jueves, 25 de agosto de 2011

ANTE LAS ELECCIONES DEL 20N


20N- ELECCIONES GENERALES
En las asambleas del 15M se está debatiendo en estos días sobre la posición a tomar ante las próximas elecciones generales. La cercanía de la convocatoria hace que sea necesario adoptar una posición pronta y clara, antes de que la manipulación mediática y partidista contaminen este debate. Incluso, se están produciendo  propuestas muy explícitas para la transformación del 15M en un partido político que debería  estrenarse electoralmente en estas elecciones. Reconozco que he tenido algunas dudas respecto a la posibilidad de participar en las elecciones locales,  mediante agrupaciones electorales en las que los miembros electos funcionaran como delegados de las asambleas  locales;  es un debate que considero abierto, ya que tenemos mucho tiempo para ello. Pero no así en las elecciones generales que tenemos  a la vuelta de la esquina. La cuestión merece una reflexión detenida que, a mi entender, gira en torno a las tres posiciones siguientes que, simultáneamente, están  presentes en el 15M:

1. Una primera posición  hace referencia a los fallos del sistema electoral y reclama una nueva ley electoral que repare dichos fallos, con la finalidad de hacerla más justa. Sería la posición más cercana a  Izquierda Unida, pero que es  compartida por un amplio sector  de la población e, incluso, de la clase política.
2. Una segunda posición proclama no sentirse representada por la clase política actual,  haciendo referencia directa a la profunda crisis de la izquierda tradicional, desdibujada y apenas diferenciada del sistema  político dominante. Sería la posición de los abstencionistas  que se sienten decepcionados por esa izquierda y que aunque  no cuestionan el sistema  de democracia representativa,  esperan una regeneración de la izquierda hacia posiciones más diferenciadas del  neoliberalismo.
3. Y una tercera posición,  que también es abstencionista, pero que lo es por razones más  radicales, basadas en un  rechazo  frontal del sistema de democracia representativa. Se trata de una  posición libertaria, que ha arraigado en el 15M de forma muy natural, a través de la práctica  asamblearia  y  de una cierta formulación de la democracia directa como alternativa  de “democracia real” frente a  un sistema de  falsa democracia, que  es criticado  no por los fallos de la ley electoral, ni por la falta de representatividad  de la izquierda, sino porque se considera corrupto en orígen,  por propia definición.
Personalmente, me sitúo en esta última posición, la  libertaria. Y, consecuentemente, considero que transformar el 15M en un partido político sería un suicidio. No obstante, promuevo una posición abierta  y favorable al consenso, que me lleva a comprender (sin compartir) las posiciones reformistas de quienes  no cuestionan el sistema  dominante,  (democracia representativa  + capitalismo) y  que  todavía mantienen la creencia de que el sistema tiene alguna posibilidad de arreglo mediante una mejor  ley electoral  y  mediante  el mantenimiento del  llamado “estado de bienestar”.  Yo creo que al 15M  le conviene  seguir profundizando  en la práctica de la democracia directa y empezar a crear estructuras autogestionarias  orientadas  a construir,  sólida y gradualmente, una alternativa  democrática real (ecológica, social, cultural y económica, además de política): un verdadero contrapoder . Defiendo también que el 15M no debe servirse del abstencionismo  por principio. Porque, ¿qué es más útil? , ¿que mucha gente no vaya a votar, quedándose aislada en su casa y favoreciendo  pasivamente al poder establecido?, ¿o que gente que  sí vota, pero que no quiere que su voto sea considerado como  un cheque en blanco, participe  en las estructuras  autogestionarias del 15M y  en su práctica de la democracia directa? Yo quiero que ambos tipos de gente  convivan en  las asambleas ciudadanas del  15M. Por  sentido común.   

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