas, no somos incapaces de aplicarlas, pero estamos
atrapados en la trampa de la crisis. Unos están aislados en sus respectivos grupos
y la mayoría en la soledad de sus casas. Estamos aislados entre nosotros y
aislados en medio de una sociedad local a su vez aislada de una realidad global
que, como poco, es dramática. ¿Cómo hablar de futuro cuando el suelo se abre a
nuestros pies? Creo que nuestra impotencia económica, política y en todos los
órdenes no es consecuencia de la Crisis, sino que es su causa general. Y si no encontramos palabras que rompan el
silencio y acciones que nos saquen de la parálisis, creo que la Crisis será nuestro
destino personal, como el de la sociedad en que vivimos. Pienso que la pasividad
y la resignación que observamos a nuestro alrededor nos afectan y nos incluyen,
que son mucho más que un síntoma, que hay que considerarlas también como consecuencia y como causa profunda de la Crisis.
Creo
que hemos errado al construir activismos sectoriales o partidistas, con una visión parcial de
la Crisis, siendo ésta única y multidimensional. Hemos creído que nuestro
compromiso y acción era útil en “nuestro campo de interés” y no dudo que a
veces lo sea. Hemos creído que bastaba con oponernos, con resistir frente a una
realidad que nos parece impuesta, irracional e injusta; pero hemos actuado
reactivamente, generando una respuesta para cada agresión concreta, que el sistema ha asumido e integrado sin problema, dándole la
vuelta, incluso llegando a convertirla en fortaleza propia. Creo que hemos
ignorado la dimensión del poder al que nos oponemos, tanto como la naturaleza
de nuestra derrota.
Y
puede que ya sea tarde, pero aún así, creo que hay que intentarlo porque la crisis nos destruye personal y colectivamente, porque la
resistencia es absolutamente necesaria, porque creo que nos sana y nos
reconstruye. La resistencia es en sí misma un proceso de curación y si no es
así, es que no vale la pena. Si no conduce a esa esperanza, ¿para qué
molestarse?
Pero, de intentarlo,
creo que hay que cambiar radicalmente nuestra estrategia, que debemos asumir
nuestros pasados errores y aprender de ellos, hay que averiguar y acordar qué
sociedad queremos, antes de apresurarnos dando palos sueltos de ciego contra aquello
que no nos gusta. Hay que diagnosticar el solar en ruinas en que se ha
convertido la sociedad en que vivimos, para después diseñar lo que queremos
construir en él, decidiendo qué proyecto seguimos: si rehabilitar las ruinas del
solar o si levantar un edificio de nueva construcción. Habrá quien ya lo tenga
decidido, incluso sin haber hecho el diagnóstico previo. Yo apelo a quienes sí han
realizado ese esfuerzo y a quienes, en virtud del mismo, tienen el
convencimiento de que el proyecto ha de ser radicalmente nuevo.
Personalmente acosado
por la crisis, como muchos de vosotros, estoy reducido al aislamiento
individual al que nos obliga la situación actual; y aunque mantengo una intensa
relación con gente de otros lugares que andan en esta misma reflexión, la
comunicación no deja de ser virtual. Esa reflexión va tomando forma como
proyecto vital que voy construyendo poco a poco y que intento compartir
públicamente a través de mis blogs: El blog de Nanín y Proyecto Democracia. Pero
soy consciente de cuál es su principal defecto, sé que lo estoy construyendo en
conversaciones con autores y gentes de otras latitudes, en conversaciones
solitarias y virtuales. Soy consciente
de que el proyecto en el que trabajo está naciendo al margen del territorio en
el que habito y de la comunidad vital que anhelo. Mi primer blog se llamaba “La botella del
náufrago”, porque así me sentía frente a la tecnología en red que estaba
naciendo entonces; y hoy, como entonces, vuelvo a sentir que esta carta no deja
de ser el mensaje de un náufrago que busca el encuentro con otros náufragos.
El caso es que, junto
a gente de otros territorios y comunidades, estoy contribuyendo a
impulsar la creación de un movimiento
internacional que empieza a denominarse
como bloque por la Revolución Integral
al que yo me refiero como “Proyecto
Democracia”. En realidad, quienes en ello estamos, hablamos de la misma cosa,
la revolución indica el proceso y la democracia es su objeto, aquello que lo justifica; por expresarlo
resumidamente: se trata de la democracia como proyecto revolucionario para la
reconstrucción del sujeto individual y colectivo que somos, en un proceso que necesariamente
habrá de ser radical, permanentemente
abierto y siempre perfectible.
Sé
que será muy difícil que podamos juntarnos un puñado de activistas en el territorio de la Montaña Palentina, porque
mucha de la gente comprometida que aquí conozco se siente a gusto en su parcela
de activismo y probablemente no comparta esta visión mía. Y otros sé que están
decepcionados, desmovilizados tras la experiencia fallida del 15M y que aún no
se han recuperado. Pero me siento obligado a intentarlo. Así, pues,
por si alguien se sintiera concernido por este llamamiento, que sepa que yo
estoy dispuesto a constituir con ellos un grupo de afinidad, como nodo local del
movimiento internacional que ahora está surgiendo. Quien sea, que me lo haga
saber, para quedar y hablar de todo ésto.
Para
más información:
-Llamamiento:
http://integrarevolucio.net
-Antecedentes:
http://cooperativa.cat
-Mi
libro: “La alternativa es la Democracia”
-Mis
blogs: “El blog de Nanín” y “Proyecto Democracia”
-Otros
activistas implicados:
.Enric Durán: http://enricduran.cat/es/
.María Prado Esteban: http://prdlibre.blogspot.com.es/
.Felix Rodrigo Mora: http://felixrodrigomora.net/
2 comentarios:
Me parece muy acertada la propuesta Fernan.
Por mi parte cuando se decida
Existe un problema: no sé quién eres.
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