sábado, 22 de septiembre de 2012

CONCEJOS "ABIERTOS" Y DEMOCRACIA DIRECTA


Si hablamos de democracia tenemos que estar previamente de acuerdo en dicho concepto, porque de no ser así entraremos de nuevo en el tradicional diálogo de besugos que suele caracterizar a las conversaciones en torno al mismo. ¿Hablamos de la toma de decisiones entre iguales, hablamos  de todas las decisiones que afectan  a la vida social de los individuos que forman parte de una comunidad? Pues entonces continuemos.

Con motivo de la supresión de las entidades locales menores (tanto las que funcionan en regimen de junta vecinal como de concejo abierto) que se avecina, han surgido múltiples reacciones en defensa de la supuesta democracia directa practicada en dichas entidades. Incluso, se ha echado mano de la apelación histórica a los concejos medievales de Castilla y otros reinos mediaveles, como idílicos espacios de democracia directa. La verdad es que comparados aquellos con las juntas vecinales y los concejos abiertos actuales, esa referencia histórica hasta tiene cierta justificación. Pero, la verdad, es que la investigación histórica se ha encargado sobradamente de demostrar que aquellos concejos medievales eran tan escasamente democráticos como los actuales. Dichas apelaciones míticas, que describen unos concejos medievales  parecidos a colectividades anarquistas, ignoran por completo la realidad histórica medieval, marcada por el dominio del sistema feudal, en cuyo contexto el concejo era sólo un apéndice, una mera concesión del verdadero poder establecido, detentado por las élites políticas y religiosas, cuyo poder se sustanciaba a la postre en el feudo, en la propiedad de la tierra. Los llamados bienes comunales eran ese apéndice, esa concesión de los poderosos, como lo es en nuestro tiempo el  denominado  “estado de bienestar”, así denominado por los socialdemócratas.

Con todo, los atrios de las pequeñas  iglesias románicas de nuestro medio rural, al que algunos han denominado “románico concejil”, no dejan de ser el símbolo de una aspiración, del sueño acerca de una democracia que nunca existió.  Así me lo recuerda el reciente libro publicado por Félix Rodrigo Mora“Tiempo, historia y sublimidad en el románico rural”, en el que incluye una reflexión sobre el orden concejil  y comunal, en el que, al menos, dirige su atención hacia el contexto social y político, rompiendo la costumbre de los libros sobre el románico, que ignoran dicho contexto social, otorgando prioridad a la arquitectura y a su vinculación con la religión. 
Una larga relación de investigadores históricos, desvinculados de la visión tradicional impuesta hasta los años setenta por el historicismo oficial, han concluido en sentenciar la ineludible evidencia de que lo político no puede descontextualizarse de los aspectos sociales y económicos y que, por tanto, la institución concejil no es ajena al universo feudal, sino que se encuentra  tan plenamente involucrada en el feudalismo como la actual lo está en el sistema  de "democracia" capitalista.
Los concejos medievales fueron dominados por nuevas élites propietarias (nobles y comerciantes) que apoyados en su riqueza (poder) se erigieron en representantes-portavoces de la colectividad, arrogándose la representación política de la misma, aprovechando los enfrentamientos entre la población en su propio beneficio.
Para quien quiera ahondar en este conocimiento histórico de la evolución del sistema de democracia concejil, valga como muestra el análisis de dicha evolución realizado por Juan Carlos Martín Cea y Juan Antonio Bonachía, investigadores medievalistas de la Universidad de Valladolid: “Oligarquías y poderes concejiles en la Castilla bajomedieval: balances y perspectivas”. En este trabajo, sin dejar de  reconocer la heterogeneidad de dicha evolución democrática, sus autores identifican algunos  rasgos afines que hablan de unas tendencias comunes en la evolución de las instituciones concejiles de gobierno municipal, concretadas en un "avance inexorable de un modelo CONSTITUCIONAL de gobierno, plasmado en el triunfo del sistema de regimientos, en el progresivo afianzamiento de los componentes oligárquicos a costa del desplazamiento de los sectores del común de los resortes de poder político y en el creciente sometimiento a los dictados de las instancias superiores de poder, sean éstas señoriales o monárquicas”.

Concluyendo, merece la pena ahondar en estas reflexiones históricas, que tan útiles son para construir la propuesta que corresponde al tiempo actual, en el que tenemos que soportar tantas agresiones -y no menos bobadas- acerca del municipalismo y la democracia directa.

2 comentarios:

Félix Rodrigo Mora dijo...

Amigo, agradezco mucho la atención que dedicas a mis formulaciones e
ideas.
Debemos unirnos para servir a la verdad y responder desde la verdad a las operaciones ideológicas y las mentiras del sistema.
Me gustaría que nos encontrásemos, conociéramos y pudiéramos hablar un rato.
Podemos hacer grandes cosas juntos.
Con afecto
Félix Rodrigo Mora

nanin dijo...

Amigo, comparto el mismo sentimiento. Desgraciadamente, la crisis me impide moverme lejos de mi pequeño pueblo, cerca de Aguilar de Campoo, así que estaré atento a tu calendario de intervenciones en algún lugar próximo para propiciar dicho encuentro.

¡Salud y un abrazo!
Nanín