jueves, 4 de agosto de 2011

COMO UN MILLÓN DE MOLESTAS PICADURAS


Turno de palabra en una asamblea del 15M

*El movimiento 15M surge como manifestación de la indignación popular ante una crisis global cuyo núcleo es el secuestro y degradación de la democracia, junto con la concentración del poder en manos de oligarquías políticas y financieras. Identificado el problema, la solución tiene que seguir necesariamente la dirección contraria: regenerando la democracia y distribuyendo el poder.

*Luchamos contra un enemigo que es muy fuerte y que no tiene rostro. Tiene el poder de la propiedad y la máquina del dinero. Tiene el poder de hacer leyes a su medida, de manipular el conocimiento, la ciencia y la tecnología, las noticias, la educación, la cultura  y hasta la moral. Tiene el poder para imponer su ideología de pensamiento único, capitalista y totalitario.  Y, por si fuera poco, cuenta con la “razón” última del Estado, que no es sino el poder de la fuerza bruta y armada, de la violencia legal e institucionalizada.

*Incluso, llega a tener un poder aún más destructivo todavía, que logra habitar en cada uno de nosotros. Es el poder que nos hace indiferentes e insolidarios, que nos anula como ciudadanos, que nos convierte en sumisos asalariados, clientes y electores. Un poder que nos conduce peligrosamente hacia el abismo social, económico y ecológico. Un abismo que intuíamos desde mucho tiempo atrás, pero cuyo borde ahora ya tenemos a la vista: cada vez más pobres y más miseria en un mundo gobernado por la avaricia de unos pocos, de un modo caótico e inmoral, carente de racionalidad y de ética, sin sentido común, depredador de los recursos naturales que son vitales para la supervivencia de la especie humana.
*Sabemos que la lucha será intensa y  muy dura. Deseamos que también sea pacífica y rápida, para que nadie sufra más de la cuenta y para que lleguemos a tiempo. Tengamos, pues, paciencia. Armémonos de razón e indignación, desatemos nuestra creatividad y nuestra pasión, nuestro amor por la  verdad y la vida, por la justicia y la libertad. Seamos como un millón de pequeños seísmos, resquebrajando la roca del poder. O como un millón de molestas picaduras de abejas,  horadando el pellejo del monstruo. Es hora de acordar una estrategia apropiada para tal fin. Organicemos, pues, nuestra esperanza, planifiquemos la utopía posible y necesaria. Vamos a diseñar nuestro propio futuro.

NUESTRA INDIGNACIÓN  TIENE UNA ESTRATEGIA

*Global. Apoyando las movilizaciones  que a escala  nacional e internacional tienen por objetivo frenar el ataque del poder capitalista contra los derechos conquistados durante muchos años de luchas sociales y políticas. Porque ésta es una revolución pacífica, solidaria y fraternal, para todos y todas, con alcance universal.

*Local. Generando iniciativas sociales, culturales, políticas y económicas que contengan el virus de la revolución. Construyendo una realidad paralela y alternativa, que nos permita visualizar, ensayar y anticipar ese mundo mejor que proponemos y por el que estamos luchando. Porque sabemos que la democracia es republicana y local, incluyente y federal, que sólo brota de verdad  allá donde vive la gente, en las comunidades locales, empoderadas, autónomas y soberanas. En las repúblicas  elementales de  la ciudad y  la comarca. 

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