sábado, 27 de noviembre de 2010

CAPITALISMO, MERCADOS, CULO, TETA, PEDO, PIS,…: Individual Appropriation System of Planet Earth


Durante los últimos años –probablemente desde la caída del muro de Berlín- no mencionábamos para nada  la palabra “capitalismo”, era una palabra tabú, mencionarla era de muy mal gusto y políticamente incorrecto. Con la crisis, ha ocurrido que todo el mundo se ha lanzado a la calle, a las tertulias y a los parlamentos, poniendo a parir al capitalismo y a los mercados, con un desaforado impulso escatológico que, a mi entender, nos lleva a la  confusión propia de toda mirada superficial, confundiendo los síntomas  visibles de los problemas con sus profundas y verdaderas causas. No andaré con rodeos y lo diré rápidamente: el capitalismo es la consecuencia del verdadero problema de fondo, que no es otro que el  SAPE (Individual Appropriation System of Planet Earth) o Sistema de Apropiación Individual del Planeta Tierra.

Porque todo, o sea, TODO –desde las leyes de la Evolución  hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos- parecen consagrar este Sistema de Apropiación del Planeta Tierra. Incluso lo que denominamos “la izquierda” parece consagrar tal  sistema de propiedad o, al menos, no lo cuestiona. Parece que no hubiera vida ni razón tras la socialdemocracia, el estado de bienestar  y la democracia  electoral. Es lo más de lo más, lo único posible, y nos lo hemos creído.

El error original no es sólo de método, que lo es, porque el individualismo es una estrategia catastrófica, como ya sabemos. El error es de principio, o lo que es lo mismo, “de sentido común”, lo que nos obliga a diseñar una ruta que nos lleve a la supervivencia de la especie humana y no a su autodestrucción. Lo que tenemos por delante  no es una batalla  convencional, de buenos contra malos, de izquierdas contra derechas, creo que es mucho más complejo y, al tiempo, infinitamente más sencillo. Se trata de co-mprender  y, por tanto, resolver, el falso dilema entre liberalismo/libertad y  socialismo/igualdad, acordando para siempre que la libertad  es imposible sin igualdad.

El  llamado “capitalismo” (para entendernos, el neoliberalismo, la derecha) en la actualidad no es más que la formulación económica de ese error que es la estrategia exclusivamente enfocada en el individualismo, una estrategia de vista corta, que atiende a los intereses inmediatos  del individuo particular, que instituye el derecho de  apropiación individualista de la tierra e ignora el derecho de los demás individuos, despreciando al individuo general que es la especie humana, incluso poniendo en riesgo su propia supervivencia, como ya estamos barruntando. 

El  llamado “socialismo” (para entendernos, la socialdemocracia, la izquierda) en la actualidad no es más que la formulación de la mala conciencia individualista, el llamado estado de bienestar, un intento por remendar  el inmenso y Universal Desperfecto ocasionado por la desigualdad  original, por un sistema de apropiación indebida de la tierra, erróneamente denominado “derecho de propiedad”, tan bien  cimentado y consagrado a perpetuidad por las leyes de los Estados, por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por los Ejércitos y hasta por la Teoría de la Evolución …un catastrófico error que sólo podemos resolver con el viejo método de la contricción y el sentido común.
Para mí, la linde está bien clara: somos libres si somos iguales, nos hace iguales la propiedad compartida y responsable de la Tierra. Para mí ésta es la linde a partir de la cual comienza el socialismo nuevo, el que hay que reinventar.
La idea ni es mía ni es tan nueva. Yo creó que  la formuló  muy bien Henry George, un filósofo autodidacta, americano de Filadelfia, nacido en 1839, en un libro que recomiendo: “Progreso y miseria”. Habrá ocasión y necesidad de seguir hablando del viejo George y del nuevo socialismo.


Henry George

3 comentarios:

Rubén García Colsa dijo...

De acuerdo en casi todo pero... ¿No sería aconsejable cambiar incluso el nombre y no denominarlo socialismo?
Yo creo que lo que hasta ahora veníamos llamando izquierda y derecha ya no nos sirve. Y so lo vamos a dejar a tras, salvando lo que consideremos de valor, no nos vendría mal empezar por elborar nuevos nombres que denominen corrientes nuevas. No es que tengamos que inventar la rueda pero ayuda a romper inercias aunque sólo sea en el hablar y en el escribir que no es poco.

nanin dijo...

Lo opuesto a individualismo es socialismo. Yo creo que no hay que cambiar de marca, sino de producto. Es cuestión de principios y de contenidos. Para mí, el socialismo se fundamenta en este principio básico y clarísimo: LA TIERRA ES DE TODOS, y a partir de ahí podremos hablar en serio de igualdad, de libertad...y de todo lo que sigue. El socialismo nuevo, que estamos intuyendo, no puede ser una facción política más, sino una estrategia universal, de supervivencia y de organización ética de la vida en comunidad.

Rubén García Colsa dijo...

Estoy de acuerdo, aunque suelo decir más que la tierra no es de nadie, que es como decir que es de todos pero con una gotuca de misantropía. Poner en cuestión el nombre es algo de cara a los demás: actualmente la palabra socialismo tiene unos componentes en el imaginario de la opinión pública española que se mueve entre el PSOE y Cuba y creo que lo que tu apuntas aquí es diferente. En cuanto al contenido ("una estrategia universal, de supervivencia y de organización ética de la vida en comunidad.") nada que añadir, lo suscribo plenamente.