miércoles, 26 de septiembre de 2018

A TODOS LOS OPINADORES

Mi última entrada, titulada “La mala memoria histórica”, ha provocado, como era previsible, una furibunda reacción de opinadores de “izquierda”, especialmente de algunos vinculados a grupos “anarquistas” y como ni puedo ni quiero caer en la dinámica “opinadora” que propician las redes sociales y que tanto detesto, resumo aquí lo que pienso al respecto de ese conjunto de reacciones, por otra parte muy viejas, que ya son clásicas en la controversia entre facciones izquierdistas, especialmente entre facciones del anarquismo. Ya dije que no me sentía incluido en la etiqueta de “anarquista”, no al menos mientras el propio anarquismo no sepa de sí mismo, mientras que no repare su original pensamiento libre y su perspectiva de clase trabajadora universal, no mientras siga autodestruyéndose en pedazos, guetos, atrapado en la trampa posmoderna del identitarismo.
Recientemente decía Amador Fernández-Savater que “hay mucha derecha en la izquierda”, resumiendo muy bien ese antíguo problema. Su artículo (*) venía a centrarse en la respuesta que en 1984 diera el filósofo francés Gilles Deleuze a la pregunta ¿qué es la izquierda?, a lo que éste respondió: “la izquierda necesita que la gente piense”. Que piense por sí misma, le añadiría yo.

El identitarismo vuelve a ser la palanca ideológica que está impulsando el resurgir de organizaciones ultraconservadoras, agitando de nuevo el espantajo de un fascismo renovado, “neo”, posmoderno, que le ha tomado la medida a esa izquierda (incluido el anarquismo) desnortada. Buena parte de esa izquierda, ante los buenos resultados electorales del neofascismo populista, reclama seguir su misma estrategia exitosa, fundamentada en una persistente interpelación a la subjetividad identitaria, que parte de una relación espectadora y victimizada de cada individuo, que se ve a sí mismo aislado en medio de un mundo que no alcanza a comprender. Las ideologías identitarias, de raza, de género, de nacionalidad o de “estilos” de vida, vienen a llenar ese vacío existencial. En ese mismo artículo dice su autor: “escuchamos hoy en día a gente de izquierda decir: disputemos el victimismo a la derecha. Hagamos como Trump o Salvini, pero con otros contenidos, más sociales”... y califica acertadamente esta reclamación como una alternativa infernal: la de hacer como la derecha para que ésta no siga creciendo. Eso es hoy el populismo de izquierdas, patéticamente contagiado de esa estrategia victimista-identitaria, perfectamente reconocible e identificable como demofascismo.
Como dije, el feminismo es cuestión recurrente en esa controversia interna que encarnizadamente enfrenta a la izquierda consigo misma y que la pone ante su propio espejo. Baste un ejemplo que, aunque es muy actual, bien pudiera haber tenido lugar hace un siglo:
“Toda la campaña que precedió a la “huelga feminista” del pasado ocho de marzo vino acompañada de una verdadera reinvención, una falsificación del trabajo y los posicionamientos de Rosa Luxemburgo, digna de la peor época de la difamación estalinista. Se trata de eliminar el verdadero núcleo de su aporte – culminar el modelo de la acumulación de Marx- para no tener que enfrentar sus consecuencias, como el carácter reaccionario de la liberación nacional en el siglo XX-, negar los objetivos y fundamentos de su internacionalismo estricto y colocar en su lugar a una cursi «Rosa roja del socialismo» vestida de feminista para la ocasión.
Rosa Luxemburgo no solo no fue feminista sino que batalló contra el feminismo toda su vida. Incluso dudaba de la utilidad de organizaciones específicas de mujeres obreras dentro del movimiento socialista que había comenzado a organizar su amiga Clara Zetkin. Lo hacía por las mismas causas por las que había batallado contra la formación de organizaciones específicas de obreros judíos dentro del socialismo polaco que ella misma había fundado: un rechazo a las bases mismas de eso que ahora llaman «identidad» y que define, desde una mirada muy individualista, a cada uno como una «intersección» de identidades. Para Luxemburgo no son “identidades” en conflicto las que definen la lucha política, sino un marco histórico en el que una clase universal e indivisible en sus intereses, puede liberar a toda la sociedad de toda explotación y, consecuentemente, de toda opresión”. Es un texto del blog marxista “Nuevo Curso”:
https://nuevocurso.org/basta-de-citas-falsificadas-de-rosa…/

(*) https://www.eldiario.es/…/izquierda-pensamiento_6_816878305…

nuevocurso.org
Necesitan matar otra vez a Rosa Luxemburgo, reducirla a su sexo…

LA MALA MEMORIA HISTÓRICA

La pequeña burguesía de izquierdas, la que sin vergüenza de sí misma ha asumido el rol que le ha asignado el capitalismo -consistente en la identificación ideológica de clase trabajadora y clase media-, de entre sus irresolubles contradicciones quizá la más flagrante sea la de su feminismo de estado, identitario y posmoderno, alimentador de monstruos como el neofascismo que viene. Su “memoria histórica”, lejos de buscar la verdad se desvela como aparato propagandístico funcional a ese rol y a sus objetivos exclusivamente electorales. Falta a la verdad cuando victimiza y desprecia a las mujeres presentándolas como una masa vinculada por su identidad de género, doblegada por el patriarcado (nunca dirán por el orden patriarcal del capitalismo), políticamente pasivas y, por tanto, víctimas inocentes, oprimidas por el patriarcado ("naturalmente" identificado como género masculino y machismo). Necesita ocultar que fueron cientos de miles las mujeres que tomaron una posición muy activa en la guerra civil española, con un decidido posicionamiento en el bando ganador, mayoritariamente enroladas en organizaciones femeninas y fascistas.
 

Los datos desvelan la verdad de esa pésima memoria histórica, están en este artículo de Alexei Leitzie:

jueves, 13 de septiembre de 2018

COMO CANGREJOS DE PISCIFACTORÍA


Estamos en una Unión Europea de habla inglesa, una lengua que, sin embargo, no es propia de ninguna de las naciones que conforman la Unión, que sólo es lengua materna de una de las cuatro naciones (inglaterra, Escocia, Gales e irlanda del Norte) que forman el estado que conocemos como “Reino Unido de la Gran Bretaña”, un estado que no forma parte de la Unión Europea que habla inglés.

Con la globalización estatal-capitalista, la lógica imperial-colonial avanza implacable, así, el inglés y el chino son ya las lenguas que se disputan la hegemonía mundial, demostrando que la lengua es parte fundamental de la guerra comercial y militar generalizada. Y ésto sucede en paralelo a un proceso de máxima concentración del poder económico, militar y político, que en su propia lógica sólo puede resolverse mediante una guerra mundial o mediante un entendimiento también global: éste es el teatro geopolítico actual, el teatro de operaciones que manejan los dos grandes estados, de respectivas hablas -inglesa y china- dominantes en la globalización estatal-capitalista.

sábado, 8 de septiembre de 2018

¿A DÓNDE VA EL FEMINISMO DE ESTADO?




El mayoritario feminismo de Estado es un mal viaje, porque partiendo de guatemala se dirige a guatepeor: del patriarcado machista al patriarcado estatal-capitalista generador de las condiciones que a su vez favorecen el machismo. Es una ideología de circuito cerrado, que victimiza a las mujeres y las hace irresponsables de su propia autonomía personal, débiles ante el patriarcado machista como ante el patriarcado estatal. Este feminismo reaccionario impide la construcción de comunidades igualitarias y fraternales, atrapándonos, a mujeres y hombres, en una especie de jaula rotatoria (como las de los hamster), en un permanente conflicto entre sexos, que nos hunde aún más en el estado de precariedad, depresión y sumisión al sistema estatal-capitalista en el que vivimos confinadas, todas y todos...excepto las élites dominantes (ellas y ellos), que son tan feministas o machistas como les venga en gana.

El feminismo de Estado, sólo por institucional ya es un viaje reaccionario, que lleva a peores lugares que aquellos de los que partía, que nos divide a mujeres y hombres en identidades funcionales al poder de las élites dominantes, que nos aleja de nuestro común objetivo liberador, que estrecha y profundiza el Agujero que es el estado de sumisión en el que transcurren nuestras femeninas y masculinas existencias, igualmente dañadas y carentes de sentido vital, convivencial y comunitario.

El feminismo de Estado se ha convertido en una de las principales estrategias del poder estatal-capitalista para frenar la revolución integral, igualitaria y convivencial, que hoy es necesaria, la revolución que debemos acometer juntas, mujeres y hombres, para librarnos tanto del machismo como de las estructuras institucionales del sistema de dominación, porque éstas -capitalismo y estado- son las que financian y nutren el machismo...y hoy lo retroalimentan travestidas de feminismo estatal, fascistoide y autodestructivo. 

 




jueves, 6 de septiembre de 2018

EL CAPITALISMO NO PUEDE ACABAR CON EL PARO, PERO EL PARO SÍ PUEDE ACABAR CON EL CAPITALISMO


El pasado 31 de agosto fue un día muy señalado, el día en el que más empleo se destruyó en toda la historia del Estado español, con 203.000 desafiliaciones a la Seguridad Social. El paro no es un dato económico más, es el que más se presta a la manipulación.
-No es cierto que el capitalismo produzca una tasa de desempleo forzoso porque le interese, es porque no puede ser de otro modo. El paro es la medida del fracaso del capitalismo como sistema productivo y de la incapacidad de su aparato político-estatal. Es el signo inequívoco de la inevitable decadencia de su proceso histórico, tan destructivo como autodestructivo. Quisiera dar trabajo a todo el mundo, porque ello sería lo más conveniente a sus intereses y a su reproducción, pero no puede hacerlo sin perder tasa de ganancia, sin incrementar la plusvalía y el capital. Definitivamente, no puede, le es imposible acabar con el paro.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

BANQUETES DE FIN DE ÈPOCA, TECNICA Y FEMINISMO


Desde hace unos cuantos años sigo a “Contratiempo”, una revista de crítica y pensamiento, que dirige la arquitecta y escritora argentina Zenda Liendivit y que tiene su punto de mira en una permanente reflexión sobre la metrópolis contemporánea, la ciudad-producto de esta neurótica época que denominamos “modernidad”. Curiosamente, me interesó porque en ese momento de mi experiencia personal, buscaba explicaciones a una ruralidad que yo sentía dañada y necesitaba saber por qué ese “daño” me afectaba tánto, tan vitalmente a mí, a un urbanita nativo, nieto de campesinos inmigrantes, alguien que habiendo cumplido el sueño de volver a vivir en el campo, sin embargo lo sentía “pesadamente”, como un deber de histórica restitución y hasta de venganza...en nombre de mis abuelos desterrados, contra la metrópolis que les llevó al destierro.
Hoy he seleccionado dos extractos de su último número publicado, correspondiente a su segunda época, en el invierno argentino de 2018 y en este ibérico verano, que se acaban.
Las fotografías son de Nahuel Track (Agencia Sinestesia) y los textos pueden leerse completos en:
http://www.revistacontratiempo.com.ar/banquete_invierno.htm