El pasado día 12 de diciembre, la prestigiosa revista europea "Le Grand Continent" (1) (con ediciones en francés, alemán, italiano, polaco y castellano) publicaba una traducción del discurso que pronunciara el día anterior, en Berlín, el actual secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la sesión de apertura de una Conferencia de Seguridad organizada por el Estado de Baviera.
Conviene no olvidar las advertencias contenidas en ese discurso, pronunciado a mayor gloria de la OTAN y en el que junto a un críptico aviso de alarma bélica, Mark Rutte deja muy claro -por si no nos hubiéramos enterado todavía- que el actual jefe de la OTAN es un tal Donald Trump, el trastornado y peligroso presidente de los EEUU de América del Norte, el mismo que por muy poco no ha recibido el premio Nobel de la Paz de este año.
Pues bien, este "peculiar" presidente nunca ha ocultado su coincidencia estratégica con el de la Federación Rusa, Vladimir Putin (otro que tal baila), respecto de su común interés en debilitar a la Unión Europea. Trump incluso ha anunciado su ayuda económica directa a los partidos europeos de ultraderecha a los que denomina "partidos patrióticos", porque sabe que una próxima mayoría de gobiernos nacionales en manos de esos partidos significaría una rápida disolución de la UE (Trump no sabe que la UE es capaz de autodestruirse por sí misma, sin su ayuda).
Pero si la disolución es el destino que tanto Trump como Putin le tienen reservado a la Unión Europea, ya me diréis cómo se mastica esta alianza estratégica de ambos en un momento en el que se negocia y ultima la paz en Ucrania, al mismo tiempo que el secretario general de la OTAN lanza una grave alarma anunciando la altísima probabilidad de un inminente ataque del ejército ruso que significaría el comienzo de una larga guerra entre Rusia y una Unión Europea defendida por una OTAN bajo el mando de alguien -como Donald Trump- que más bien está interesado en su derrota....no, no hay quien lo entienda y, probablemente, de eso se trata.
Incluso, en otro artículo de esa misma revista (2), titulado "¿Por dónde atacará Putin a Europa?" se concreta que será por la pequeña ciudad de Zilupe, en Letonia, por donde los ejércitos
de Putin tendrían más posibilidades de abrirse paso en 2026.
Lo que es bien seguro es que la gente joven ya puede hacerse a la idea de ser reclutados en 2027, si no es en 2026.
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Esta es la reproducción del mencionado discurso de Mark Rutte:
Hace poco más de 36 años, en una noche de noviembre que ahora es famosa, el entonces secretario general de la OTAN, Manfred Wörner, se subió a su coche y condujo toda la noche hasta Berlín. En su prisa, se olvidó de informar a su equipo en Bruselas de su destino. Manfred regresaba a su hogar en Alemania para unirse a la multitud que celebraba la caída del Muro de Berlín.
Hoy en día, una parte del muro se encuentra en la sede de la OTAN. Se trataba de una barrera destinada a retener a las personas en el interior e impedir el paso de las ideas; ahora es un monumento a la fuerza de la libertad, un recordatorio del poder de la unidad y una lección que nos enseña que debemos mantenernos fuertes, confiados y decididos. Porque las oscuras fuerzas de la opresión están de nuevo en marcha. Hoy estoy aquí para decirles cuál es la posición de la OTAN y qué debemos hacer para evitar una guerra antes de que comience.
Debemos ser muy claros sobre la amenaza: somos el próximo objetivo de Rusia y ya estamos en peligro.
Cuando asumí el cargo de secretario general de la OTAN el año pasado, advertí que lo que estaba sucediendo en Ucrania también podía suceder en los países aliados y que debíamos adoptar una mentalidad de guerra. Este año hemos tomado decisiones importantes para reforzar la OTAN. En la cumbre de La Haya, los aliados acordaron invertir el 5 % del PIB anual en defensa de aquí a 2035, aumentar la producción de defensa en toda la Alianza y seguir apoyando a Ucrania. Pero no es momento de felicitarnos.
Me temo que hay mucha gente que se duerme en sus laureles, que no siente la urgencia de la situación, que piensa que el tiempo juega a nuestro favor. No es así: hay que actuar ahora.
El gasto y la producción de equipamiento de defensa de los países aliados deben aumentar rápidamente, nuestras fuerzas armadas deben disponer de lo necesario para garantizar nuestra seguridad, y Ucrania debe disponer de lo necesario para defenderse, ahora mismo.
Nuestros gobiernos, nuestros parlamentos y nuestros ciudadanos deben estar unidos en esta lucha, para que podamos seguir protegiendo la paz, la libertad y la prosperidad, nuestras sociedades abiertas, nuestras elecciones libres y nuestra prensa libre. Todos debemos aceptar que tenemos que actuar ahora mismo para defender nuestro modo de vida.
Porque este año, Rusia se ha vuelto aún más descarada, imprudente y despiadada con la OTAN y Ucrania.
Durante la Guerra Fría, el presidente Reagan advirtió contra los «impulsos agresivos de un imperio del mal». Hoy, el presidente Putin se ha propuesto construir un nuevo imperio. Está lanzando todas sus fuerzas contra Ucrania, matando a soldados y civiles, destruyendo los refugios de la humanidad: casas, escuelas y hospitales.
Desde principios de año, Rusia ha lanzado más de 46.000 drones y misiles contra Ucrania. Probablemente produce 2.900 drones de ataque al mes, así como un número similar de señuelos destinados a distraer la atención de las defensas aéreas. En 2025, Rusia produjo alrededor de 2.000 misiles de crucero y balísticos terrestres, lo que la acerca a su pico de producción.
Mientras Putin intenta destruir Ucrania, también está devastando su propio país. Desde el inicio de la guerra en 2022, se han registrado más de 1,1 millones de víctimas rusas. Este año, Rusia ha perdido una media de 1.200 soldados al día. Piénsenlo: más de un millón de víctimas hasta la fecha y 1.200 al día, muertos o heridos, solo este año.
Putin está pagando su orgullo con la sangre de su propio pueblo: si está dispuesto a sacrificar así a los rusos de a pie, ¿qué estará dispuesto a hacernos a nosotros? En su visión distorsionada de la historia y del mundo, Putin cree que nuestra libertad amenaza su control del poder y que queremos destruir Rusia. Pero Putin se encarga muy bien de ello por sí mismo.
La economía rusa se centra ahora en la guerra, y no en la prosperidad de su pueblo. Rusia dedica casi el 40 % de su presupuesto a la agresión, y alrededor del 70 % de todas las máquinas herramienta de Rusia se utilizan en la producción militar. Los impuestos aumentan, la inflación se ha disparado y la gasolina está racionada.
El próximo eslogan de la campaña presidencial de Putin debería ser: «Make Russia Weak Again». 1 Por supuesto, no es que le molesten las elecciones libres y justas.
¿Cómo puede Putin continuar su guerra contra Ucrania?...La respuesta es sencilla: China. China es el salvavidas de Rusia. Quiere evitar que su aliado pierda en Ucrania. Sin su apoyo, Rusia no podría seguir librando esta guerra. Por ejemplo, alrededor del 80 % de los componentes electrónicos esenciales de los drones rusos y otros sistemas se fabrican en China. Cuando mueren civiles en Kiev o Járkov, la tecnología china suele estar presente en las armas que los han matado.
Tampoco olvidemos que Rusia también cuenta con Corea del Norte e Irán en su lucha contra la libertad, para obtener municiones y equipo militar. Hasta ahora, Putin solo ha desempeñado el papel de pacificador cuando le ha convenido, con el fin de ganar tiempo para continuar su guerra.
El presidente Trump quiere poner fin al derramamiento de sangre ahora mismo, y es el único que puede llevar a Putin a la mesa de negociaciones. Pongamos a prueba a Putin: veamos si realmente quiere la paz o si prefiere que continúe la masacre. Es esencial que todos sigamos presionando a Rusia y apoyando los esfuerzos sinceros para poner fin a esta guerra.
Gracias al apoyo de la OTAN, Ucrania puede ahora defenderse, estar en posición de fuerza para garantizar una paz justa y duradera, y ser capaz de disuadir cualquier agresión rusa en el futuro. Miles de millones de dólares en material militar esencial están llegando a Ucrania, procedentes de Estados Unidos y financiados por los aliados y socios.
Se trata de una potencia de fuego que solo Estados Unidos puede proporcionar; lo hacemos en el marco de una iniciativa de la OTAN denominada PURL. Desde su lanzamiento este verano, PURL ha suministrado aproximadamente el 75 % de todos los misiles destinados a las baterías Patriot de Ucrania y el 90 % de la munición utilizada en sus otros sistemas de defensa aérea.
Quiero dar las gracias a Alemania y a los demás aliados por su apoyo. El programa PURL permite a Ucrania seguir luchando y protege a su población. Espero que más aliados contribuyan a él y refuercen su apoyo a Ucrania de muchas otras maneras. Porque debemos fortalecer a Ucrania para que pueda detener el avance de Putin.
Imaginemos por un momento que Putin logra su objetivo: Ucrania bajo el yugo de la ocupación rusa, sus fuerzas presionando contra una frontera más larga con la OTAN y un riesgo considerablemente mayor de un ataque armado contra nosotros. Esto requeriría un cambio verdaderamente gigantesco en nuestra disuasión y defensa.
La OTAN tendría que aumentar considerablemente su presencia militar a lo largo de su flanco oriental, y los aliados tendrían que ir mucho más lejos y más rápido en materia de gasto y producción de defensa. En tal escenario, echaríamos de menos los tiempos en que nos parecía suficiente dedicar el 3,5 % del PIB a la defensa. Esta cifra aumentaría considerablemente y, ante esta amenaza inminente, tendríamos que actuar con rapidez. Habría presupuestos de emergencia, recortes en el gasto público, perturbaciones económicas y una presión financiera adicional.
En este escenario, serían inevitables compromisos dolorosos, pero absolutamente necesarios para proteger a nuestras poblaciones. Por lo tanto, no lo olvidemos: la seguridad de Ucrania es nuestra seguridad. Las defensas de la OTAN pueden resistir por ahora. Pero con su economía dedicada a la guerra, Rusia podría estar lista para utilizar la fuerza militar contra la OTAN en un plazo de cinco años. Ya está intensificando su campaña secreta contra nuestras sociedades.
La lista de objetivos de sabotaje de Rusia no se limita a las infraestructuras críticas, la industria de defensa y las instalaciones militares. Se han perpetrado ataques contra almacenes y centros comerciales, se han ocultado explosivos en paquetes y Polonia está investigando actualmente actos de sabotaje contra su red ferroviaria. Este año hemos sido testigos de flagrantes violaciones del espacio aéreo por parte de Rusia.
Ya se trate de drones sobre Polonia y Rumanía o de aviones de combate sobre Estonia, este tipo de incidentes ponen en peligro vidas humanas y aumentan el riesgo de escalada. Aunque a menudo pensamos en el riesgo principalmente en términos del flanco oriental, el radio de acción de Rusia no se limita a tierra firme. El Ártico y el Atlántico son vías adicionales, que nos recuerdan una vez más por qué esta Alianza es tan crucial desde hace tantos años, a ambos lados del Atlántico.
Por lo tanto, trabajamos juntos para garantizar la seguridad de todos los Aliados, en tierra, mar y aire. Hemos reforzado nuestra vigilancia, disuasión y defensa a lo largo del flanco oriental con Eastern Sentry, y seguimos protegiendo nuestras infraestructuras críticas en el mar con Baltic Sentry.
La respuesta de la OTAN a las provocaciones de Rusia ha sido tranquila, decisiva y proporcionada, pero debemos prepararnos para una nueva escalada y una nueva confrontación. Nuestro compromiso inquebrantable con el artículo 5 del Tratado, según el cual un ataque contra uno es un ataque contra todos, envía un mensaje contundente. Cualquier agresor debe saber que podemos responder con fuerza, y que lo haremos. Por eso hemos tomado decisiones cruciales en La Haya: en materia de gasto en defensa, producción y apoyo a Ucrania.
Estamos observando avances importantes. Tomemos como ejemplo la producción de municiones: la producción europea de proyectiles de artillería de 155 milímetros se ha multiplicado por seis en comparación con hace dos años. Este año visité una nueva fábrica en Alemania, en Unterlüß, que tiene previsto producir 350.000 proyectiles de artillería al año.
Alemania está modificando profundamente su enfoque de la defensa y la industria con el fin de aumentar la producción, y las inversiones que destina a sus fuerzas armadas son extraordinarias. Se han previsto alrededor de 152.000 millones de euros para defensa hasta 2029, lo que representa el 3,5 % de su PIB hasta 2029. Alemania es una potencia líder en Europa y una fuerza motriz dentro de la OTAN. El liderazgo alemán es esencial para nuestra defensa colectiva. Su compromiso de asumir la parte que le corresponde en nuestra seguridad es un ejemplo para todos los aliados.
Debemos estar preparados. Porque, ahora que el primer cuarto del siglo XXI llega a su fin, los conflictos ya no se libran a distancia: están a nuestras puertas. Rusia ha traído de vuelta la guerra a Europa y debemos prepararnos para una guerra de una magnitud comparable a la que vivieron nuestros abuelos o bisabuelos.
Imaginemos un conflicto que afecte a todos los hogares, a todos los lugares de trabajo, que provoque destrucción, movilización masiva, millones de personas desplazadas, sufrimiento por todas partes y pérdidas extremas.
Es una idea terrible. Pero si cumplimos nuestros compromisos, es una tragedia que podemos evitar. La OTAN está ahí para proteger a mil millones de personas a ambos lados del Atlántico. Nuestra misión es protegerlos a ustedes, a sus familias, a sus amigos y a su futuro. No podemos bajar la guardia, y no lo haremos. Cuento con que nuestros gobiernos cumplan sus compromisos y vayan más allá y más rápido, porque no podemos flaquear ni fracasar.
Escuchen las sirenas que suenan en toda Ucrania, vean los cadáveres que se retiran de los escombros y piensen en los ucranianos que podrían acostarse esta noche y no despertarse mañana. ¿Qué diferencia hay entre lo que les está pasando a ellos y lo que nos podría pasar a nosotros?
Solo la OTAN. Como secretario general, es mi deber decirles lo que nos espera si no actuamos más rápidamente, si no invertimos en defensa y si no seguimos apoyando a Ucrania. Sé que este mensaje es difícil de escuchar ahora que se acercan las fiestas de fin de año, cuando nuestros pensamientos se dirigen hacia la esperanza, la luz y la paz. Pero podemos sacar valor y fuerza del hecho de que estamos unidos en la OTAN, decididos y conscientes de estar en el lado correcto de la historia.
Tenemos un plan, sabemos lo que hay que hacer, así que actuemos. Debemos hacerlo. Gracias".
Notas:


