Cuando
tenemos miedo “nos arrugamos”. Es nuestro más primario instinto
de supervivencia el que se pone a funcionar cuando algo nos asusta;
no experimentamos sólo una contracción física, ni sólo emocional,
es todo nuestro ser quien se contrae, reduciendo nuestra capacidad de
pensamiento y limitando nuestra conducta a una reacción
estrictamente defensiva o de ataque, que no atiende a nada maś. Si
durante cientos de miles de años hemos estado sobreviviendo a todo
tipo de crisis, éste es el instinto más empleado y es natural que
aparezca en momentos de crisis y peligros. Pero existe un
instinto todavía muy desconocido para la mayoría de los humanos,
porque es nuevo y emergente, es el instinto de evolución, una
aspiración a ser más conscientes y a construirnos una vida más libre, más plena. Es un instinto que nos conviene desarrollar, no deberíamos
dejar que sea anulado por el miedo, cada vez que nuestra supervivencia
parece amenazada.
lunes, 14 de enero de 2019
jueves, 10 de enero de 2019
COMO OVEJAS EN TORNO AL MASTIN CUANDO BARRUNTAN LA PRESENCIA DEL LOBO
lunes, 7 de enero de 2019
SALVAD AL CAPITALISMO NACIONAL: NEOFASCISMO GLOBAL
Jair Messias Bolsonaro y Hélio
Negão, ambos diputados electos del PSL (Partido Social Liberal)
|
Jair Messias Bolsonaro asumió
la presidencia de Brasil el 1 de enero de 2019. Anteriormente cumplía
su séptimo mandato en la Cámara de Diputados, elegido por el
Partido Progresista. En enero de 2018 se afilió al Partido Social
Liberal, el noveno partido de su carrera política, desde que fuera
elegido concejal en 1989.
SALVAD
AL CAPITALISMO NACIONAL: NEOFASCISMO GLOBAL
Hay
gente muy empeñada en darle una importancia que no tiene al partido
de extrema derecha emergente en las elecciones andaluzas, como si lo
que ese partido pudiera aportar de negativo al juego podrido de la
democracia española no estuviera ya presente, como si no existieran
ya unas derechas cuyos proyectos incluyen todo lo que dice ese
partido, como si eso fuera una novedad. Esa actitud es corta de vista
o muy interesada, es ignorancia o cinismo. El caso es que estamos
entrando en una situación de alarma que por mucho que se quiera
focalizar en lo pasado en Andalucía, tiene una dimensión y
profundidad de mayor calado, que va mucho más allá y es mucho más
grave que la irrupción de ese grupo en el parlamento andaluz y, muy
probablemente, en las Cortes de Madrid. Con ese criterio no me
extraña que se tergiversaran mis palabras en un comentario reciente,
en el que decía que ese partido de extrema derecha era igual “en
lo esencial” a los demás partidos que compiten en el lodazal de la
democracia española. Lo esencial es aquello en lo que todos ellos
coinciden: su mismo concepto económico del ser humano, su misma
adoración al dinero y al Estado, su mismo respeto por el
capitalismo, por la economía de mercado y por el sistema de
explotación y esclavitud que es el trabajo asalariado, su misma
práctica de las elecciones y la democracia como juego de
propagandas en el que nada tiene que ver lo que se dice con lo que se
hace,...pero ésto no debe parecerles esencial sino accesorio.
miércoles, 2 de enero de 2019
FRAGMENTAR LA REALIDAD Y ELIMINAR EL CONTEXTO: EL ORDEN POSMODERNO
Hay un modo sencillo de alterar la comprensión de la realidad, sólo hay que tomar una parte de la misma, una imagen separada del contexto, de modo que el fragmento así aislado pierda todo su significado. En “El prejuicio psiquiátrico” lo explicaba muy bien Giorgio Antonucci (1933 Lucca – 2017 Florencia). Rompiendo la unidad del contexto, queda un fragmento mudo, incapaz de comunicar su historia. Es precisamente su relación con el contexto lo que justifica su existencia y sin esa relación la imagen se vuelve deformable y manipulable a voluntad del observador. Y ponía un ejemplo:
“...la foto de un hombre o una mujer lanzándose por una ventana será la imagen de una persona con problemas psiquiátricos que, de repente, cumple un gesto incomprensible, in-sensato, si encuadramos exclusivamente a la persona asomándose a la ventana, o de ella cayendo. Sin embargo, si ampliáramos el campo visual para alcanzar una visión de conjunto, incluyendo los elementos que rodean a la persona, podríamos ver, por ejemplo, una fila de furgonetas de la policía, en equipo de guerra, a punto de desahuciar a la persona en cuestión, que ya no puede pagar el alquiler debido a que el edificio ha sido comprado por un fondo de inversión, que seguramente no paga impuestos, o bien por un banco rescatado con dinero público: conocer el contexto, por lo tanto, devuelve sentido al acto. Le devuelve la palabra, la capacidad de comunicar, le restituye lo que no se le había permitido expresar, mutilándolo.
El motivo real que explica el acto, en el hipotético caso en cuestión, es la situación de desprotección en lo que concierne a los elementos básicos necesarios para la vida, por ejemplo un hogar, que muchas personas experimentan en nuestra época, así como el problema concreto de la creciente iniquidad en la distribución de los recursos: dos fundamentos de la economía neoliberal. El conocimiento de los hechos concretos, las partes faltantes de la imagen, hace que los supuestos problemas psiquiátricos se derritan como nieve al sol.
La psiquiatría es el acto de eliminar el contexto, el recorte manipulador que silencia el poder desestabilizador de la fotografía. La psiquiatría no escucha, no quiere escuchar, no quiere conocer. Considera el fragmento, en general un comportamiento en apariencia injustificado o una idea en abierto contraste con las convenciones sociales o el moralismo, y lo silencia, sin interés por el complejo entretejido de relaciones, emociones, silencios, sentimientos, vicisitudes, caídas, desvíos, disenso, rebelión, desorientación, a veces muy complejo y difícil de entender, que la fotografía proporciona a un atento observador. De esta manera impide la comprensión de la historia y elimina a la persona”.
jueves, 6 de diciembre de 2018
VOX, LA IMPORTANCIA DE LO INSIGNIFICANTE
Banderas, de Miikhail Zlatkovsky |
La diferencia entre Vox y el resto de partidos es aparente, porque
nada sustancial les diferencia. Todos ellos defienden el regimen
oligárquico y su estructura estatal-capitalista, la misma falsa
democracia, la misma corrupción sistémica. La mayor afectación la padece
la facción de la pequeña burguesía que se autodenomina de izquierdas o
“progresista”, que ya está agitando el espantajo de la lucha
antifascista, su clásica maniobra distractiva, la que le sirve para
tapar su propia descomposición, su propia deriva hacia un neofascismo
"democrático". Como si Vox fuera su problema y no su producto, como si
la irrupción de este partido no fuera el pus que rezuma la propia
putrefacción del sistema en su conjunto. Vox es un partido más, igual a
los demás en lo esencial, sólo se significa por su rudimentario
lenguaje populista y su estética de hinchada fachofutbolera, nada nuevo,
nada sustancial lo diferencia del resto de partidos que sostienen al
regimen heredero del franquismo.
La oligarquía que controla el
Estado tiene desmadrada a su pequeña burguesía encargada del aparato
político, no logra superar su estado de crisis crónica y ello le impide
poner orden en sus huestes subordinadas, está sucediendo en toda Europa
y en América. Están inmersos en una operación agónica, terminal, que no
tiene solución, que sólo intenta ganar tiempo para recomponerse, un
tiempo que ya no tiene porque lo ha gastado por adelantado en estos tres
siglos de crédito a la revolución burguesa, cuando su “modernidad” es
un barco que hace agua por todas partes.
Va llegando el momento
de que la abstención (estérilmente mayoritaria en Andalucía) pase a ser
activa y revolucionaria, autoorganizada como Pueblo, al margen y contra
el Capitalismo y su Estado. La clase obrera tuvo su oportunidad, que
los partidos y sindicatos “de clase” tiraron por la borda, inoculando
en las masas proletarias su materialismo histórico, su ideología
originalmente burguesa, funcional al proyecto economicista y consumista
de las oligarquías capitalistas. Así, la ideología “de clase” se hizo
funcional al poder capitalista, interesado en naturalizar la lucha de
clases, en institucionalizarla como conflicto “naturalmente
democrático”.
Este es un siglo resabiado y escarmentado, en el
que ya no cabe la ideología de clase ni ninguna otra ideología
identitaria. La complejidad hiperpolítica, hipertecnológica e
hiperfinanciera del mundo que vivimos se nos ha ido de las manos y está a
punto de hacerse añicos. Puede que entonces el campo de batalla quede
despejado en toda su simplicidad, sólo quedará el Pueblo frente al
Estado, autonomía frente a heteronomía, autogobierno (democracia
integral) frente a dominación y sumisión. Este siglo XXI es el de la
revolución democrática integral, local y global, personal y popular,
ética, ecológica y comunal, la tarea civilizatoria que tenemos por
delante es descomunal, será necesario construir el sujeto de la
revolución necesaria, un sujeto convivencial, simultáneamente
individual y comunitario, un individuo constructor de comunidad y
viceversa. Pueblo, Estado y Democracia conforman un triángulo
imposible, en el que sobra una de las partes...hasta ahora el Pueblo es
el ausente. La revolución integral consiste en que sobre el Estado, el
aparato de dominación de las oligarquías capitalistas, el que nos ha
traído hasta el borde del abismo. Cada individuo consciente está llamado
a su propia reconstrucción, a realizar su propia desinfección y
consecuente desconexión del sistema, está llamado a ser sujeto de la
revolución hoy necesaria, a construirse en comunidades convivenciales y
radicalmente democráticas, ese sujeto es quien puede acabar con el
sistema de dominación.
No me extraña que se le de tanta
importancia a la irrupción de Vox, porque ésta es insignificante y precisamente de
eso trata hoy la política: de lo insignificante.
miércoles, 31 de octubre de 2018
CAMBIO DE HORA Y CAMBIO DE TIEMPO, VELOCIDAD CON TOCINO
Es
muy probable que el cambio
horario que acabamos de
hacer sea el último que hagamos
en Europa, lo cual
tiene mucha más
sustancia de lo que pudiera
parecer a primera vista.
Hay
que tener en cuenta que estamos hablando de un imaginario (el control
del tiempo), de inmensa importancia, con el que el sistema
Estado/Mercado
expresa su soberanía sobre el tiempo y
vida de las gentes.
Durante
milenios el tiempo no fue objeto de control, ni
siquiera de los emperadores, cada
pueblo tenía su propio
tiempo, que se medía
según los
ciclos naturales marcados por la luz solar y por
las estaciones
climáticas, que venían
determinadas
por su
situación geográfica.
La
modernidad burguesa supuso una revolución, también en ésto. Forzó
una disociación de
la naturaleza,
inaugurada por la usura
cambista y prestamista; cada
préstamo comportaba un
interés diferido en el tiempo, significaba la “venta de tiempo”,
algo que hasta entonces no era propiedad
de nadie, si acaso de
Dios, por lo que no es
de extrañar que esta venta fuera considerada “pecado” en sus
inicios. El
tiempo empezó a ser así
objeto de apropiación,
como antes lo fueron
las tierras y el trabajo de las gentes. Se estaba creando una nueva
religión, la del
Dinero y la Mercancía,
que acabaría
imponiéndose y sustituyendo a las viejas religiones fundadas en la
naturaleza y en el
temor de
Dios.
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