sábado, 13 de diciembre de 2025

2026...¿EL AÑO DE LA GUERRA CON RUSIA?

Mark Rutte, secretario general de la OTAN, conferencia del 11-12-2025. (Foto de Michael Kappeler)
 

El pasado día 12 de diciembre, la prestigiosa revista europea "Le Grand Continent" (1) (con ediciones en francés, alemán, italiano, polaco y castellano) publicaba una traducción del discurso que pronunciara el día anterior, en Berlín, el actual secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la sesión de apertura de una Conferencia de Seguridad organizada por el Estado de Baviera.

Conviene no olvidar las advertencias contenidas en ese discurso, pronunciado a mayor gloria de la OTAN y en el que junto a un críptico aviso de alarma bélica, Mark Rutte deja muy claro -por si no nos hubiéramos enterado todavía- que el actual jefe de la OTAN es un tal Donald Trump, el trastornado y peligroso presidente de los EEUU de América del Norte, el mismo que por muy poco no ha recibido el premio Nobel de la Paz de este año. 

Pues bien, este "peculiar" presidente nunca ha ocultado su coincidencia estratégica con el de la Federación Rusa, Vladimir Putin (otro que tal baila), respecto de su común interés en debilitar a la Unión Europea. Trump incluso ha anunciado su ayuda económica directa a los partidos europeos de  ultraderecha a los que denomina "partidos patrióticos", porque sabe que una próxima mayoría de gobiernos nacionales en manos de esos partidos significaría una rápida disolución de la UE (Trump no sabe que la UE es capaz de autodestruirse por sí misma, sin su ayuda).

Pero si la disolución es el destino que tanto Trump como Putin le tienen reservado a la Unión Europea, ya me diréis cómo se mastica esta alianza estratégica de ambos en un momento en el que se  negocia y ultima la paz en Ucrania, al mismo tiempo que el secretario general de la OTAN lanza una grave alarma anunciando la altísima probabilidad de un inminente ataque del ejército ruso que significaría el comienzo de una larga guerra entre Rusia y una Unión Europea defendida por una OTAN  bajo el mando de alguien -como Donald Trump- que más bien está interesado en su derrota....no, no hay quien lo entienda y, probablemente, de eso se trata.

Incluso, en otro artículo de esa misma revista (2), titulado "¿Por dónde atacará Putin a Europa?" se concreta que será por la pequeña ciudad de Zilupe, en Letonia, por donde los ejércitos de Putin tendrían más posibilidades de abrirse paso en 2026.

Lo que es bien seguro es que la gente joven ya puede hacerse a la idea de ser reclutados en 2027, si no es en 2026.

 * * *

Esta es la reproducción del mencionado discurso de Mark Rutte:

«Somos el próximo objetivo de Rusia y ya estamos en peligro»
"Buenos días, querido Johann, querido Detlef, querido Wolfgang, buenos días a todos. Gracias por esta cálida bienvenida, siempre es un placer estar en Berlín.

Hace poco más de 36 años, en una noche de noviembre que ahora es famosa, el entonces secretario general de la OTAN, Manfred Wörner, se subió a su coche y condujo toda la noche hasta Berlín. En su prisa, se olvidó de informar a su equipo en Bruselas de su destino. Manfred regresaba a su hogar en Alemania para unirse a la multitud que celebraba la caída del Muro de Berlín.

Hoy en día, una parte del muro se encuentra en la sede de la OTAN. Se trataba de una barrera destinada a retener a las personas en el interior e impedir el paso de las ideas; ahora es un monumento a la fuerza de la libertad, un recordatorio del poder de la unidad y una lección que nos enseña que debemos mantenernos fuertes, confiados y decididos. Porque las oscuras fuerzas de la opresión están de nuevo en marcha. Hoy estoy aquí para decirles cuál es la posición de la OTAN y qué debemos hacer para evitar una guerra antes de que comience.

Debemos ser muy claros sobre la amenaza: somos el próximo objetivo de Rusia y ya estamos en peligro.

Cuando asumí el cargo de secretario general de la OTAN el año pasado, advertí que lo que estaba sucediendo en Ucrania también podía suceder en los países aliados y que debíamos adoptar una mentalidad de guerra. Este año hemos tomado decisiones importantes para reforzar la OTAN. En la cumbre de La Haya, los aliados acordaron invertir el 5 % del PIB anual en defensa de aquí a 2035, aumentar la producción de defensa en toda la Alianza y seguir apoyando a Ucrania. Pero no es momento de felicitarnos.

Me temo que hay mucha gente que se duerme en sus laureles, que no siente la urgencia de la situación, que piensa que el tiempo juega a nuestro favor. No es así: hay que actuar ahora.

El gasto y la producción de equipamiento de defensa de los países aliados deben aumentar rápidamente, nuestras fuerzas armadas deben disponer de lo necesario para garantizar nuestra seguridad, y Ucrania debe disponer de lo necesario para defenderse, ahora mismo.

Nuestros gobiernos, nuestros parlamentos y nuestros ciudadanos deben estar unidos en esta lucha, para que podamos seguir protegiendo la paz, la libertad y la prosperidad, nuestras sociedades abiertas, nuestras elecciones libres y nuestra prensa libre. Todos debemos aceptar que tenemos que actuar ahora mismo para defender nuestro modo de vida.

Porque este año, Rusia se ha vuelto aún más descarada, imprudente y despiadada con la OTAN y Ucrania.

Durante la Guerra Fría, el presidente Reagan advirtió contra los «impulsos agresivos de un imperio del mal». Hoy, el presidente Putin se ha propuesto construir un nuevo imperio. Está lanzando todas sus fuerzas contra Ucrania, matando a soldados y civiles, destruyendo los refugios de la humanidad: casas, escuelas y hospitales.

Desde principios de año, Rusia ha lanzado más de 46.000 drones y misiles contra Ucrania. Probablemente produce 2.900 drones de ataque al mes, así como un número similar de señuelos destinados a distraer la atención de las defensas aéreas. En 2025, Rusia produjo alrededor de 2.000 misiles de crucero y balísticos terrestres, lo que la acerca a su pico de producción.

Mientras Putin intenta destruir Ucrania, también está devastando su propio país. Desde el inicio de la guerra en 2022, se han registrado más de 1,1 millones de víctimas rusas. Este año, Rusia ha perdido una media de 1.200 soldados al día. Piénsenlo: más de un millón de víctimas hasta la fecha y 1.200 al día, muertos o heridos, solo este año.

Putin está pagando su orgullo con la sangre de su propio pueblo: si está dispuesto a sacrificar así a los rusos de a pie, ¿qué estará dispuesto a hacernos a nosotros? En su visión distorsionada de la historia y del mundo, Putin cree que nuestra libertad amenaza su control del poder y que queremos destruir Rusia. Pero Putin se encarga muy bien de ello por sí mismo.

La economía rusa se centra ahora en la guerra, y no en la prosperidad de su pueblo. Rusia dedica casi el 40 % de su presupuesto a la agresión, y alrededor del 70 % de todas las máquinas herramienta de Rusia se utilizan en la producción militar. Los impuestos aumentan, la inflación se ha disparado y la gasolina está racionada.

El próximo eslogan de la campaña presidencial de Putin debería ser: «Make Russia Weak Again». 1 Por supuesto, no es que le molesten las elecciones libres y justas.

¿Cómo puede Putin continuar su guerra contra Ucrania?...La respuesta es sencilla: China. China es el salvavidas de Rusia. Quiere evitar que su aliado pierda en Ucrania. Sin su apoyo, Rusia no podría seguir librando esta guerra. Por ejemplo, alrededor del 80 % de los componentes electrónicos esenciales de los drones rusos y otros sistemas se fabrican en China. Cuando mueren civiles en Kiev o Járkov, la tecnología china suele estar presente en las armas que los han matado.

Tampoco olvidemos que Rusia también cuenta con Corea del Norte e Irán en su lucha contra la libertad, para obtener municiones y equipo militar. Hasta ahora, Putin solo ha desempeñado el papel de pacificador cuando le ha convenido, con el fin de ganar tiempo para continuar su guerra.

El presidente Trump quiere poner fin al derramamiento de sangre ahora mismo, y es el único que puede llevar a Putin a la mesa de negociaciones. Pongamos a prueba a Putin: veamos si realmente quiere la paz o si prefiere que continúe la masacre. Es esencial que todos sigamos presionando a Rusia y apoyando los esfuerzos sinceros para poner fin a esta guerra.

Gracias al apoyo de la OTAN, Ucrania puede ahora defenderse, estar en posición de fuerza para garantizar una paz justa y duradera, y ser capaz de disuadir cualquier agresión rusa en el futuro. Miles de millones de dólares en material militar esencial están llegando a Ucrania, procedentes de Estados Unidos y financiados por los aliados y socios.

Se trata de una potencia de fuego que solo Estados Unidos puede proporcionar; lo hacemos en el marco de una iniciativa de la OTAN denominada PURL. Desde su lanzamiento este verano, PURL ha suministrado aproximadamente el 75 % de todos los misiles destinados a las baterías Patriot de Ucrania y el 90 % de la munición utilizada en sus otros sistemas de defensa aérea.

Quiero dar las gracias a Alemania y a los demás aliados por su apoyo. El programa PURL permite a Ucrania seguir luchando y protege a su población. Espero que más aliados contribuyan a él y refuercen su apoyo a Ucrania de muchas otras maneras. Porque debemos fortalecer a Ucrania para que pueda detener el avance de Putin.

Imaginemos por un momento que Putin logra su objetivo: Ucrania bajo el yugo de la ocupación rusa, sus fuerzas presionando contra una frontera más larga con la OTAN y un riesgo considerablemente mayor de un ataque armado contra nosotros. Esto requeriría un cambio verdaderamente gigantesco en nuestra disuasión y defensa.

La OTAN tendría que aumentar considerablemente su presencia militar a lo largo de su flanco oriental, y los aliados tendrían que ir mucho más lejos y más rápido en materia de gasto y producción de defensa. En tal escenario, echaríamos de menos los tiempos en que nos parecía suficiente dedicar el 3,5 % del PIB a la defensa. Esta cifra aumentaría considerablemente y, ante esta amenaza inminente, tendríamos que actuar con rapidez. Habría presupuestos de emergencia, recortes en el gasto público, perturbaciones económicas y una presión financiera adicional.

En este escenario, serían inevitables compromisos dolorosos, pero absolutamente necesarios para proteger a nuestras poblaciones. Por lo tanto, no lo olvidemos: la seguridad de Ucrania es nuestra seguridad. Las defensas de la OTAN pueden resistir por ahora. Pero con su economía dedicada a la guerra, Rusia podría estar lista para utilizar la fuerza militar contra la OTAN en un plazo de cinco años. Ya está intensificando su campaña secreta contra nuestras sociedades.

La lista de objetivos de sabotaje de Rusia no se limita a las infraestructuras críticas, la industria de defensa y las instalaciones militares. Se han perpetrado ataques contra almacenes y centros comerciales, se han ocultado explosivos en paquetes y Polonia está investigando actualmente actos de sabotaje contra su red ferroviaria. Este año hemos sido testigos de flagrantes violaciones del espacio aéreo por parte de Rusia.

Ya se trate de drones sobre Polonia y Rumanía o de aviones de combate sobre Estonia, este tipo de incidentes ponen en peligro vidas humanas y aumentan el riesgo de escalada. Aunque a menudo pensamos en el riesgo principalmente en términos del flanco oriental, el radio de acción de Rusia no se limita a tierra firme. El Ártico y el Atlántico son vías adicionales, que nos recuerdan una vez más por qué esta Alianza es tan crucial desde hace tantos años, a ambos lados del Atlántico.

Por lo tanto, trabajamos juntos para garantizar la seguridad de todos los Aliados, en tierra, mar y aire. Hemos reforzado nuestra vigilancia, disuasión y defensa a lo largo del flanco oriental con Eastern Sentry, y seguimos protegiendo nuestras infraestructuras críticas en el mar con Baltic Sentry.

La respuesta de la OTAN a las provocaciones de Rusia ha sido tranquila, decisiva y proporcionada, pero debemos prepararnos para una nueva escalada y una nueva confrontación. Nuestro compromiso inquebrantable con el artículo 5 del Tratado, según el cual un ataque contra uno es un ataque contra todos, envía un mensaje contundente. Cualquier agresor debe saber que podemos responder con fuerza, y que lo haremos. Por eso hemos tomado decisiones cruciales en La Haya: en materia de gasto en defensa, producción y apoyo a Ucrania.

Estamos observando avances importantes. Tomemos como ejemplo la producción de municiones: la producción europea de proyectiles de artillería de 155 milímetros se ha multiplicado por seis en comparación con hace dos años. Este año visité una nueva fábrica en Alemania, en Unterlüß, que tiene previsto producir 350.000 proyectiles de artillería al año.

Alemania está modificando profundamente su enfoque de la defensa y la industria con el fin de aumentar la producción, y las inversiones que destina a sus fuerzas armadas son extraordinarias. Se han previsto alrededor de 152.000 millones de euros para defensa hasta 2029, lo que representa el 3,5 % de su PIB hasta 2029. Alemania es una potencia líder en Europa y una fuerza motriz dentro de la OTAN. El liderazgo alemán es esencial para nuestra defensa colectiva. Su compromiso de asumir la parte que le corresponde en nuestra seguridad es un ejemplo para todos los aliados.

Debemos estar preparados. Porque, ahora que el primer cuarto del siglo XXI llega a su fin, los conflictos ya no se libran a distancia: están a nuestras puertas. Rusia ha traído de vuelta la guerra a Europa y debemos prepararnos para una guerra de una magnitud comparable a la que vivieron nuestros abuelos o bisabuelos.

Imaginemos un conflicto que afecte a todos los hogares, a todos los lugares de trabajo, que provoque destrucción, movilización masiva, millones de personas desplazadas, sufrimiento por todas partes y pérdidas extremas.

Es una idea terrible. Pero si cumplimos nuestros compromisos, es una tragedia que podemos evitar. La OTAN está ahí para proteger a mil millones de personas a ambos lados del Atlántico. Nuestra misión es protegerlos a ustedes, a sus familias, a sus amigos y a su futuro. No podemos bajar la guardia, y no lo haremos. Cuento con que nuestros gobiernos cumplan sus compromisos y vayan más allá y más rápido, porque no podemos flaquear ni fracasar.

Escuchen las sirenas que suenan en toda Ucrania, vean los cadáveres que se retiran de los escombros y piensen en los ucranianos que podrían acostarse esta noche y no despertarse mañana. ¿Qué diferencia hay entre lo que les está pasando a ellos y lo que nos podría pasar a nosotros?

Solo la OTAN. Como secretario general, es mi deber decirles lo que nos espera si no actuamos más rápidamente, si no invertimos en defensa y si no seguimos apoyando a Ucrania. Sé que este mensaje es difícil de escuchar ahora que se acercan las fiestas de fin de año, cuando nuestros pensamientos se dirigen hacia la esperanza, la luz y la paz. Pero podemos sacar valor y fuerza del hecho de que estamos unidos en la OTAN, decididos y conscientes de estar en el lado correcto de la historia.

Tenemos un plan, sabemos lo que hay que hacer, así que actuemos. Debemos hacerlo. Gracias".

 

Notas:

(1) Le Grand Continent se autodefine como "una revista nueva, fundada en mayo de 2019 en París, en pleno desarrollo y construcción. Constituye el primer proyecto serio capaz de producir una revista escrita en los principales idiomas del debate europeo. A partir de marzo de 2022, el Grand Continent se redactará y publicará integralmente en español. En los próximos meses se lanzarán también ediciones en italiano, alemán y polaco. La revista es una publicación del Groupe d’études géopolitiques, un centro de investigación independiente con sede en la École normale supérieure y reconocido como de interés general". 
 
(2) Texto del artículo"¿Por dónde atacará Putin a Europa?" en este enlace:   

jueves, 4 de diciembre de 2025

EL MAÑANA QUEDA ANULADO


De morir ahora, diría: "¿eso fue todo?", o "no he acabado de comprenderlo", o también: "resultó un tanto ruidoso" (Kurt Tucholsky, 1890-1935)


La frase que me sirve para titular esta entrada, en realidad  corresponde al primer capítulo de "Ahora", el panfleto del Comité Invisible publicado en castellano en 2017 por la editorial Pepitas de Calabaza y que así comienza:

"Todas las razones para hacer una revolución están ahí. No falta ninguna. El naufragio de la política, la arrogancia de los poderosos, el reinado de lo falso, la vulgaridad de los ricos, los cataclismos de la industria, la miseria galopante, la explotación desnuda, el apocalipsis ecológico...no se nos priva de nada, ni siquiera de estar informados sobre ello. Clima: 2016 bate un record de calor, titula Le Monde, ahora ya como casi todos los años. Todas las razones están reunidas, pero no son las razones las que hacen las revoluciones; son los cuerpos. Y los cuerpos están delante de las pantallas".

Sin duda que se quedaron cortos los anónimos autores de ese panfleto. Puedo entenderlo, porque en la fecha  en la que lo escribieron faltaban tres años para la pandemia del Covid19, aún no habían comenzado las guerras de Ucrania y Gaza, y por entonces solo se intuía el tsunami neofascista que a día de hoy se extiende por todo el mundo desde que tuviera lugar la primera victoria electoral (en el mes de enero de 2017) del impresentable presidente republicano de los EEUU, el supermillonario empresario capitalista  Donald Trump.

 

 * * * 


La desaparición del deseo y del tiempo: a lo que sigue la desaparición de sí mismo.

Sí, estoy muy de acuerdo en eso, la revolución hoy necesaria no es posible mientras los cuerpos estén a otra cosa, en las pantallas...el antropólogo francés David le Breton (*) afirma en su libro "La desaparición del deseo" que "si hubiera que señalar a un único culpable de la desaparición del deseo, no dudaría en apuntar al asesino más deseado del mundo: el teléfono móvil. Y, con él, a sus cómplices inmediatos: las redes sociales e internet. Una sobredosis digital tan invasiva como letal". Y explica muy bien cómo el teléfono móvil contribuye decisivamente a liquidar el deseo humano, advirtiendo que "nos adentramos en una sociedad fantasmal donde, incluso en las calles, los ojos se clavan en las pantallas, en un gesto de adoración perpetua"..."Nunca hemos comunicado tanto, pero nunca hemos hablado tan poco entre nosotros".

En los años 90, con Internet y luego la generalización de los teléfonos "inteligentes" vimos acelerarse una gran acumulación de nuevas tecnologías, que no ayudaron a reducir el tiempo de trabajo, ni el cansancio o la tensión asociadas al mismo, sino que en realidad contribuyeron a incrementarlos. Todo ello está produciendo una escasez de tiempo  y el sentimiento de estar atrapados en una "carrera contra el tiempo" que no para ni cuando estamos agotados, teniendo la sensación de estar corriendo en una cinta sin fin que nunca se detiene, ni cuando estamos más agotados. Nos esforzamos en ganar tiempo, sólo para descubrir que cada vez tenemos menos tiempo.

Desaparecer de sí

Este es el título del último libro de David Le Breton, donde dice que "en un mundo marcado por las obligaciones, las exigencias, los compromisos, la apariencia, por la búsqueda frenética de sensaciones, surge el deseo de ausentarse. El individuo no cesa de renacer nunca. Cambia para seguir siendo el mismo. Y puede llegar a sentir la tentación del abismo, o al menos la de desaparecer, la de ser alguien distinto o, a la inversa, multiplicarse".

Es frecuente que a veces tengamos ganas de incomunicarnos, de no querer ni siquiera participar en el presente, sin proyectos ni deseos, prefiriendo ver pasar la vida desde una orilla, como algo ajeno...son ganas de ausencia que afectan cada vez a más mujeres y hombres corrientes, un deseo de desconexión y de hacernos invisibles. Es algo que nos deja fuera del tejido social, al menos por un tiempo, pero que, paradójicamente, experimentamos como una necesidad, para seguir viviendo. Esas ganas de desaparecer es un sentimiento muy contemporáneo, que llevado a su extremo explica el incremento del suicidio en la adolescencia, tal como analiza muy bien David le Breton en el libro de referencia. Me impactó especialmente lo que dice al respecto: "los jóvenes no buscan en el alcohol la euforia de la borrachera, sino el coma etílico para dejar de estar presentes".

 

Nada piensa quien nada espera (o des-espera)

Pensar no se lleva, ahora más bien se vocea, se llora o se berrea, porque ante la acelerada actualidad que nos pasa de continuo por encima, no se está en disposición de esperar nada,  el poco tiempo del que disponemos tan solo nos da  para una reacción emocional instintiva, primaria, que como mucho comporta una respuesta escueta, condensada en unos pocos caracteres...y así, el tipo humano medio, el cliente habitual de las redes sociales y los massmedia, tiende a ser un típico bocazas, alguien que no esperando nada, lo quiere todo de inmediato y por eso prescinde de toda necesidad de reflexión (no hablemos de  pensamiento estratégico). Lo que hace este bocazas se parece mucho a lo que hacen los recién nacidos cuando sienten hambre, que solo sienten y solo atienden a su instinto animal más primario, no esperan, y por eso no piensan,  su única urgencia  es la de comer cuanto antes; en esa des-esperación  solo les sale llorar o berrear, y viéndose en su absoluta precariedad y soledad no pueden esperar, ni tampoco pensar.

Tras el nacimiento, y conforme se va desarrollando la capacidad de pensar a lo largo de los  meses y años siguientes, a la par irá creciendo la capacidad de espera. Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que nuestra capacidad de pensar está directamente relacionada con las capacidades de espera y elección, ante el apremio de nuestros instintos animales más primarios. Al fin y al cabo, la vida es estar siempre esperando cosas, sea a corto plazo o a largo; y cuando se van consiguiendo, enseguida aparecen nuevas razones: para pensar y seguir esperando. 

A pesar de la que está cayendo,  intuyo que vamos siendo algo más de cuatro gatos quienes pensamos que nuestras sociedades no podrán continuar durante muchos años con su actual inercia autodestructiva, la que nos organiza jerárquicamente (por razas, sexos y clases sociales), en  identidades divisorias y aislantes, en sumisas multitudes de espectadores/clientes adictos al espectáculo tecnológico, en sociedades ruidosas e infoxicadas, privadas de tiempo para la reflexión y la conversación, como también para el silencio...porque así, ¿qué alternativa puede imaginarse, cuando nada se piensa, porque nada se espera...cuál que no sea la de llorar o berrear o, aún peor, el gobierno imperial de los bocazas? 

Este es el desafio al que estamos emplazados:  la política no puede limitarse a un ejercicio administrativo y de control de la vida, sino que está obligada a cuestionar y resistir activamente contra las estructuras del Poder que la reducen a mera biología domesticada y controlable. Nada justifica la necesidad de vivir aisladamente, encerrados en nuestras pobres individualidades, condenados a vivir clasificados y estabulados en granjas urbanas, con nuestra existencia reducida a una  permanente competencia y lucha por la supervivencia, entre individuos, sexos, clases, empresas,  mercados y naciones/estado.

En esta encrucijada evolutiva, como especie disponemos de conocimiento y experiencia histórica suficiente para entender que ninguna de las ideologías políticas procedentes de la Modernidad  burguesa está a la altura de los singulares desafíos de la época en que vivimos. Cierto que ninguna generación de las precedentes pudo saber lo que hoy sabemos nosotros, que  nunca antes nuestra especie tuvo a mano tecnologías tan avanzadas y que, además, nunca como ahora se dio la posibilidad de una mínima conciencia global, a escala de especie. Es en esta encrucijada, en un   contexto histórico tan singular y tan agónico como distópico,  cuando nos convendría, pienso yo,  ponernos en espera activa de un futuro mejor, comenzando por pensar en lo que ahora -como individuos y como especie- nos es más urgente y esencial: en cómo salir de ésta.

 

* * *

 

Y ahora, por favor, que levanten una mano los "communitas" presentes en esta sala...nadie... o ni caso...han debido entender otra cosa, quizá algo así como "comunistas"...¿o es que el auditorio está lleno de "inmunitas"?

Las palabras en latín "communitas" e "immunitas" refieren a conceptos filosóficos y  políticos acerca de la organización de la vida en común, son dos modos de entender la relación entre las personas y el cuerpo social, que entendemos como polos opuestos o dialécticos, sobre todo a través de la obra del filósofo italiano Roberto Esposito.

"Communitas" proviene de cum (con) y munus (con el significado de don: deber u obligación), que implica una relación entre los miembros de una sociedad, por la que éstos comparten un "munus", una obligación mutua. No se trata de una propiedad que se posee (como un territorio), sino que es una relación de radical coexistencia y de identidad abierta, del individuo hacia el otro y plural. Asi, la comunidad se define por este "tener en común una obligación mutua".

"Immunitas" proviene de munus (carga u obligación), con el prefijo privativo in- (no). Significa estar exento de la obligación del munus (ya sea personal, fiscal o civil). Representa la protección y la negación de esa deuda compartida que define a la communitas. Es un mecanismo de defensa que busca preservar al individuo o al cuerpo social de los riesgos que son  inherentes al "estar-en-común", riesgos como  el contagio, la violencia o la pérdida de identidad. El paradigma inmunitario busca neutralizar las amenazas mediante la exclusión o el control, como se ve en los sistemas jurídicos, políticos y también en los biológicos mediante el uso de vacunas. 

La política del Orden Dominante (estatal/nacional/capitalista/moderno) está dominada por el paradigma inmunitario, según argumentara Roberto Esposito; y es así, porque la comunidad (communitas), para este Sistema implica una exposición y  un riesgo muy radical, del que necesita protegerse mediante dispositivos inmunitarios. En resumen: mientras que la communitas supone exposición a una vulnerabilidad compartida por razón del munus,  la immunitas supone la exención de esa exposición mediante mecanismos de  aislamiento y control, a modo de vacunas que suponen la liberación de  la obligación comunitaria (del munus), una especie de "privilegio" que mantiene al individuo aislado de la comunidad.

Tal como yo lo entiendo, el Sistema que organiza el aislamiento social del individuo, que le deja  inerme, desvalido y solo ante el poder de la clase dominante, se sostiene no solo por la fuerza de su estructura legal/militar, sino también y sobre todo con fundamento en su primitiva y salvaje ideología que fija la Propiedad junto a la Fuerza Bruta como fuentes de Libertad, una ideología que tiene una antigüedad neolítica y que todavía es  compartida por la mayoría de nuestra especie, que aspira a vivir con la misma libertad que exhiben aquellos humanos que, por herencia o por mérito propio, llegan a formar parte de la clase dominante integrada por propietarios y gobernantes. 

Pero, si pienso que este Sistema tiene sus días contados, es precisamente porque advierto claros síntomas de que la ideología estatalista que lo sostiene (tanto en su versión neoliberal como socialdemócrata),  comienza a disiparse por efecto de su propia entropía. De ello, la prueba más sólida es el auge de los  movimientos neofascistas e hipernacionalistas que vemos extenderse por todos los continentes como una plaga, buscando irracionalmente el repliegue nacionalista de los capitalismos locales, ahora que ven como la Globalización Capitalista, en su crisis terminal  ya no da más de sí.

 

Nota:

 (*) David Le Breton (1953), nacido en Le Mans, es sociólogo y antropólogo, profesor en la Universidad de Estrasburgo,  miembro del Laboratorio Interdisciplinar de Estudios Culturales y del Instituto Universitario de Francia. Es autor de numerosos ensayos y libros  como "Antropología del cuerpo y modernidad", "Antropología del dolor" o "El silencio". Ha publicado también numerosos artículos en revistas y obras colectivas. Es uno de los autores contemporáneos más destacados en materia de estudios antropológicos. En castellano han sido publicados, por la editorial Siruela, sus libros: "Elogio del caminar", "La sociología del cuerpo", "Caminar la vida" y "Desaparecer de sí". 

En 2023 publiqué en este mismo blog un texto con referencias a una de sus libros más leídos, "Elogio del caminar":

https://blognanin.blogspot.com/2023/10/del-escalar-o-caminar-montanas.html