Creo
que es Takis Fotopoulos, griego,
filósofo, economista, profesor y activista político, quien ha formulado la más
avanzada actualización del pensamiento socialista y libertario, a través de su
propuesta de Democracia inclusiva, fundamentada en una crítica actual y radical
sobre la crisis sistémica del capitalismo, con el resultado de una
síntesis de la democracia clásica y el anarquismo.
No
me parece muy acertada su adjetivación
de “inclusiva”, porque creo que para su mejor comprensión es más apropiada la
denominación de “democracia comunitaria”. Este último adjetivo representa más fielmente
la naturaleza ideológica y estratégica de su propuesta: la democracia
construida desde la comunidad, desde lo local, en modo directo, autónomo y
federal. Por tanto, quiero dejar bien claro que cuando aludo a la democracia
comunitaria, me estoy refiriendo al
sabio pensamiento de Takis Fotopoulos.
Inducido
por la crítica situación actual en la que vivimos, me he propuesto dedicar esta
parte de mi vida a contribuir en la formulación de una propuesta política lo más
racional, ética y útil posible;
considero que esta tarea debe hacerse comunitariamente, desde lo local y
próximo, desde la teoría y la acción, y bien conectados con la realidad global, por una doble razón de racionalidad y
solidaridad. Armado de razones, con mucha voluntad y deseo, aunque condicionado
por mis propias limitaciones intelectuales, me permitiré ir incorporando
algunas pequeñas consideraciones
ideológicas y estratégicas, que pudieran contribuir al fortalecimiento
del socialismo libertario que yo, a mi manera, denomino “democracia comunitaria”.
Guiado
por un principio de coherencia, tanto moral como intelectual, quiero hacer mi
reconocimiento personal y público al
pensamiento filosófico y político de las personas que, desde mi punto de vista,
representan el caudal de experiencia militante y conocimiento teórico que hoy
nutre esta fuerte determinación moral
que nos moviliza para desear y para construir un mundo mejor. Son
muchas las organizaciones y las personas que han realizado estas aportaciones. Y
son muchas más en la actualidad, cuando
creo que las condiciones son favorables a un reverdecimiento del pensamiento
anarquista. Dejando para otro momento a las organizaciones, ciñéndome al pensamiento
socialista y libertario -aún a riesgo de seguros errores y algún olvido-, me
atrevo a resumir mi personal reconocimiento en una lista concretada en seis nombres
propios, cuyo pensamiento nos sirve hoy de poderosa herramienta para afrontar
este camino nuevo que estamos definiendo como “democracia comunitaria”. Esta es
su relación cronológica, con una síntesis de su valiosa contribución al pensamiento socialista y
libertario actual:
1. (1809-1865, Francia). Pierre J.
Proudhom: desarrolló el principio
federativo del socialismo libertario y la teoría de la propiedad privada conceptuada como un robo a la
comunidad.
2. (1814-1876, Rusia). Mijail A. Bakunin: su aportación más poderosa estuvo dedicada al colectivismo que caracteriza al pensamiento anarquista; fue, además, el primer impulsor del
anarquismo como movimiento político y popular.
3. (1839-1897, EEUU). Henry George: aunque su pensamiento es de raíz más liberal que
socialista, su teoría sobre la propiedad de la tierra y el impuesto único sobre
ésta, establece un puente importante hacia el pensamiento socialista y libertario.
4. (1842-1921,
Rusia). Piotr A. Kropotkin: profundizó en la organización comunitaria
de la producción y el consumo, así como en la concepción moral y ética de la
política, basada en la libertad, la solidaridad y la justicia; y, sobre todo,
desarrolló su teoría de la cooperación y la ayuda mutua como prácticas comunes
y esenciales de la naturaleza humana.
5. (1921-2006, EEUU). Murray
Bookchin: se ocupó de desarrollar
sendas teorías sobre el municipalismo libertario y la ecología social; el
primero como
propuesta de organización política y social que se basa en instituciones
asamblearias de índole vecinal, que mediante democracia directa se federan en
una confederación de municipios libres como alternativa al Estado; su ecología
social propone el desarrollo científico-técnológico en el marco de una economía
ecológica y una institucionalidad libre y autónoma (sin Estado).
6. (1940, Grecia) Takis Fotopoulos: ha elaborado una propuesta de democracia inclusiva,
no como construcción utópica sino como forma
realista de superar la crisis sistémica del capitalismo; básicamente, consiste
en una síntesis de la
democracia clásica y el socialismo libertario, planteando una concepción
integral de la democracia, que incluye sus cuatro dimensiones fundamentales: social,
política, económica y ecológica.
I. La superación
de la crisis crónica a la que nos conduce necesariamente el capitalismo, no es
posible a través de la reforma del sistema -como es utópicamente sostenido por
movimientos civiles, partidos políticos y organizaciones ecologistas. La
superación de la crisis solo es posible a partir de la creación de una nueva
forma de organización política, social y económica que asegure la igual
distribución del poder entre los ciudadanos en todos los niveles (político,
económico, social y cultural). La
Democracia inclusiva, no es una nueva utopía, sino una nueva
forma de organización social enfocada en
asegurar una distribución igualitaria del poder, a todos los niveles y,
consecuentemente, la superación final de la crisis multidimensional actual.
II. La Democracia inclusiva
constituye la forma más completa y avanzada de democracia, ya que garantiza las
precondiciones institucionales para una democracia política (o directa), una
democracia económica, una democracia en el campo social y una democracia
ecológica. A nivel subjetivo, la
Democracia inclusiva está basada en la elección consciente de
la autonomía por parte de los ciudadanos, y no sobre dogmas, religiones,
sistemas irracionales o sistemas teóricos cerrados.
III. La Democracia política supone
la creación de instituciones de democracia directa, de tal manera que todas las
decisiones sean tomadas por asambleas ciudadanas locales, que se confederan en
el ámbito regional, nacional y, finalmente, en el ámbito continental y global,
mediante delegaciones que pueden ser inmediatamente revocadas por las asambleas
ciudadanas. La función de las asambleas regionales, nacionales y confederales
es la de implementar y coordinar las políticas
decididas por las asambleas ciudadanas. La democracia política garantiza, por
lo tanto, la reintegración de la sociedad con la política y reemplaza al estado
como autoridad separada y por encima de los ciudadanos que, esencialmente, ha
convertido a los ciudadanos en súbditos.
IV. Una Democracia
económica garantiza la reintegración de
la sociedad con la economía y reemplaza a
la economía de mercado-monetaria, que ha llevado a la presente concentración de
la riqueza en manos de unos pocos, así como al desempleo, el subempleo, la
inseguridad, la degradación de los servicios sociales y la catástrofe ecológica.
Supone la creación de instituciones de propiedad colectiva de los recursos
productivos y un control comunitario sobre éstos a través de las asambleas
ciudadanas.
V. La democracia
social supone la creación de instituciones de autogestión en las fábricas,
oficinas y lugares generales de producción, así como en instituciones
educativas y culturales. Los consejos de trabajadores, de estudiantes y otros, ejercen
la autogestión de los lugares de producción y de los centros educativos,
guiados por los objetivos generales fijados por las asambleas ciudadanas, así
como por las preferencias de los ciudadanos
como productores y como consumidores.
VI. La Democracia ecológica
supone la creación de unas instituciones y de una cultura que logren la
reintegración de la sociedad con la naturaleza. Esto significa que el objetivo
de la actividad económica ya no será el actual “desarrollo” eco-catástrofico,
obligado por las exigencias de crecimiento, competencia y lucro, sino la
satisfacción de las necesidades de todos los ciudadanos, de manera que se
consiga una verdadera calidad de vida, que solo una armoniosa relación entre la
sociedad y la naturaleza puede garantizar. La democracia ecológica, por lo
tanto, es radicalmente incompatible tanto con el sistema de economía de mercado,
como con cualquier otro sistema encaminado al crecimiento, como el sistema
centralizado de socialismo estatal.
VII. La
Democracia inclusiva es incompatible con cualquier sistema
teórico cerrado y por supuesto con cualquier irracionalismo, religioso o no. La Democracia inclusiva no
es el resultado de un despliegue dialéctico de la Naturaleza o la Sociedad , determinado por
alguna “ley/tendencia” de la evolución (natural o social), ni tampoco otra
utopía como las que aparecen ocasionalmente en el espacio de la izquierda
utópica. Su proyecto propone la construcción de un movimiento popular y masivo,
que sea la síntesis superadora del movimiento social por la democracia, la
autonomía y el socialismo, así como de los nuevos movimientos sociales por la
igualdad en materia de género, raza y sexo.
VIII. La transición hacia la Democracia inclusiva
presupone, por tanto, un objetivo intermedio para la creación de una Red
ciudadana dedicada a provocar una conciencia democrática alternativa a través
de la intervención cultural y política, hasta lograr un movimiento masivo a
nivel local, regional, nacional y, finalmente, a nivel continental y global, interviniendo en todos los ámbitos (político,
económico, social, ecológico y cultural) con la intención de constituir nuevas instituciones
y culturas, completamente democráticas. Esta intervención no se manifiesta sólo
a través de la creación de formas alternativas de vida individual o social
(“para dar ejemplo”), de la acción directa, o de la participación en elecciones
locales, sino por la combinación de éstas y otras formas similares de acción, a
condición de que todas estas actividades sean parte integral de un programa
político global, de cambio radical, enfocado hacia el logro de una Democracia completa.
La participación en elecciones locales -las únicas elecciones compatibles con
las metas de la Democracia
inclusiva- tiene el objetivo de crear instituciones
paralelas a las dominantes y una cultura democrática alternativa, a una escala
social significativa. Todo ello, con el objetivo último de constituir un poder
dual en relación al sistema existente, a través del desarrollo de una
conciencia popular y mayoritaria, resultante de los procesos de confrontación
con las instituciones existentes y de construcción de las nuevas instituciones
democráticas.
La Tierra es de tod@s |
No hay comentarios:
Publicar un comentario