jueves, 6 de diciembre de 2018

VOX, LA IMPORTANCIA DE LO INSIGNIFICANTE

Banderas, de Miikhail Zlatkovsky

La diferencia entre Vox y el resto de partidos es aparente, porque nada sustancial les diferencia. Todos ellos defienden el regimen oligárquico y su estructura estatal-capitalista, la misma falsa democracia, la misma corrupción sistémica. La mayor afectación la padece la facción de la pequeña burguesía que se autodenomina de izquierdas o “progresista”, que ya está agitando el espantajo de la lucha antifascista, su clásica maniobra distractiva, la que le sirve para tapar su propia descomposición, su propia deriva hacia un neofascismo "democrático". Como si Vox fuera su problema y no su producto, como si la irrupción de este partido no fuera el pus que rezuma la propia putrefacción del sistema en su conjunto. Vox es un partido más, igual a los demás en lo esencial, sólo se significa por su rudimentario lenguaje populista y su estética de hinchada fachofutbolera, nada nuevo, nada sustancial lo diferencia del resto de partidos que sostienen al regimen heredero del franquismo.

La oligarquía que controla el Estado tiene desmadrada a su pequeña burguesía encargada del aparato político, no logra superar su estado de crisis crónica y ello le impide poner orden en sus huestes subordinadas, está sucediendo en toda Europa y en América. Están inmersos en una operación agónica, terminal, que no tiene solución, que sólo intenta ganar tiempo para recomponerse, un tiempo que ya no tiene porque lo ha gastado por adelantado en estos tres siglos de crédito a la revolución burguesa, cuando su “modernidad” es un barco que hace agua por todas partes.

Va llegando el momento de que la abstención (estérilmente mayoritaria en Andalucía) pase a ser activa y revolucionaria, autoorganizada como Pueblo, al margen y contra el Capitalismo y su Estado. La clase obrera tuvo su oportunidad, que los partidos y sindicatos “de clase” tiraron por la borda, inoculando en las masas proletarias su materialismo histórico, su ideología originalmente burguesa, funcional al proyecto economicista y consumista de las oligarquías capitalistas. Así, la ideología “de clase” se hizo funcional al poder capitalista, interesado en naturalizar la lucha de clases, en institucionalizarla como conflicto “naturalmente democrático”. 

Este es un siglo resabiado y escarmentado, en el que ya no cabe la ideología de clase ni ninguna otra ideología identitaria. La complejidad hiperpolítica, hipertecnológica e hiperfinanciera del mundo que vivimos se nos ha ido de las manos y está a punto de hacerse añicos. Puede que entonces el campo de batalla quede despejado en toda su simplicidad, sólo quedará el Pueblo frente al Estado, autonomía frente a heteronomía, autogobierno (democracia integral) frente a dominación y sumisión. Este siglo XXI es el de la revolución democrática integral, local y global, personal y popular, ética, ecológica y comunal, la tarea civilizatoria que tenemos por delante es descomunal, será necesario construir el sujeto de la revolución necesaria, un sujeto convivencial, simultáneamente individual y comunitario, un individuo constructor de comunidad y viceversa. Pueblo, Estado y Democracia conforman un triángulo imposible, en el que sobra una de las partes...hasta ahora el Pueblo es el ausente. La revolución integral consiste en que sobre el Estado, el aparato de dominación de las oligarquías capitalistas, el que nos ha traído hasta el borde del abismo. Cada individuo consciente está llamado a su propia reconstrucción, a realizar su propia desinfección y consecuente desconexión del sistema, está llamado a ser sujeto de la revolución hoy necesaria, a construirse en comunidades convivenciales y radicalmente democráticas, ese sujeto es quien puede acabar con el sistema de dominación.

No me extraña que se le de tanta importancia a la irrupción de Vox, porque ésta es insignificante y precisamente de eso trata hoy la política: de lo insignificante.

miércoles, 31 de octubre de 2018

CAMBIO DE HORA Y CAMBIO DE TIEMPO, VELOCIDAD CON TOCINO


Es muy probable que el cambio horario que acabamos de hacer sea el último que hagamos en Europa, lo cual tiene mucha más sustancia de lo que pudiera parecer a primera vista. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un imaginario (el control del tiempo), de inmensa importancia, con el que el sistema Estado/Mercado expresa su soberanía sobre el tiempo y vida de las gentes.
Durante milenios el tiempo no fue objeto de control, ni siquiera de los emperadores, cada pueblo tenía su propio tiempo, que se medía según los ciclos naturales marcados por la luz solar y por las estaciones climáticas, que venían determinadas por su situación geográfica.
La modernidad burguesa supuso una revolución, también en ésto. Forzó una disociación de la naturaleza, inaugurada por la usura cambista y prestamista; cada préstamo comportaba un interés diferido en el tiempo, significaba la “venta de tiempo”, algo que hasta entonces no era propiedad de nadie, si acaso de Dios, por lo que no es de extrañar que esta venta fuera considerada “pecado” en sus inicios. El tiempo empezó a ser así objeto de apropiación, como antes lo fueron las tierras y el trabajo de las gentes. Se estaba creando una nueva religión, la del Dinero y la Mercancía, que acabaría imponiéndose y sustituyendo a las viejas religiones fundadas en la naturaleza y en el temor de Dios.

jueves, 25 de octubre de 2018

IGUALDAD, UNIVERSALIDAD Y COMUNICACIÓN: LA NECESIDAD DE UNA LENGUA AUXILIAR DE USO GLOBAL


Igualdad, universalidad y comunicación: la necesidad de una lengua auxiliar de uso global

Egaleco, universaleco kaj komunikado: la bezonon de helpa lingvo de tutmonda uzo

Igualitarismo y universalismo son conceptos asociados, que se constituyen como ideología o religión política cuando asumen la existencia de una o más “verdades universales", "objetivas" o "eternas", que lo determinan todo y que por lo tanto, deben aplicarse igualmente a todos los seres humanos. Parten de un apriorismo ontológico, al modo del marxismo cultural, que da por sentada la existencia a priori de una igualdad “natural”, que no es real ni universal, porque cada persona es única y diferente a las demás. Su origen es nítidamente religioso, procede de las religiones monoteistas (cristianismo, judaismo e islamismo), a partir de la creencia de que todos los seres humanos “somos” hijos de un mismo Dios y por tanto, todos somos hermanos “iguales” ante ese Dios. Este igualitarismo-universalismo tiende a la imposición de una verdad universal, presupone que de forma natural existen unos principios y valores universales que compartimos y nos obligan al total de la especie humana. El pensamiento ilustrado heredó esta ideología totalitaria proclamando que todos los seres humanos estamos sujetos a las mismas leyes morales, culturales y políticas. Estas creencias tienden a imponer sus propios paradigmas como únicos y verdaderos e intentan la implantación de unos mismos valores y un mismo estilo de vida para todos los pueblos e individuos humanos. Son ejemplos de universalismo político, cultural o económico los imperios medievales, califatos, el marxismo y el capitalismo junto a la democracia burguesa y la globalización neoliberal.

Egalrajteco kaj universalismo estas rilatigitaj konceptojn, konsistigas politikan ideologion aŭ religio ili supozi la ekziston de unu aŭ pli "universala", "objektiva" aŭ "eternaj" verojn kiuj determinas ĉion kaj tial devus apliki egale al ĉiuj homoj. Ili komencos de ontológica apriorism, modon de kultura marksismo, kiu supozas la apriore ekzisto de "natura" egaleco, kiu ne estas realaj kaj universala, ĉar ĉiu persono estas unika kaj malsama al la aliaj. Lia origino estas klare religia, ĝi venas de la monoteismaj religioj (kristanismo, judismo kaj islamo), de la kredo ke ĉiuj homoj "estas" filoj de la sama Dio kaj tial ni ĉiuj estas fratoj "egala" al tiu dio. Ĉi egalrajteco-universalismo emas la altrudo de universala vero, nature antaŭsupozas ke estas kelkaj universalaj principoj kaj valoroj ni dividas kaj ni postulas la tuta de la homa specio. Klerismo pensis heredis tiun totalisman ideologion proklamante ke ĉiuj homoj estas submetitaj al la samaj moralaj, kulturaj kaj politikaj leĝoj. Ĉi tiuj kredoj emas trudi sian propran paradigmoj kiel sola kaj vera kaj provas efektivigi la samajn valorojn kaj la sama vivstilo por ĉiuj popoloj kaj homaj individuoj. Ekzemploj de politikaj, kulturaj aŭ ekonomiaj universalismo mezepoka imperioj, kalifejoj, marksismo kaj kapitalismo kun burĝa demokratio kaj la novliberala tutmondigo.

lunes, 22 de octubre de 2018

HABLAR SERIAMENTE DE LA DESPOBLACIÓN DE LOS TERRITORIOS RURALES


No se puede hablar con seriedad de la despoblación del medio rural obviando la crisis de civilización en la que estamos inmersos.



 
El cambio radical hacia un modelo de producción agraria desarrollista.
La despoblación de la geografía rural es un fenómeno tan antiguo como la humanidad. Hace diez mil años, la ciudad de Ur, la primera ciudad conocida, surgida en Mesopotamia, se conformó a partir de la despoblación de las aldeas en las que vivía su población anteriormente. Pero en nuestro tiempo y latitudes, la referencia más próxima fue el gran éxodo de los años 60 del pasado siglo, con el despegue industrial del regimen franquista. Su causa fue el tránsito de un modelo agrario ancestral, campesino-familiar, a un modelo de agricultura, ganadería, selvicultura y horticultura industrial, acorde con la ideología desarrollista que alcanzaría su pleno desarrollo en las décadas posteriores. Luego, cuando hablamos de la despoblación rural hay que referirse necesariamente a ese cambio radical del modelo agrario como causa directa de ese gran éxodo y de la consiguiente despoblación.

La gran ciudad es el modelo de poblamiento propio de la sociedad estatal-capitalista.
En esta sociedad el modelo campesino de poblamiento disperso es disfuncional y, por tanto,  no le cabe otro destino que su marginalidad y eliminación progresiva. La dinámica productivista del capitalismo agrario, cuya finalidad  es  la acumulación de propiedades y capital para la maximización del beneficio, precisa de la concentración de la propiedad para disponer de grandes superficies productivas, además de la concentración de los centros de transformación y distribución de la producción primaria. La producción a gran escala necesita a su vez de un sistema de distribución que minimice los gastos de transporte y comercialización, por lo que le resulta esencial que la demanda de dichos productos transformados esté lo más concentrada posible. Es así como surgen los polígonos industriales asociados a grandes concentraciones urbanas, en las que resulta más barato hacer llegar las mercancías a los consumidores, lo que permite reducir precios, incrementar el consumo y, por tanto, el crecimiento de las ventas y del beneficio empresarial. Esta es la "racionalidad" de la dinámica productivista del capitalismo, la triunfante racionalidad cuya arrasadora potencia se sustenta en la democratización del consumo. Si éste quebrara, todo el sistema entraría necesariamente en quiebra sistémica.Y ésto, que es válido para la producción agrícola también lo es para todo tipo de mercancías. Las aglomeraciones urbanas son, pues, consustanciales al sistema productivo y mercantil capitalista. La ciudad contemporánea es, antes que nada, funcional al sistema de control social y político que es el Estado y al subsistema productivo de explotación, acumulación y beneficio capitalista. 


miércoles, 10 de octubre de 2018

BIOÉTICA: ¿ECOLOGISMO VERSUS ANIMALISMO?



Recurro a un texto de Jorge Riechman, con el que me identifico y que considero interesante para quienes andamos reflexionando acerca de nuestra ética humana en relación a la naturaleza de la que somos parte:
"Una utopía ética desmadrada: la intervención animalista positiva en la naturaleza"
El artículo completo, publicado en la revista Perspectivas Bioéticas de la Universidad de Barcelona, es descargable desde este enlace:

http://revistes.ub.edu/index.php/RBD/article/view/22282/24130


Resumen

"Podemos reconocer la importancia de las totalidades y los sistemas (ser holistas) en lo ontológico, y mantener no obstante el individualismo moral: son las vidas de los organismos individuales las que cuentan moralmente. Especies y ecosistemas tienen sólo un valor moral derivado. Nos importan, moralmente, los centros de sintiencia y consciencia que llamamos individuos. Pero en la naturaleza son sobre todo las totalidades las que cuentan... Aunque nuestra mejor teoría moral sea individualista, sucede que, ontológicamente, los individuos cuentan poco ―¡la realidad es sistémica, evolutiva y relacional! Nuestra mejor ontología no será individualista. (Se basará, más bien, en sistemas complejos adaptativos). No entender esto explica, creo, buena parte de los desencuentros entre animalismo y ecologismo. Necesitamos desarrollar ideas no fosilistas de liberación (humana y animal). La propuesta de una intervención animalista positiva generalizada en la naturaleza me parece una utopía ética desmadrada (fuera de madre, de la Madre Tierra en este caso: Gaia/Gea)".  
Jorge Riechman

sábado, 6 de octubre de 2018

A FAVOR DE LA VIDA, CONTRA LA ETERNIDAD Y EL ORDEN

Dibujo de Laurie Lipton

El desorden tiene límites y relieves, respeta la diferencia y en ésta late y prospera la vida, cada vida singular, la que no soporta ser inferior entre todas las vidas. El Orden no, no tiene límite y si lo tiene lo ignora, se expande y se hace llanura inmensa, inacabablemente uniforme, unánime, devasta toda diferencia, toda singularidad queda así por él arrasada y desértica, todos los relieves y paisajes, aunque sean de piedra, son desmenuzados y disueltos como terrones de azúcar bajo la lluvia, o acaban aplastados, cubiertos por lava y ceniza de olvido, por muy elevados y sólidos que parezcan.

El Orden es la norma del universo, su ley propia, su perversa tendencia natural a la autodestrucción, a la jerarquía, a la entropía, a la disolución expansiva que no conoce límite, que avanza aceleradamente siguiendo una dirección única. Su deslumbrante progreso se debe a un acelerador de partículas de muerte, mientras que la vida es la excepción que confirma esa ley totalitaria, porque la vida es consustancial al desorden, porque resiste y se reproduce en dirección contraria, su existencia es efímera y fugaz, como la luz de algunas estrellas errantes. Sólo se vive un instante, ese tiempo en el que se logra frenar a la muerte, vivir es al cabo un estado de prevención y alerta frente al progreso, la aceleración y la expansión de la muerte.